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Habla la fiscal que hace temblar a las bandas criminales

  • FOTOS RÓBINSON SÁENZ
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09 de julio de 2017
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Diana Lozano Perafán Q’Hubo

“En lo absoluto mi designación como directora nacional de Crimen Organizado está vinculada con que justo ese día se haya ejecutado la captura de Gustavo Villegas (hasta entonces secretario de Seguridad de la Alcaldía de Medellín). Fue una simple coincidencia. Mi nombramiento estaba previsto desde el 29 de junio”, dijo vía telefónica Claudia Carrasquilla.

Hace menos de un año se desempeñaba como fiscal 27 adscrita a la Dirección Nacional contra el Crimen Organizado, su oficina estaba en el piso 7 del Palacio de Justicia. El 8 de septiembre del año pasado la designaron directora Seccional de Fiscalías de Medellín y pasó a despachar desde el Búnker. Ahora vuelve al área de crimen organizado, pero como directora nacional. Ya está en Bogotá.

“El señor fiscal general de la nación me llamó y me dijo que si podía contar conmigo en el equipo de crimen organizado como directora nacional. Yo por supuesto no podía negarme ante semejante solicitud. No me lo esperaba”, explicó.

Poco antes de este nombramiento, Carrasquilla le concedió a Q´HUBO una entrevista en el que hasta el martes fue su despacho.

Ese día no dejó que las preguntas comenzaran ni que le tomaran la primera foto. Tenía que resolver un asunto importante. Necesitaba ponerse labial.

Impecable: cabello cepillado, maquillaje sencillo, blusa negra, falda de satén floreada hasta más abajo de la rodilla, sandalias rojas y uñas de pies y manos en juego, también rojas.

Detrás de ella un cuadro con 3 mariposas de colores, de extremo a extremo de la pared. Al otro lado, la pintura de un tigre.

“No es un tigre, es una tigresa. Ambos me los regaló un intendente de la Sijín, que de una tigresa para otra tigresa”, dijo y se rió.

Se sentó, se acomodó la blusa y se tomó las manos sobre el escritorio. Ahí sí nos dejó empezar.

Está en un campo difícil. ¿Ha luchado más por ser mujer?

“No, pienso que es el carácter con el que uno se forma lo que le permite tener una personalidad fuerte frente a estas situaciones. Tanto las mujeres como los hombres están capacitados para desempeñar estos cargos. Se dice que la mujer es el sexo débil, pero nosotras tenemos mucha fortaleza en comparación con los hombres, sin que suene a feminista. Ahora bien, el mundo delincuencial no estaba acostumbrado a que los enfrentara una mujer, sino que fueran hombres. Cuando estaba en la unidad de Crimen Organizado, eso me daba la posibilidad de hablar con muchos cabecillas y ellos me decían: ‘Cuando escuchábamos el número de la Fiscalía 27 ya sabíamos que llevábamos todo perdido, porque usted se viene con todo, ya tiene las pruebas y sabemos que es imposible zafarnos de las investigaciones’. Eso me decían, que les daba terror”.

¿Quién le dijo eso?

“’Carlos Pesebre’ me desafió. Eso me lo dijo ‘Tuto’, ‘Riñón’, ‘W’, ‘Piercing’”.

¿Y cómo la desafió ‘Carlos Pesebre’?

“Eso fue muy simpático. Yo tenía por costumbre ir a verificarle directamente los derechos del capturado para tener un primer encuentro con el detenido. Recuerdo que me dijo riéndose y burlándose de mí: ‘Yo sé que vos no me tenés nada’. Y le respondí: ‘Pues está muy equivocado y mañana se lo voy a demostrar’. Para mí fue muy chistoso, aunque esto es un tema muy serio. Al día siguiente cuando estábamos en la imputación y le hacía mención de cada uno de los elementos que le tenía, él asentía con la cabeza”.

¿Algún cabecilla la ha amenazado?

“Solamente en 2 oportunidades. Fue un mando medio de una estructura delincuencial. Fuimos a unas audiencias y el tipo me hacía así (dijo mientras se hacía una seña como si fuesen a cortarle el cuello) y fue muy simpático porque...”.

¿Cómo puede ser eso simpático?

“Porque para nosotros es normal lo que pasa en las audiencias. Uno se vuelve como el médico, que ya la sangre no lo asusta. Lo mismo pasa con las organizaciones delincuenciales, siendo uno muy cauteloso, uno se va volviendo tranquilo de saber que ellos cuando ya están sometidos a la justicia son otras personas, son seres humanos que tienen sus tragedias. No veo solamente lo judicial, sino que también me gusta saber de sus vidas. Muchas veces hablo con ellos y les pregunto por qué terminaron siendo delincuentes”.

¿Alguno logró conmoverla?

“De conmoverme no, pero sí me causó mucho impacto ver a ‘Riñón’ suplicándome que no judicializara a Diana, que era su esposa. Para mí eso fue muy dramático, ver a un delincuente de la talla de él haciéndole una súplica al fiscal. También sucedió algo peculiar con ‘los Chatas’; ‘Jonás’, uno de los cabecillas, me dijo: ‘Doctora, pensaba que usted era más brava, no pensé que fuera tan amable’. Una cosa es ser uno recio en sus audiencias y otra es que yo no sea un ser humano. Él hacía el comentario porque en las audiencias salió que uno de ellos le pagaba a una bruja para que lo protegiera, entonces cuando terminé de colocarle los audios le dije sarcásticamente: ‘Y perdió la platica porque lo capturamos’. Cuando terminó la audiencia me dijo: ‘Doctora, ¿entonces perdí la platica?’. Pues sí, la perdió”.

¿Cuál es el problema de la criminalidad en Medellín?

“La criminalidad de Medellín es diferente a la del resto del país porque los delincuentes tienen asentamiento en sus zonas de injerencia y ese asentamiento les permite que la misma comunidad conecte con ellos. Es difícil determinar cuáles son los actores armados en cada barrio porque (a los ciudadanos) los afectan con extorsiones, pero se lo plantean como el cobro de una especie de seguridad. Aunque a algunos les incomoda, muchos se conectan con esa actividad porque quienes la realizan son sus hijos o el hijo de la amiga”.

¿Qué se siente ser una mujer tan poderosa?

“Yo no diría poderosa, diría aguerrida, que ama su profesión, que lucha por darle a la ciudad cierta tranquilidad, lograr que se vea el trabajo que hace la Fiscalía, demostrar que a los cabecillas de organizaciones delincuenciales que habían sido intocables también les llega la justicia”.

Pero a otras 2 fiscales y a usted les decían ‘Las chicas superpoderosas’

(Carcajadas) “Eso es porque cuando se formó la Unidad de Crimen Organizado éramos 3 mujeres y todas teníamos el mismo carácter. En el mundo delincuencial en Medellín nos tenían cierto temor y respeto”.

¿Nunca ha sentido miedo por haber participado en procesos que terminaron con capturas de delincuentes como ‘Carlos Pesebre’, ‘Tuto’ o la esposa de ‘Otoniel’?

“No, por el contrario, me da mucha satisfacción saber que hemos podido capturarlos y hacerlos responsables de tanto daño que le han hecho al país”.

¿Qué sintió el día que capturaron a ‘Pantera’ y descubrieron que varios combos delincuenciales habían organizado una natillera para tratar de asesinarla?

“Me sorprendió y me molestó bastante. Siempre he pensado que cuando un fiscal lucha por la ciudad, la respuesta no debe ser una amenaza y mucho menos un atentado. Ese día, para mí, fue bastante triste escuchar de parte de la Policía Judicial el supuesto atentado, las manifestaciones de ‘Pantera’ sobre en qué consistía el mismo. Posteriormente varios cabecillas dijeron que sí, que los habían tocado para que se hicieran al frente del atentado, pero ninguno quiso por lo que implicaba”.

¿Ese día pudo dormir bien?

“Tuve que sacar la fortaleza que siempre me ha caracterizado como persona y la fortaleza en Dios, porque cuando llegué mi mamá estaba angustiadísima. Me decía que nos fuéramos del país. Yo la tranquilicé. Le dije: ‘No madre, si Dios me colocó en este cargo por algo debe ser y no creo que ellos realmente vayan a cometer una locura de esas’”.

¿Le pide a Dios cada mañana antes de salir que la proteja?

“Soy católica, soy creyente, no profeso mucho la religión porque no es mi costumbre. Creo en Dios, siento temor de Dios, sé que él es la obra de todas las acciones que emprendemos”.

¿Cuando estaba como coordinadora en la Unidad de Itagüí tuvieron que trasladarla por un asunto de seguridad?

“Sí, llegué como coordinadora a la última etapa del juicio oral de un triple homicidio que hubo en la Mayorista, donde fue condenado Andrés Felipe Medina, que era familiar de alias ‘Colorete’, de la vieja guardia de ‘La Oficina de Envigado’. En el juicio se logró evidenciar artimañas de la defensa para tratar de ingresar al juicio pruebas que no eran ciertas para que lo absolvieran. Cuando eso se descubrió amenazaron al fiscal, que era yo, entonces decidieron enviarme a la Unidad de Crimen Organizado”.

Como directora seccional volvieron a amenazarla ¿De verdad no cree que está en verdadero riesgo?

“Claro, uno piensa: ¿si en verdad fueran a atentar contra mí qué pasaría? Pero mi otra parte del cerebro también me dice que hay que afrontar lo que estamos viviendo porque para eso escogimos, primero, ser abogados y, segundo, aceptar estos cargos. Eso me llena nuevamente de tranquilidad, creer en Dios me da mucha fortaleza, así como el apoyo permanente que recibo de las autoridades”.

Entrevista a Claudia Carrasquilla, directora nacional contra el crimen organizado

¿Usted es una mujer brava?

“No, la verdad no soy tan brava”

¿Cómo es Claudia Carrasquilla?

“Soy muy jocosa, me gusta el chiste, molestar, gozarme la gente, pero en mi núcleo, sin molestar a los demás; entre el grupo de confianza reírnos, charlar, contar chistes. Soy muy alegre. Me gusta mucho el deporte porque le permite drenar el estrés”.

Aquí se manejan muchos alias. ¿Quién es ‘Tsunami Minami’?

(Carcajadas) “Lo que pasa es que en la Dirección de Fiscalías llegué realizando muchos cambios. A los 2 meses hice 70 cambios en una sola resolución, entonces a partir de allí me colocaron ese sobrenombre porque llegué a mover todas las unidades que estaban en su zona de confort”.

¿Es cierto que se hizo abogada porque su papá lo era?

“Sí, él trabajó en Empresas Varias. Trabajaba en la parte laboral pero en mi casa siempre se escuchó hablar de Derecho. Él era muy apasionado, leía libros de Derecho, de Filosofía y eso me empezó a llamar la atención”.

¿Cuando era niña qué quería ser de grande?

“Quería ser recreacionista. Le suplicaba a mi mamá que quería amenizar a los niños, hacer las fiestas y las rondas. Después quería ser profesora de educación física”.

¿Por qué no se hizo defensora pública o juez penal?

“Porque siempre quise investigar”.

¿En el colegio era la sabelotodo?

“Era bastante necia”.

¿Cuéntenos una de las que haya hecho?

(Risas) “Yo estudiaba en el colegio La Salle de Envigado y en la parte de atrás del colegio había un muro muy bajito. Con otras compañeras me saltaba el muro y nos íbamos echando dedo al Parque de El Poblado para comernos una hamburguesa, unas papitas y una coca cola entre 4. Un día no fui a estudiar porque estaba enferma, mis compañeras lo hicieron y las vio el papá de una de ellas. Los papás llamaron a mi mamá a decir que yo las incitaba, pero ella les respondió que muy raro porque yo ni había ido a estudiar. Quedé como una reina”.

¿Y usted no había estudiado en un colegio en Robledo?

“Terminé en el Conrado González Mejía”.

¿Y terminó allá porque la echaron?

(Carcajadas) “Sí, sí (baja la voz, como si fuese un secreto) me echaron. De ese salón creo que no quedó ni la mitad”.

¿Cómo hace para tener ese cuerpazo?

“El deporte. Toda la vida he sido deportista”.

¿Y a qué hora saca tiempo para hacer deporte?

“Usualmente en las noches porque soy muy perezosa para madrugar. Hago una hora de ejercicio 3 veces por semana, pero es una hora de ejercicio continuo, cíclico y de pesas”.

¿Tiene hijos?

“Sí, dos. Un mayor y una menor de edad”.

¿Cómo es como mamá?

“Bastante blanda y condescendiente”.

¿O sea alcahueta?

“Mmm... podría rayar con alcahuetería”.

Si uno de sus hijos quisiera seguir sus pasos, ¿le gustaría o le daría miedo?

“No me daría miedo pero no me gustaría porque es un mundo bastante difícil. De hecho mi hijo mayor estudia Derecho y dice que quisiera ser fiscal como la mamá”.

¿Es de las que alista en la noche lo que se va poner al otro día?

“Jamás. En la mañana me levanto, miro el closet, miro el día y elijo”.

¿De una? ¿No se tarda mucho?

“No, no me tardo. En esa parte soy psicorrígida porque siempre es la misma combinación: el mismo pantalón con la misma blusa y los mismos zapatos. Ya lo tengo hecho, se lo pido a la empleada”.

Entrevista a Claudia Carrasquilla, directora nacional contra el crimen organizado

¿Cómo hace para realizar actividades que para cualquier mujer serían de la vida cotidiana?

“Cuando voy a hacer actividades en la calle debo estar acompañada del esquema de seguridad y la verdad me apena bastante ver tantas personas alrededor mío. Usualmente cuando entro a un centro comercial siempre voy con la cabeza agachada porque me da vergüenza. Supongo que la gente pensará que qué señora tan chiflada. Hacer el mercado, por ejemplo, es terrible; una vez estábamos en un supermercado y yo iba pasando por cada sección para que no se me olvide nada, entonces pasaba por una sección y me encontraba al guardia de seguridad al frente, pasaba por otra y me lo volvía a encontrar, hasta que le pregunté que por qué me estaba siguiendo. Me dijo que había unos señores muy raros dispersos por todo el supermercado (los escoltas). En otra ocasión estaba en un almacén con mi hija y cuando iba a pagar oí a la administradora diciéndoles a los compañeros que había unos tipos raros. Cuando salimos estaba la policía, los guardias de seguridad, el supervisor , todo el mundo, entonces solté la risa”.

¿Y por qué nos les dice: ‘Vea, es que yo soy la directora de Fiscalías’?

“No, porque eso de ‘usted no sabe quién soy yo’”. (Risas).

¿Pero no así, sino en buenos términos?

(Risas) “En el incidente del supermercado ya después llamamos al supervisor y nos dijo que la próxima vez le avisáramos al guardia”.

¿Ninguna persona la reconoce?

“Sí, en muchas oportunidades. Muchas señoras me felicitan y me dicen que siga adelante. Eso me enorgullece bastante y me da muchos ánimos”.

¿Qué hace si tiene un rato libre?

“Hago ejercicio, veo una película en Netflix. Me gusta leer mucho la revista Semana, el blog Revelaciones del Bajo Mundo. Me gusta mucho pedirle a los editores judiciales que sé manejan el tema criminal, que me hablen del asunto, entonces leo documentos. También estoy haciendo una maestría en Derecho Procesal Penal y Teoría del Delito”.

¿Tiene mañas?

“Tengo muchas (risas). En la ropa todo tiene que estar organizado: el mismo pantalón con la misma camisa, que el zapato tiene que ir del mismo color del bolso y de la correa, sino me siento supremamente mal. Otra maña es que me aterra ver platos sucios y empiezo a echar cantaleta”.

¿Y es de lujos?

“Los relojes me gustan mucho”.

¿Cuántos tiene?

“No tengo muchos, como 10”.

¿Y eso no es mucho?

“Pues uno para cada semana (risas). Los anillos tampoco me pueden faltar”.

¿Y cuántos tiene? ¿Poquitos? ¿Unos 50?

“Sí, como 50 porque es que es muy fácil comprar un anillo”.

¿Qué tiene en su mesa de noche?

“No tiene sino los 3 celulares y un vaso con Coca Cola”.

¿Qué música escucha?

“Me gusta la música electrónica, la de Mojito Lite y me gusta la salsa”.

¿Sabe bailar?

“La salsa sí me la gozo toda y me considero buena bailarina. Cuando bailo electrónica mi hija se burla de mí: ‘Ma, ¿por qué bailas así electrónica? No bailes así, qué oso, qué pena, no vaya a bailar así en la calle’”.

¿Sabe manejar armas de fuego?

“Sí, nos dan instrucciones en manejo de arma de fuego. Al principio, como yo no vivo disparando, pues me da nervios, pero a medida que va avanzando el ejercicio me voy controlando. Dicen los instructores que tengo buen manejo, estilo y puntería”.

¿Cómo vivió la época de Pablo Escobar?

“Fue bastante difícil porque vivía en la carrera 70. Cuando colocaron el carro bomba del gobernador, vivíamos en la cuadra de atrás. Cuando el carro bomba del Banco Cafetero, estábamos comiendo perros ahí cerquita. La que sí me tocó directamente fue una que colocaron por el Éxito de Colombia. Estaba conversando con mi hermana en el balcón cuando vimos que se levantó un hongo de polvo y de palos. La onda entró y tumbó a mi hermana”.

¿Cree que si hubiera sido fiscal esa época la hubieran matado?

“Creo que me hubieran matado porque hago el símil con lo que ha venido sucediendo ahora, que toda cabeza visible que va saliendo de una estructura delincuencial se captura. Por el modo de pensar de él (Escobar) y por lo peligroso que era, pienso que no se hubiera aguantado una Unidad de Crimen Organizado como la de ahora”.

Cerremos con fútbol: ¿Nacional o Medellín?

“Nacional, por supuesto”

¿Cómo le cayó lo de la salida de Reinaldo Rueda?

“Me pareció muy triste que hubiera salido el profesor Rueda. Él llegó a Nacional por muchos triunfos y uno entiende que en la parte administrativa hay dificultades, que es lo que entiendo que origina su salida, pero me dolió mucho porque estuve en la final de Nacional con Cali. Verlo llorando me entristeció”.

¿Va al estadio?

“Cuando puedo”.

¿Es de camiseta y bandera?

“No de bandera pero sí de camiseta. ¿Adivine con quién me vi el partido? Con el alcalde y todo el equipo”.

$!Entrevista a Claudia Carrasquilla, directora nacional contra el crimen organizado

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