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La construcción del nuevo edificio de la Empresa de Desarrollo Urbano -EDU- está parada y es una incertidumbre saber cuándo verá la luz, pues ya lleva más de un año de retraso en la entrega y no se anuncia la reactivación de los trabajos.
Su construcción se inició tras la implosión, en la madrugada del 27 de marzo de 2015, del edificio viejo, que ya tenía un uso de 25 años y había agotado su vida útil. Ese día se anunció que para diciembre del mismo 2015 estaría lista la torre, pero estamos en 2017 y sigue en obra.
Lejos estaba la gerente de la EDU de entonces, Margarita Ángel Bernal, de pensar que su promesa no se cumpliría y que, al contrario, la obra tendría un retraso tan exagerado.
“Esperamos que para diciembre de este año ya esté habitado. Se va a hacer todo lo posible para lograr ese objetivo”, dijo Ángel Bernal, eufórica, minutos después de derribada la vieja torre.
La sorpresa fue que pasó 2015 y al nuevo edificio no se le veía forma. Pero a mediados de febrero de 2016, el nuevo gerente de la EDU, César Hernández, anunció que para terminar el nuevo edificio, para el que se había anunciado un costo de $9.000 millones, se requerían $5.600 millones más.
“De no conseguirse los dineros, el edificio quedaría parado en mayo, cuando termine la ejecución de los $9.000 millones del contrato actual”, advirtió Hernández y aclaró que no se podía hablar de sobrecostos, ya que la anterior Administración de la EDU sabía del costo total del edificio, “pero contrataron solo $9.000 millones y la otra parte quedaba para ser terminada por la nueva Administración”, explicó el funcionario, hoy director de Planeación de la Alcaldía de Medellín, quien precisó que, de todas formas, el edificio se terminaría, pues es indispensable en el proyecto de mejoramiento del Centro y la zona del parque San Antonio.
La nueva torre es un piloto en Latinoamérica de un edificio ambiental. Se construye bajo el criterio de la flotabilidad, sin aire acondicionado y con iluminación solar. Tendrá reciclaje de aguas lluvias, ocho pisos, dos sótanos y una capacidad para 200 personas.
Las aguas lluvias serán recicladas para riego de zonas verdes y tendrá paneles solares traslúcidos para iluminar en el día a las oficinas. Y su chimenea funcionará con sistemas bioclimáticos, el aire caliente saldrá por succión.
Es considerada una de las obras más modernas de ingeniería que tendrá la ciudad, con diseños del Taller de la EDU, Conconcreto y el profesor Salman Craig, de la Universidad de Harvard, que estuvo en Medellín.
Pero tanta maravilla es aún una incertidumbre. Sergio Ignacio Soto, director ejecutivo de Fenalco Antioquia, advierte el mal síntoma que es para Medellín que una obra de esta envergadura tenga retrasos.
“Es la misma marca de las obras públicas en el país, y cada retraso se traduce en sobrecostos, afectaciones a la productividad, el empleo, el comercio, la seguridad y la competitividad”, señaló y pidió a los organismos de control que ejerzan una veeduría en el tema.
El concejal Jesús Aníbal Echeverri, presidente de la Corporación, señaló que el problema viene de la anterior Administración de la EDU, que dejó obras desfinanciadas, como este edificio, el proyecto Naranjal y el Cinturón Verde.
“Acá hay que mirar con retrovisor, vamos a programar una sesión con la EDU para que nos digan cuándo se reactivan estos proyectos”, dijo.
Buscamos una explicación de la EDU pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.