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Desde los siete años en Antioquia los niños están consumiendo, principalmente, marihuana, e infortunadamente falta educación en padres y adultos para detectar esta adicción en los menores de edad.
Sandra Isabel Angulo Espinosa, gerente (e) de la ESE Hospital Carisma, sostuvo que “la familia tiene poca educación frente a este tipo de riesgo. En el hogar se desconoce que el niño está consumiendo y se entera tarde, cuando ya se creó la adicción”.
La entidad está haciendo un análisis del modelo de atención de Carisma con el fin de establecer cómo los expertos se especializan en la intervención de niños para poder generar estrategias de educación, promoción y prevención, e intervención y rehabilitación de menores.
La idea es fortalecer las acciones en educación que involucren estrategias más articuladas con las universidades y colegios, entre otras entidades, además en diferentes municipios del departamento. Se pretende enseñarle a los papás la manera de detectar el riesgo y cómo evitarlo.
Además, reveló la gerente que hubo incremento en el ingreso a la institución de los menores de 15 años, que consumen principalmente marihuana. “Teníamos uno o dos menores de 15 años con farmacodependencia y adicciones, y pasamos a 35, una cifra alarmante”, sostuvo.
La cocaína es la principal sustancia que se consume en Antioquia, según los datos revelados por la ESE Hospital Carisma. Después le siguen el consumo de la marihuana, el bazuco y los opiáceos.
La entidad adelanta varios proyectos, entre otros, un programa piloto dirigido al seguimiento judicial de tratamiento de drogas en el sistema de responsabilidad para adolescentes del Ministerio de Justicia y del Derecho.
La iniciativa, que está en construcción, empezaría a funcionar en 2017, ya que se está estructurando el modelo.
Tras su implementación se analizan y ajustan los aspectos pertinentes. “Se pretende que los menores que han incurrido en eventos relacionados con delitos, reciban intervención farmacológica, de tal forma que si la adicción o alguna farmacodependencia fue la que generó esa actividad delictiva, se pueda intervenir o prevenir”, explicó Sandra Isabel Angulo.
La gerente (e) agregó que no hay una clasificación estandarizada de delitos, “lo ideal es cualquier delito que se identifique, que sea derivado del consumo de sustancias sicoactivas y que se pueda lograr la intervención”.
Tres son las líneas estratégicas establecidas en el plan de acción del hospital: estrategia departamental de prevención del consumo, Carisma piensa en grande al posconflicto, y cannabis medicinal.
De otro lado, las directivas de Carisma buscan recursos para la intervención del riesgo con entidades internacionales como Naciones Unidas, con la cual ya se han adelantado unos acercamientos.
El informe financiero presentado por la gerente (e) revela unos ingresos que ascienden a 15.190 millones de pesos con corte a junio de 2016. Los egresos fueron de 6.165 millones de pesos. “Es una entidad rentable”, puntualizó Angulo.