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Mientras los accidentes de tránsito son la octava causa de fallecimiento
en el mundo, en Colombia, son el segundo motivo de muerte violenta.
La colisión de su moto contra un vehículo de transporte público en el barrio Boston, es la razón por la que hoy John Alejandro Marín, no puede mover la mitad de su cuerpo y debe ser movilizado en una silla de ruedas. Su hermano Jeison, quien se ha encargado de él durante los dos últimos años, recuerda que era un joven alegre, emprendedor y fiestero.
“A él tuvieron que hacerle una craneotomía descomprensiva, le quitaron parte del cráneo y estuvo en cuidados intensivos dos meses y medio. Quedó con muchas complicaciones, no habla, se comunica con señas y tiene que usar pañal”, cuenta Jeison Marín.
Como John, cada año, cerca de 900 personas en Medellín sufren lesiones o quedan con secuelas sensoriales, cognitivas o sicológicas luego de tener un accidente de tránsito.
Gustavo Cabrera, salubrista e investigador de la Universidad de Antioquia, explica que tanto Medellín, como el resto de municipios del Valle de Aburrá, tienen un atraso en las metas de seguridad vial propuestas desde 2010.
Según las estadísticas de la ONU, las localidades del área metropolitana debían disminuir, anualmente, en un 5 % los accidentes; lo que significaría que para 2020 las muertes en las vías deberían reducirse a la mitad.
“El año pasado la meta de la década de acción era que Medellín, a 31 de diciembre, tuviera como máximo 222 personas fallecidas en accidentes viales y tuvo 277”, señala el salubrista.
Una de los tema más preocupantes para los investigadores es la forma en que se otorgan las licencias de conducir. Según Javier Navarro, sicólogo del tránsito e instructor de conducción, la mayoría de personas obtienen sus licencias sin tener un sustento teórico y sin realizar los cursos, porque muchas escuelas así lo permiten.
“En Bogotá, un padre que le estaba enseñando a manejar carro a su hijo mató a dos personas, eso acá pasa todos los días. Si no hay una impericia absoluta por parte del nuevo conductor sometemos a nuestra ciudad a la carga de accidentalidad”, sostiene el instructor.
Entre el 1 de enero y el 23 de octubre de 2016, se registraron en Medellín, 38.353 accidentes de tránsito, los motociclistas participaron en 23.496 de esos siniestros.
Navarro advierte que el Estado tiene gran parte de culpa porque no hace lo que le corresponde y nombra en los cargos viales y del tránsito funcionarios que no son competentes.
“Se necesita que la movilidad la manejen los expertos, la Ley 1500 dice que debe ser un técnico en tránsito y seguridad vial o a fin, que pueda demostrar capacidad de administración y manejo, pero eso no pasa”, señala el sicólogo.