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El segundo pico y placa ambiental que vive el Valle de Aburrá ha tenido efectos positivos en la calidad del aire. En los primeros 18 días de octubre las estaciones de monitoreo se han mantenido entre amarillo y verde, lo que indica que la presencia de contaminantes ha sido moderada o baja, respectivamente.
María del Pilar Restrepo, subdirectora ambiental del Área Metropolitana, explicó que en lo que va del mes la emisión de contaminantes se redujo en un 25 %, respecto al resto del año. “El comportamiento de las estaciones ha sido positivo en relación a las medidas que se han tomado. Y se está logrando la meta de evitar que la calidad del aire sea dañina para la población”, explicó.
De hecho, según los reportes del Sistema de Alerta Temprana de Medellín, Siata, solo una estación de medición de la calidad del aire ha pasado a naranja (dañina para grupos sensibles): ocurrió el pasado 10 de octubre, en el barrio Aranjuez.
El año pasado, para esta misma época, 9 estaciones habían estado por lo menos un día en naranja, según los registros de la entidad.
Carlos David Hoyos, director del Sistema de Alerta Temprana de Medellín, explicó hace una semana que al comparar “los periodos de enero a septiembre de 2016, 2017 y 2018, las medidas que se han tomado tanto a largo como a mediano plazo han conducido a una disminución en la concentración de agentes contaminantes”.
Restrepo recordó que el pico y placa ambiental —que amplió la restricción de circulación a los sábados e incluyó a las motos de cuatro tiempos— es una de las medidas contempladas en el Plan Operacional para Enfrentar Episodios Críticos de Contaminación Atmosférica (Poeca).
Y aclaró que la temporada de octubre y noviembre es de especial atención para las autoridades, porque se da la transición de temporada seca a lluviosa, la que la nubosidad se mantiene baja y las partículas contaminantes no se dispersan con facilidad.
Garrote y zanahoria
La vocera del Área Metropolitana celebró que la mayor parte de la población ha acatado las recomendaciones y restricciones para controlar la emisión de contaminantes, en especial de las partículas de 2,5 micras (PM2.5) que son dañinas para la salud.
“Este resultado positivo es producto del mejoramiento de los combustibles por parte de Ecopetrol, pero también del cambio de hábitos en muchos de los ciudadanos que han compartido vehículos, optado por teletrabajo o usado sistemas de transporte público”, agregó.
Sin embargo, no todos han cumplido la norma. La Secretaría de Movilidad de Medellín reportó que hasta el pasado 13 de octubre había sancionado a 8.828 conductores por transitar en horarios de pico y placa. En Itagüí fueron 2.326, en Bello 1.650 y en Sabaneta 1.383.
En Envigado, donde no hay cámaras de fotomultas, los agentes de tránsito sancionaron a 140 conductores.
Medidas planificadas
El resultado de las medidas de prevención fueron reconocidas por Fenalco Antioquia, entidad que tradicionalmente se ha opuesto a las restricciones de circulación.
Sergio Ignacio Soto, director para Antioquia de esa agremiación, aseguró que el pico y placa ambiental fue aceptado porque fue socializado.
“Entendimos que es una contribución para evitar tomar medidas más drásticas que sí podrían afectar el desarrollo social y económico del Valle de Aburrá”, dijo y aclaró que para el comercio es más fácil acomodarse a los horarios de pico y placa, que asumir los costos que podría traer un deterioro en la imagen de la ciudad, producto de la contaminación.
Carlos Cadena Gaitán, coordinador académico del Centro de Estudios Urbanos de Eafit (Urbam), pidió que las medidas se mantengan y amplíen, pues se ha logrado que la gente “aprenda a movilizarse en transporte público, a pie o en bicicleta cuando sabe que tiene restricciones”.
Según Cadena, la menor presencia de carros redunda en menores emisiones de contaminantes, y por eso la solución a largo plazo para el problema de la calidad del aire es cambiar la forma en la que nos movemos y prohibir combustibles como el diésel .