viernes
7 y 9
7 y 9
En Medellín, la reproducción de mascotas y animales exóticos con fines comerciales tendrá fuertes controles y no podrá hacerse más en condiciones de maltrato e insalubridad, como ocurre en muchos de los criaderos actuales, ya que el Concejo acaba de aprobar un acuerdo que fija parámetros precisos para esta actividad.
La norma queda tan severa, que ni siquiera los particulares podrán sacar las crías para venta en las calles.
Los animalistas de Medellín celebran la aprobación del Acuerdo 338, con el que el Concejo de Medellín le pone tatequieto al maltrato de las mascotas en los criaderos.
Los concejales explicaron que el propósito es evitar la explotación de especies menores y reiteraron que los animales son seres que sienten y deben ser tratados bajo condiciones que no vulneren sus derechos, respeten su vida y garanticen su bienestar.
“Medellín no puede permitir el desorden en la crianza y venta, el maltrato, el hacinamiento ni la proliferación de enfermedades”, señaló el corporado Álvaro Múnera Builes, líder de la bancada animalista del Concejo, que también integran Ramón Emilio Acevedo, John Jaime Moncada, Luis Bernardo Vélez y María Mercedes Mateos Larraona.
“Reglamentando los criaderos y la venta de animales queda muy poco espacio para que sufran durante su crianza y comercialización”, añadió.
Para Ramón Acevedo, “la aprobación del proyecto es un gran logro, puesto que posibilitará la articulación con las normas establecidas en el Plan de Ordenamiento Territorial, POT”.
Esto indica que no en cualquier lugar podrá instalarse un criadero: solo tendrán permiso los que queden ubicados en zonas aptas para desarrollarse sin perturbar la tranquilidad ciudadana.
La ciudad no tiene un censo de criaderos, porque la mayoría son clandestinos. Hay unos 40 refugios de voluntarios que los acogen para entregarlos en adopción y a veces no en las mejores condiciones porque es una actividad que demanda recursos.
En Medellín se calcula que hay unos 300.000 perros con hogar. La idea del Acuerdo, que está listo para la firma del alcalde, Aníbal Gaviria, es promover la adopción.
Al ciudadano que sorprendan feriando animales en la calle, estos le pueden ser confiscados. Los sitios autorizados para la venta de animales deberán tener condiciones de bienestar físicas, sanitarias, ambientales y locativas, con espacio para garantizarles su libertad de movimiento.
Sólo las tiendas de mascotas y las veterinarias podrán vender animales. Los centros comerciales y supermercados de cadena, donde los exhiben en jaulas, no podrán volverlos a ofrecer de esa forma.
Irma Lucía Ruiz, subsecretaria de Gestión Ambiental de la Secretaría del Medio Ambiente, aclara que más que asumir medidas represivas, el Acuerdo es para hacer pedagogía: “Es empezar a ponerle un marco normativo y jurídico que nos ayude a solucionar un problema social que se genera cuando estas actividades se ejercen sin control y sin el debido cuidado”.
En la plaza Minorista, en asocio con el Área Metropolitana, se hará una adecuación de los espacios para que la venta se ejerza con dignidad y bajo las condiciones exigidas en la nueva reglamentación, con una inversión de $2.000 millones. En un año, este sitio y los demás dedicados a la reproducción y comercialización, deberán acondicionarse. Se creará el Registro Municipal de Criaderos y Comercializadores de Animales Domésticos y Exóticos. El que no esté allí será clandestino.
Medellín registra otros avances (ver recuadros) en protección animal. Anualmente, en el refugio La Perla se invierten $6.000 millones. A más de 1.000 animales se les ha practicado cirugías de alta y mediana complejidad.
En esto va a tono con avances mundiales de la Organización Mundial de la Salud -OMS- y la Sociedad Mundial para la Protección Animal (WSPA), que en 1990 recomendaron tres cosas para evitar la sobrepoblación canina: esterilización, responsabilidad en la tenencia y registro para identificación de mascotas y amos.
En el País Vasco (España) todo dueño de un perro está obligado a registrarlo. De no hacerlo, le acarreará sanciones. En Suiza, quien adquiera una mascota debe primero someterla a un adiestramiento y asistir con el animal al mismo proceso.
En Medellín, quien lleve por la calle un animal de raza potencialmente peligrosa debe hacerlo con bozal.
En los Países Bajos, aplicando legislaciones rigurosas y combinando métodos de control, esterilización y educación, prácticamente se acabó con los perros callejeros. En Medellín, la población de caninos en las calles es cercana a los 1.000, antes era superior a 10.000. En Bogotá se calcula en 550.000 y en Cali 200.000.
“Y aún les aplican eutanasia a muchos, Cali mata 7.000 al año”, advierte Múnera.
Hace un mes, con una inversión de $500 millones, en La Perla se logró salvarles la vida a 206 perros infectados con la bacteria leptospira.