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“No hubo atención inmediata en la maratón”: testigo

  • La imagen muestra al corredor Yamid Hernández (camiseta 2463), sosteniendo a Juan Camilo Arboleda Alzate cuando llegaban a la meta. FOTO: Cortesía.
    La imagen muestra al corredor Yamid Hernández (camiseta 2463), sosteniendo a Juan Camilo Arboleda Alzate cuando llegaban a la meta. FOTO: Cortesía.
  • Fotografía tomada por Yamid, en el momento en que llegaron los paramédicos para socorrer al competidor afectado. La mujer de camiseta naranja es la corredora que dijo ser enfermera y le brindó la atención inicial. FOTO: Cortesía.
    Fotografía tomada por Yamid, en el momento en que llegaron los paramédicos para socorrer al competidor afectado. La mujer de camiseta naranja es la corredora que dijo ser enfermera y le brindó la atención inicial. FOTO: Cortesía.
17 de septiembre de 2018
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“Se están lavando las manos cuando dicen que hubo una atención inmediata. Eso no fue así”, explica con desazón Yamid Hernández, uno de los testigos de la situación que terminó con la muerte de un corredor de la Maratón de Medellín, en la mañana de este domingo.

Yamid, de 30 años, vive en China desde 2009 y lleva una década participando en maratones de diferentes ciudades, pero en ninguna había padecido tanto. Él es la persona que aparece en la fotografía principal de este artículo, con el número 2463 en la camiseta, auxiliando a Juan Camilo Arboleda Alzate (Q.e.p.d.), y aceptó contar lo ocurrido a EL COLOMBIANO.

“A unos 200 metros de la llegada había una curva y ahí empecé a acelerar para el sprint final. Faltando como 50 metros, vi que los demás corredores estaban esquivando algo o a alguien. Apenas vi que era una persona, que iba mal, me devolví.

Él (Juan Arboleda) seguía de pie, tratando de correr, pero se veía mareado. Lo tomé de la mano derecha, y en eso llegó otro corredor que no conocía, y lo agarró del otro lado. No lo llevábamos cargado, sino que le ayudamos a mantener el balance, porque continuaba avanzando. Él no hablaba.

Empecé a gritar, ‘¡ayuda, ayuda!’. En la meta había un animador con micrófono y nos vio. Pidió auxilio con el micrófono, decía ‘necesitamos ayuda, una ambulancia, hay una situación crítica aquí’.

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Yo he corrido en otras carreras, uno siempre ve que en la llegada hay gente de socorro, pero aquí no había. Apenas llegamos, él se fue cayendo, pero no estaba desmayado, seguía consciente. En ese momento pudo haber sido auxiliado, pero ningún socorrista llegaba, solo había unas personas de logística, como ocupadas en otras cosas.

En ese momento se acercó una corredora y contó que era enfermera. Vio al muchacho y dijo: ‘está mal, necesitamos azúcar’. Sacó un energizante líquido que llevaba y él se lo tomó ahí en el suelo, pero no hablaba.

De un momento a otro, él se empezó a ir. La enfermera dijo que necesitaba oxígeno, entonces yo le grité al del micrófono, y este lo repitió por los altavoces, y pedía que mandaran gente de atención de emergencias a la entrada.

Pasaron cinco minutos desde que llegamos a la meta, hasta que apareció el primer paramédico. Y eso que veníamos pidiendo auxilio desde antes, o sea que se perdió tiempo. Empezaron a llegar otros socorristas, y llamaban la ambulancia, pero como que no podía entrar. Se perdieron otros dos minutos mientras que se arrimaba el carro. Mientras tanto, la enfermera le daba respiración boca a boca.

Cada vez más iban llegando los corredores, no sabían lo que estaba pasando, iban felices y saltaban. Entonces nos tocó pedir espacio. A mí se me olvidó que acababa de correr 21 kilómetros y comencé a mover los conos con otro señor. Cuando lo montaron en la ambulancia, no sé si iba muerto o todavía vivía.

Al llegar a la casa, miré el noticiero y aparecía una persona dando declaraciones, no sé si era de la Alcaldía o de la organización del evento, pero dijo que la atención había sido inmediata. Eso no fue así, no había nadie en la meta. Sentí impotencia. Se están lavando las manos de una manera cínica. Eso me puso muy mal.

Luego informaron quién era el señor, y que se había muerto. Supe que era profesor de Periodismo de la Universidad de Antioquia, me dio tristeza porque yo soy egresado de allá, y también de la Facultad de Comunicaciones. Unos primos lo conocían, era una persona talentosa, se perdió un gran profesional.

No sé qué significa para vos ‘inmediato’, pero eso inmediato no fue. Hubo unos detalles de desorganización, hay muchos testigos de eso. Se perdió tiempo”.

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