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Más zonas cardioprotegidas para salvar vidas en riesgo

Equipos para atender a quien sufre un paro cardiaco en espacios públicos son insuficientes.

  • La Ley 1831 del 2017 estipula que los sitios de alta afluencia de público deben estar en capacidad de reaccionar oportunamente ante infartos o accidentes cerebrovasculares FOTO Jaime Pérez
    La Ley 1831 del 2017 estipula que los sitios de alta afluencia de público deben estar en capacidad de reaccionar oportunamente ante infartos o accidentes cerebrovasculares FOTO Jaime Pérez
26 de octubre de 2018
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En Medellín, las enfermedades del corazón son el verdugo. En 2017 (y por tercer año consecutivo) un 14,5% de las muertes registradas en la ciudad fueron causadas por enfermedades isquémicas del corazón, según los registros de la Secretaría de Salud. Las afecciones de este tipo lideran las estadísticas de mortalidad, después de las generadas por causas violentas.

Cuando una persona está teniendo un paro cardiaco, la atención rápida es fundamental. Mario Vallejo, subgerente asistencial del Hospital General, explicó que lo que verdaderamente le salva la vida a un paciente son dos cosas: las compresiones de alta calidad y la desfibrilación temprana.

Ese es el propósito de las zonas cardioprotegidas, espacios extrahospitalarios dotados de desfibriladores externos que pueden usarse ante una emergencia. “Estos aparatos permiten que el corazón inicie nuevamente la función cardiaca y retome el ritmo normal”, agregó.

Sin embargo, la creación de estas zonas sigue en vilo en los espacios públicos de Medellín y tampoco existe un inventario. Janeth Castaño , subsecretaría de Gestión de Servicios de Salud de Medellín, indicó que aunque la Ley 1831 de 2017 regula el uso del desfibrilador en sitios de alta afluencia de público y en el transporte masivo, esta legislación aún no ha sido reglamentada y los municipios no tienen claridad sobre los recursos o los aspectos a tener en cuenta para su implementación.

Avanza en el sector privado

A pesar de que Castaño manifestó que están a la espera de la reglamentación para realizar la inspección, vigilancia y el control de las zonas cardioprotegidas en Medellín, la adecuación de estos lugares aumenta en centros comerciales, terminales de transporte, teatros, estadios y sitios de asistencia masiva.

Clara Heredia Viana, gerente del centro comercial Unicentro, indicó que en las instalaciones tienen una zona cardioprotegida ubicada en el primer piso, con un DEA (Desfibrilador Externo Automático) completamente identificado y de fácil acceso. Como es necesario que quienes operen el equipo estén capacitados, desde hace dos meses comenzó la formación del personal para atender estas emergencias. Adicional al DEA, el centro comercial dispone de una brigada de 36 personas, dos puestos de enfermería y un auxiliar APH (Atención Prehospitalaria).

En el Metro de Medellín disponen de 50 de estos puntos, distribuidos en las estaciones. El Inder de Medellín cuenta con DEA en 29 de sus escenarios deportivos y 5 auxiliares prehospitalarios en la pista de trote Juan Pablo II y en el Cerro El Volador.

Más consciencia

Dora Cecilia Echeverri, gerente general de Late Corazón (organización dedicada a la implementación de Zonas Cardioprotegidas), expresó que aunque los DEA pueden salvar la vida de una persona en los primeros cinco minutos de la emergencia, todavía no existe una consciencia entre las empresas del sector público y privado de su importancia y necesidad.

“La cultura en Medellín todavía no tiene la consciencia debida frente a este tipo de necesidades. En teatros, coliseos, plazas y este tipo de sitios de gran afluencia de públicos, a veces sienten que no tienen ninguna obligación jurídica o responsabilidad social, precisamente donde más demanda se tiene”, dijo.

Echeverri agregó que aunque la organización registra 280 zonas en la ciudad, son pocas con respecto a la necesidad real de cobertura que tienen las empresas de Medellín.

“Nos falta esa cultura, debe ser una política de ciudad. Por ejemplo, en Plaza Mayor hemos tenido pacientes en donde los DEA han logrado salvarles la vida”, concluyó Vallejo .

60.944
muertes por enfermedades isquémicas se registraron en el país en 2017, según Dane.

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