<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Bosque universitario va por declaratoria de protección

Son 18 hectáreas, entre lo urbano y lo rural, ricas en biodiversidad. Su propietario, la Universidad de Medellín, le hace trabajo de conservación.

  • Además de la huerta, en zona rural de la U. de M. hay un nacimiento de agua y un humedal que, dicen en esa institución, deben regenerar, “porque se está perdiendo”. FOTO Manuel Saldarriaga
    Además de la huerta, en zona rural de la U. de M. hay un nacimiento de agua y un humedal que, dicen en esa institución, deben regenerar, “porque se está perdiendo”. FOTO Manuel Saldarriaga
08 de diciembre de 2018
bookmark

Lo cuidan como un tesoro, uno natural, oasis en medio del rigor de la ciudad, su compleja movilidad y contaminación. En el lote La Ortega, en todo el costado del occidente de Medellín, existe una reserva ecológica, hogar de especies animales y humedal, fuente de agua.

Se encuentra en predios de la Universidad de Medellín (U. de M.), entre el barrio Las Violetas y la Cantera Santa Rita, en Belén Aguas Frías, límite del corregimiento Altavista.

Heroicamente docentes y estudiantes han luchado, desde hace un año y medio, por restaurar el bosque, preservarlo. Pero el riesgo está latente y es necesario un paso más, certero, fundamental: las declaratorias de área protegida y reserva natural.

En proceso de obtener esa certificación están los cuidadores. Sembraron 2.500 árboles de 40 variedades e inventariaron especies. Permanentemente lo estudian y buscan mitigar la presencia de pinos y eucalipto, muestra de la intervención errónea del pasado.

Julián Valencia, líder del programa de Soberanía Alimentaria de la U. de M., está al frente de la cuadrilla de salvadores del bosque y gestiona las declaratorias ante autoridades ambientales de la región y Parques Nacionales.

“Tras concluir un proceso de restauración (que espera sea en el primer trimestre de 2019) lo siguiente es avanzar en los requisitos para declararnos reserva natural de la sociedad civil, porque este es un predio privado. También podemos hacer parte de la red nacional de reservas y registrarnos ante Parques Nacionales Naturales para explorar la posibilidad de convertirlo en área protegida urbana”, anota.

Riqueza forestal

De La Ortega asoman en un costado las casas, aglomeradas, de un asentamiento que muestra la densificación de zonas antes rurales. Al otro lado el ruido y el polvo son propios de la actividad en la que se carcome la montaña para extraer material.

“La reserva, antes, era botadero de basura, de escombros. Estaba abandonada, a punto de desaparecer”, dice Valencia.

En ese sentido, Dora Luz Delgado, coordinadora de Gestión del Sistema de Gestión de Sostenibilidad de la U. de M. comenta que la intervención en La Ortega es el reflejo de lo que acontece en Medellín: una estrecha relación urbano rural en la cual uno necesita al otro.

“Esa configuración territorial nos ha permitido considerar esta proyección de restauración. Esto, además de servir a la universidad beneficia a la ciudad como un modelo para replicar. Es un laboratorio vivo para la investigación”, anota la docente.

La norma los cubre

La U. de M. está en un territorio privilegiado. Linda con el corredor de la reserva del Romeral, que va hasta el occidente de Antioquia. De acuerdo con Delgado y Valencia, el campus universitario, de 33 hectáreas, está inmerso en una diversidad de ecosistemas con 107 especies de árboles, 55 de aves y 550 metros de siembra de diseño hidrológico para una cosecha de agua.

Luz Adriana Molina, directora de Ecosistemas de Corantioquia, destaca que el predio universitario es un espacio valioso, de conectividad de ecosistema, y fundamental para la exploración.

Añade que la ventana para lograr la declaratoria es una estrategia de carácter municipal, contemplada en la norma, y que busca dar vida a los sistemas locales de áreas protegidas para la sociedad civil.

“Para la U. de M. existe una ruta en que la ciudadanía se puede vincular a la protección de la biodiversidad y los ecosistemas, y esa es la declaratoria de las Reservas Naturales de la sociedad civil”, asegura.

Así, considera Molina, a los salvadores del monte La Ortega les queda demostrar, ante autoridades nacionales y regionales, que en el predio tiene un ecosistema de valor ecológico o de biodiversidad que amerita y tiene capacidad de conservación.

De resto, la aprobación será cuestión de horas, quizá semanas, cree Molina. La Universidad espera que su reserva, en febrero próximo, sea área protegida .

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD