Así se viaja por la “Vía Láctea” de Antioquia

Viejas y nuevas ofertas de turismo perviven en el norte antioqueño, aún con la desazón de los productores.

Luis Taborda, en una finca de San Pedro, carga una caneca que puede contener hasta 40 litros de leche. FOTO EDWIN BUSTAMANTE

Turismo y producción lechera: así es la ruta de la vía láctea en Antioquia

No hay lluvia o neblina, ni cansancio que valga, cuando el inicio de la jornada está marcado por el ordeño. Apenas amanece y Gustavo Elías Mazo recoge las canecas y desciende hasta el potrero para comenzar las labores del día.

Su finca, asentada en la vereda Río Arriba, municipio de Belmira, norte de Antioquia, siempre ha sido bendita por el amparo de la naturaleza: la rodea la quebrada la Sorbetanal, conjuntos de acacias, robles, encenillos y el río Chico, un afluente en donde también pescan trucha y recolectan agua.

Mazo es riguroso en los tiempos, dos veces al día invierte entre tres y cuatro horas para ordeñar sus 18 vacas, a la misma hora, con vocación milimétrica. Un desfase horario podría ocasionar que las reses adquieran enfermedades que comprometen la calidad de la leche, como es el caso de la mastitis.

A pesar del crecimiento de las trucheras o de la presencia de enclaves de gran valor ecológico como el que rodea la casa de Gustavo Elías, la industria lechera sigue siendo el oficio privilegiado en Belmira. El mismo que, tantas veces, agota o cuestiona a sus productores.

Y es que Antioquia lidera esta industria en el país, con una producción de 3.674.471 litros por día y una participación del 19 % en el total nacional. La subregión clave en estas cifras es la conocida como la “ruta lechera”, que abarca a los municipios del altiplano del norte del departamento (San Pedro de los Milagros, Entrerríos, Belmira, Santa Rosa de Osos, Yarumal, Donmatías) y al corregimiento de San Félix (Bello). De acuerdo con Jaime Alberto Garzón Araque, secretario de Agricultura de Antioquia, en estas localidades se produce 2 millones 400.000 litros de leche al día. En la zona, en donde abundan los extensos prados y los rebaños, los turistas hacen recorridos guiados para conocer, más de cerca, los procesos y bondades de las tareas ganaderas.

Lidiar con el estancamiento

Abrir la llave del tanque y dejar que la leche corra por el potrero. Hasta 1.300 litros perdió Román Arboleda, lechero de San Félix, cuando en una ocasión la producción se estropeó luego de usar antibióticos para tratar enfermedades en las reses.

Con 62 vacas, su finca produce 900 litros diarios. “Esto ya no es rentable”, dijo Román, “porque los abonos y los concentrados suben, pero no el pago por la leche. Hace años que está estancado el precio”.

Su hija, Zoraida Arboleda, añadió: “Estamos aburridos. Nos exigen mucho, pero no hay un acompañamiento del Gobierno”.

Juan Manuel Cerón, director de la Unidad Agropecuaria de Colanta, explicó que el problema del estancamiento en los precios denunciado por los productores se explica por la suscripción de tratados de libre comercio entre Colombia y potencias lecheras, que permiten el ingreso de grandes cantidades de leche a bajo costo, conlleva a la sobreoferta láctea y frena la venta de los ganaderos nacionales.

“Sin embargo, no vemos una producción de leche marchitada a pesar de las dificultades. No tenemos productores que se estén retirando del negocio, antes se están tecnificando para sortear la crisis en mejores condiciones”, indicó.

Cerón agregó que, de hecho, la ruta lechera está cada vez más acondicionada como oferta turística. El nivel de tecnificación que están alcanzando los productores con sus salas de ordeño y con el manejo higiénico de alta calidad es motivación para que los visitantes conozcan este tipo de modelos, comentó Cerón, “y puedan entender cómo funciona el sistema de producción de la leche, que es una escuela para grandes y pequeños”.

La alternativa al estancamiento estaría, entonces, no solo en el impulso a la “Vía Láctea”, sino a otras formas del turismo en el Norte.

Duban Mazo, hijo de Gustavo Elías, aprendió a ordeñar desde niño y hoy coincide con Román y Zoraida en que la producción lechera en el norte ha disminuido por el estancamiento en los precios, la aparición de brotes como la brucelosis y el alto costo de los insumos. Por eso, dice, sus habitantes deben tomar consciencia del potencial ecosistémico de la región para que puedan aprovechar su riqueza como oportunidad en el turismo ecológico.

“Debe haber otro factor que supla las necesidades de los productores, como el agroturismo, el senderismo o el deporte de aventura”, contó.

Duban integra el grupo de Guías Belmira, nueve jóvenes que buscan consolidar el ecoturismo como una opción en el municipio, que involucre también a campesinos y comerciantes. Además de la ruta hacia el páramo, quieren consolidar entre los turistas otras alternativas como las fincas productoras o caminos que llevan hacia miradores locales.

Más ofertas turísticas

Como procesos complementarios a la tradicional ruta lechera, la Dirección de Desarrollo Turístico de la Secretaría de Productividad de Antioquia definió un producto turístico para los municipios del Norte. Por ejemplo, en San Pedro de los Milagros el objetivo es que los visitantes puedan recorrer los caminos y las fincas de la región para conocer de la cultura del agro, así como de la riqueza natural del municipio.

En Don Matías, la esencia es la empresa textil. Los visitantes pueden recorrer allí la fábrica de confecciones más grande de Colombia.

Rafael Eduardo Eusse, coordinador de la oficina de Fomento y Turismo de Santa Rosa de Osos, señaló que los visitantes siguen llegando y que, en 2017, arribaron al municipio 22.000 mil turistas entre nacionales y extranjeros.

Eusse mencionó que en Santa Rosa de Osos les apuestan a diferentes opciones, además de la ruta lechera tradicional. Entre estas se encuentra el “ CityTour”, que incluye un recorrido por 30 capillas, 8 parques y 15 edificaciones patrimoniales. También destaca las caminatas ecológicas al Cerro San José, en donde nacen las aguas que surten el acueducto, o la ruta cafetera del corregimiento de San Isidro.

Héctor Darío Avendaño, lechero de San Pedro de los Milagros, dijo que quizás lo que ahora son las tierras dedicadas a la producción de leche se convertirán, a largo plazo, en zonas de recreación o casas de descanso. Los días no son fáciles, pero, mientras se garantice la protección de su actividad productiva, el norte de Antioquia no escatimará en su crecimiento turístico, ni en la consolidación de nuevas rutas para conocerlo.

2,4

millones de litros de leche se producen, al día, en los municipios de la ruta lechera.