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Por décadas, uno de los desafíos más complejos para la ciudad ha sido la reorganización del servicio público de transporte. Ello implica acabar con la guerra del centavo, disciplinar a los conductores para que no se crean dueños de las vías, definir paraderos exclusivos para recoger y dejar pasajeros y que estos a su vez entiendan que el bus no puede dejarlos en la puerta de su casa o trabajo.
En un nuevo esfuerzo por poner orden en las vías y mejorar la movilidad, desde hace nueve meses en la ciudad, la Administración Municipal trabaja en la implementación del proyecto de Transporte Público de Medellín, (TPM), que trae entre sus estrategias centrales la habilitar carriles exclusivos para buses, una de las peticiones del gremio transportador.
No obstante, a la fecha, cuando ya se evidencia un avance notorio de estas medidas, los empresarios del transporte, algunos usuarios y conductores lo defienden, pero otras voces argumentan que no trae mayores beneficios.
El presidente de la Corporación de Transportadores Urbanos de Medellín (CTU), Efraín Galeano, califica como muy positivos los alcances que ha tenido la ejecución parcial del proyecto TPM. “Esto va muy adelantado y esperamos que se siga desarrollando; acá los más beneficiados son los usuarios del transporte público colectivo urbano”, sostiene.
La Asociación de Transportadores del Valle de Aburrá – Asotransvaa, conformada por 12 empresas de transporte público, pedía, desde la alcaldía de Sergio Fajardo (2004-2007), el carril preferencial para los buses, pero ninguno de los últimos tres gobiernos locales atendieron esta solicitud.
“Era pura falta de voluntad política. Esta alcaldía se sintoniza con nosotros y logra proyectar estos corredores en la ciudad, inicialmente de forma pedagógica. Para nosotros, hasta ahora, por la movilidad y los tiempos de viaje, la operación de estos carriles ha sido exitosa”, aseguró Juan Gonzalo Merino, presidente de Asotransvaa.
Al promediar los registros de desplazamiento que las empresas de buses de transporte público le comparten a Asotransvaa, los tiempos de viaje han mejorado entre un 30 y 40 por ciento, con una tendencia a mejorar más una vez se complete la implementación del sistema de carriles preferenciales.
“Si un carro se estaba demorando 90 minutos haciendo un recorrido, hoy podemos decir que se está demorando 60 minutos. Mientras el carril esté despejado y permita la libre movilidad del bus, se va más fácil de origen a destino. Todo esto se ve reflejado en la calidad del servicio”, afirmó Merino.
Los conductores no tienen problema en reconocer esto.
“La verdad es que no hay diferencia, la movilidad sigue bastante reducida. En mi opinión, los carriles han aportado muy poco, por lo menos el que me toca a mí, el de Colombia (calle 50), vive repleto. Eso es lleno de buses y no todos cabemos; siempre hay unas siete rutas diferentes en el carril preferencial y, aunque circulan, si me meto ahí, me demoro más en el recorrido”, asegura Moisés Gómez Vargas, conductor de una ruta comercial y hotelera.
Una solución que proponen los conductores, es habilitar calles paralelas exclusivas para los buses, en el caso de este corredor, sería permitir que a determinadas horas, calles como la 51 sean únicamente para el transporte colectivo.
También, cuestiona Moisés, de qué sirve tener carriles preferenciales si los semáforos no están coordinados.
Para que esto funcione, no solo basta con pintar carriles, instalar paraderos modernos o tener nuevas flotas de buses; se necesita cultura ciudadana, respetar las normas y ser colaborativos.
La socióloga Victoria Bedoya es enfática al mencionar que de nada sirve la infraestructura si las personas no le dan un uso apropiado.
“Mientras los usuarios no tengan la disciplina de montarse o bajarse del bus en los paraderos, mientras en los conductores prime la ‘guerra del centavo por encima de prestar un buen servicio, mientras los taxistas, motociclistas y conductores particulares no entiendan que eso es solo para los buses; mientras no cambie eso, difícilmente tendremos una armonía en este sistema”, comentó la socióloga Bedoya.
Debido a lo anterior, una buena parte de la ejecución del proyecto de reestructuración del TPM incluye un complemento de pedagogía para los conductores, usuarios y demás actores en la vía; la mayoría enfocada en el uso adecuado del carril preferencial.
A la fecha, de acuerdo con el último reporte de la secretaría de Movilidad de Medellín, el 85 por ciento de los conductores de las empresas de transporte que ya utilizan y que van a usar el carril solo bus han recibido pedagogía. Así mismo, a finales de 2016, más de 4.500 ciudadanos se habían capacitado de manera presencial por personal de la Secretaría de Movilidad.
En cuanto al mal comportamiento en la vía, los agentes de tránsito de Medellín todavía no multan a los motociclistas, taxis o vehículos particulares que invaden el carril preferencial de los buses; solo realizan un comparendo pedagógico. Sin embargo, vehículos estacionados en vías arterias, estén o no sobre un carril solo bus, sí están cometiendo una infracción la cual se sanciona con una multa de 368.858 pesos.
Dentro del mismo gremio también hay situaciones por mejorar. Por ejemplo, hay conductores de buses que se estacionan en el carril preferencial, para esperar pasajeros, en lugares donde no hay bahías, creando congestión; esto complica la movilidad y deteriora la calidad en el servicio. Hay otros conductores que se detienen a dejar o recoger usuarios donde no hay paraderos; esta indisciplina se debe corregir para poder exigir beneficios por parte de la Administración Municipal.
Para el representante de Asotransvaa, todavía falta más pedagogía para los demás actores en la vía. Insiste que a muchos les causa envidia que los buses tengan carril preferencial porque que a falta de vías —interpreta la norma— la prelación la debe tener el transporte colectivo.
“A la hora de compartir la vía, debe haber solidaridad, comprensión y respeto, ya que todo esto ayudará a movilizar un mayor número de usuarios en menos tiempo de viaje”, comenta Merino.
El secretario de Movilidad de Medellín, Juan Esteban Martínez, le comentó a EL COLOMBIANO que la implementación del proyecto TPM va bien y que la señalización de los corredores que quedarán con carril preferencial para buses ha avanzado en un 55 por ciento.
En Colombia (calle 50), en la carrera 65 y la avenida Guayabal ya están funcionando los carriles solo bus, con las paradas fijas. En marzo iniciarán los trabajos en El Poblado —desde el parque en la calle 10 hasta la Oriental— y en la calle San Juan empezarán a segregar e instalar los paraderos.
El funcionario aclaró que en la única zona en la que no han podido avanzar como lo tenían planeado, es en el centro de la ciudad, por las obras del proyecto Centro Parrilla, las cuales han sufrido cambios en su cronograma de ejecución.
“Estamos coordinados con EPM para no duplicar esfuerzos y mucho menos malgastar recursos; de nada sirve que nosotros pintemos los carriles para que luego lleguen ellos a romper el pavimento y después nos toque a nosotros volver a pintar”, justificó Martínez.
Con respecto a la concesión que dotará a los paraderos de buses con herramientas digitales que informarán a los usuarios el estado de las rutas, tiempos de llegada y de recorrido, entre otras funciones; esta todavía se encuentra en estudio, pero ya recibió el visto bueno de la Secretaría de Hacienda y está en etapa de evaluación en el despacho de Suministros y Servicios.
“Vamos a entregar unos verdaderos paraderos de transporte, que brinde al usuario tiempos, mapas, rutas, localización y demás información relevante. Esperamos, como máximo, a mediados de este año, tener luz verde para avanzar con la implementación de esta infraestructura”, concluyó el secretario de Movilidad de Medellín.
Por ahora, los paraderos fueron señalizados con un color naranja, para que, tanto el conductor del bus, los pasajeros y los peatones, sepan que allí es donde deben utilizar el sistema.