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Una interceptación telefónica a un delincuente de Medellín, confirmó para las autoridades lo que hace rato es un secreto a voces en las calles: que nadie quiere subirse al trono del bajo mundo en el Valle de Aburrá.
La información salió de boca de Johan Alberto Ochoa Vidal, alias “Bambam”, quien según la investigación de la Policía y la Fiscalía, coordinaba a “los Chaceros”, una célula de la organización criminal “la Terraza” que traficaba estupefacientes en el Parque Lleras, en el suroriente de la ciudad.
En el diálogo interceptado, “Bambam” (interlocutor 2) le contó a otro hombre (interlocutor 1) que hubo una reunión de la mafia en el barrio El Salvador, para definir “quién se iba a quedar con esa vuelta”.
- “Bambam”: “No, y ya a todo mundo le está dando güevonada, no ve que todo el que se mete allá se cae (...). Ya les da miedo”.
- Intelocutor 1: “¿Quién se va a quedar con ‘la Oficina’?”.
- “Bambam”: “Todavía no se sabe. Por allá por los lados del Norte como que hay gente que queda del lado de él, y que también son candidatos”.
En esta última frase, cuando “Bambam” habla del “Norte” se refiere al municipio de Bello, y al decir “del lado de él”, es una alusión a Juan Carlos Mesa Vallejo, alias “Tom”. Este hombre es cabecilla de la banda “los Chatas” de Bello y el último jefe de la estructura ilegal “la Oficina”, la principal confederación de combos del área metropolitana.
“Tom” fue arrestado en diciembre de 2017 y desde entonces nadie ha asumido el control de “la Oficina” en la calle. Sus redes son coordinadas desde las cárceles, por el mismo “Tom” y por otros líderes como José Leonardo Muñoz Martínez (“Douglas”) y Freyner Ramírez García (“Carlos Pesebre”), según fuentes judiciales.
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En las conversaciones de “Bambam” también se afirma que algunos de los casos de desmembramientos en la capital antioqueña, con cadáveres abandonados en bolsas en plena vía pública, harían parte de una pretensión del crimen organizado de afectar la imagen política del alcalde Federico Gutiérrez, mediante el ataque a su bandera de gobierno: la seguridad ciudadana.
“Bambam”, junto a otros 12 secuaces de “los Chaceros”, fue capturado hace dos semanas. Las autoridades no pudieron profundizar en su conocimiento de la situación, porque el 2 de noviembre, antes de iniciar la audiencia de control de garantías en el Palacio de Justicia, escapó de sus custodios y se quitó la vida lanzándose al vacío por una ventana del piso 16.
Sin un “gran jefe” en la calle
En la actualidad, “la Oficina” y sus combos aliados son coordinados desde las prisiones por los citados cabecillas, razón por la cual el alcalde Gutiérrez y el presidente Iván Duque han pedido ayuda al gobierno de Estados Unidos para que los extradite.
“La Oficina” es un blanco estratégico para la Casa Blanca desde 2014, cuando la designó como una organización narcotraficante internacional de alta importancia.
La cooperación entre agencias de seguridad de ambos países ha sido clave para capturar en los últimos dos años a los cabecillas y a sus principales socios y subcomandantes, como “Vallejo”, “Mauricio el Grande”, “Pichi Belén”, “Richard” y “el Chivo”.
Los jefes de “la Oficina” tienen lugartenientes importantes en las calles, como el expolicía “Barbosa”; alias “Colmillo”, cabecilla de la banda de “Caicedo”; “Toño”, del grupo de “Robledo”; “Chicho”, de “la Terraza”; y “el Indio”, de “Trianón”. Sin embargo, estos personajes no tienen la suficiente capacidad para regentar a todas las bandas del Valle de Aburrá. Hoy en día, el crimen organizado de Medellín no tiene un “gran jefe”, como en aciagas épocas pasadas.
#Audio | Nadie quiere ser el gran jefe de la mafia en Medellín https://t.co/plfLFhotKK
— El Colombiano (@elcolombiano) November 13, 2018
[??Cortesía @FiscaliaCol] pic.twitter.com/zcuJdiSP7t