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Aunque este año, hasta la fecha, en Medellín se han presentado 154 accidentes de ciclistas menos que el año pasado —cuando se registraron 730—, las autoridades hacen un llamado de atención al buen uso de la bicicleta en la vía, pues estas situaciones no son culpabilidad exclusiva de los conductores de otro tipo de vehículos, sino que también ocurren por imprudencia de los mismos usuarios de ciclas.
Las cifras de accidentalidad entregadas por la Secretaría de Movilidad de Medellín dan cuenta de que la accidentalidad en la ciudad ha disminuido un 21 por ciento entre 2016 y 2017. Sin embargo, ya han fallecido 13 personas, una más que el año anterior.
“Seguimos promoviendo la bicicleta como el mejor ejemplo de movilidad sostenible y cada vez va tomando más adeptos, pero no somos ajenos a los accidentes”, comenta Mario Ramírez, subsecretario de Seguridad Vial y Control de Medellín.
Según Mauricio Mesa, coordinador del colectivo Siclas, las imprudencias más recurrentes entre quienes se movilizan en bicicleta en Medellín son, entre otros: pasar semáforos en rojo, transitar por los andenes y circular por vías de alta velocidad que cuentan con señales de prohibido para las ciclas, como la avenida Regional.
“Pero también se debe tener en cuenta que eso responde a la falta de infraestructura, porque el ciclista planea llegar a su lugar de destino sin hacer tantas paradas, sobre todo teniendo en cuenta que hay horas de día en las que hay percepción de inseguridad al detenerse en muchas zonas de la ciudad”, aclara Mesa.
El subsecretario Ramírez también agrega que los ciclistas que se agarran de la parte trasera de otros vehículos, en especial camiones, son quizás la razón por la cual se genera la mayor cantidad de comparendos para bicicletas.
“El control es igual que con otros vehículos, si el ciclista incumple las normas o está haciendo una maniobra arriesgada se debe sancionar, y la mayoría de veces cuando se inmovilizan las bicicletas, los usuarios simplemente no pasan a reclamarla por no pagar el comparendo.
Este año en Medellín se han impartido 177 comparendos por la infracción tipificada como A2 en el Código de Tránsito (agarrarse de otro vehículo en movimiento), lo cual equivale a una multa de $98.362 y la inmovilización de la bicicleta.
Aunque no fue posible obtener cifras actuales de accidentalidad en bicicleta por parte de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, en septiembre de este año el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó que Medellín era la tercera ciudad con mayor número ciclistas fallecidos en accidentes este año, por detrás de Bogotá y Cali, que en ese entonces registraban 36 y 18 muertos, respectivamente.
El concejal de Bogotá Jorge Torres aseguró a finales de octubre que la cifra en la capital había subido a los 45 muertos y los lesionados eran 930. Por su parte, en Medellín, la Secretaría de Movilidad indica que a la fecha el número de ciclistas lesionados es de 563.
Para prevenir la accidentalidad, el Código Nacional de Tránsito se reformó con la Ley 1811 de 2016 (Probici). Entre las nuevas reglamentaciones se estableció, por ejemplo, que la bicicleta, al considerarse un vehículo, tiene todo el derecho a usar un carril.
Entre las 6:00 p.m. y las 6:00 a.m. los conductores de ciclas deben tener luces para poder transitar y ser visibles, y se hizo énfasis en que así como se les da el estatus de medio de transporte (ya no solo recreativo o deportivo), deben cumplir con las mismas normas de circulación que aplican para los demás vehículos.
En otras palabras, los semáforos, las intersecciones y maniobras como el adelantamiento, deben ser respetados por los ciclistas. De hecho, para que una bicicleta adelante un carro o moto, y viceversa, se debe respetar entre estos una distancia mínima de 1,5 metros para evitar accidentes.
Si bien el casco para movilizarse en bicicleta ya no es de uso obligatorio según el nuevo Código de Tránsito, ni tampoco señalar con los brazos un cambio de dirección, son acciones que podrían librar al ciclista de perder la vida o resultar herido en un accidente.
En opinión de Carlos Cadena, experto en movilidad sostenible, al ciclista no se le puede exigir tanto en una ciudad que fue construida pensando exclusivamente en los otros vehículos. Por el contrario, dice, con la falta de infraestructura y amigabilidad con las bicicletas, quienes se mueven en ellas son “héroes”.
La premisa para él consiste en que primero se termine la infraestructura y luego se piense en cultura. No obstante, considera que es preciso que los ciclistas se comporten adecuadamente en las vías para no poner en riesgo sus vidas.
“Con el afán que se maneja en la ciudad, los conductores pitando todo el tiempo, creo que hace falta mucha paz en las calles de Medellín”, afirma Cadena.
El experto sugiere que los ciclistas se hagan notar en las vías, y por las condiciones ambientales que vive la ciudad, los invita a no salir a pedalear sin una máscara antipolución.
Por otro lado, Mauricio Mesa reconoce que la responsabilidad no es exclusiva de los otros conductores. “los carros tienen puntos ciegos, también es deber del ciclista hacerse notar”, dice.
Además, señala que cuando se toma la decisión de usar una bicicleta como medio de transporte, es fundamental entender que se debe invertir en el vehículo, porque de cómo esté dotada en materia de luces, frenos, y otras herramientas, dependerá la facilidad para moverse por la ciudad, a la vez que dejará de ser una amenaza salir a las calles en ella.