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Un vídeo en el que se ve a una empleada doméstica limpiando, desde una altura considerable, los vidrios de un apartamento en El Poblado ha puesto en tela de juicio los riesgos laborales a los que se pueden ver expuestas estas a diario, según explicó la coordinadora del proyecto Hablemos de Empleadas Domésticas, Andrea Londoño.
La grabación deja ver cómo una mujer vestida con lo que sería un uniforme azul que le llega hasta un poco más debajo de las rodillas limpia uno de los ventanales del apartamento con su mano derecha, mientras que con la izquierda, la cual hace las veces de arnés, empuña la parte del vidrio libre de suciedad. Su pies, que calzan unos zapatos blancos, ocupan un delgado “anden”, que ante cualquier mal paso de esta podría haber desencantado una tragedia.
La mujer, tal como lo confirmó el administrador del complejo residencial, no hace parte del grupo de empleadas del edificio sino que había sido contratada por un particular.
Para la abogada del Sindicato Unión de Trabajadoras Domésticas, Utrasd, Viviana Osorio, está claro que si el hecho hubiese terminado en una tragedia que hubiera comprometido la integridad física y moral de la empleada doméstica la responsabilidad total del caso hubiese recaído sobre el empleador de comprobarse, cierto es, que no contaba con la debida protección y entrenamiento para ejercer este tipo de actividades.
“Basada en las suposiciones culturales creemos que hay una falta de conciencia por parte de los empleadores para con los riegos que corren con su empleada al pedirle que haga ciertas actividades so pena de un accidente laboral. Creemos que hace falta mucha pedagogía al respecto por parte de la empleada y de los empleadores”, explicó Londoño.
La letrada del Utrasd explicó además que en los resultados preliminares de una investigación que adelanta en Urabá y Cartagena se ha podido constatar que los patrones de las empleadas domésticas “consideran que esas son cosas que estas mujeres, quienes en su mayoría son madres cabeza de familia, desplazadas y con poco nivel de estudio, tienen que hacer como parte de su trabajo diario”.
En cifras de Osorio “el nivel de proyección en riesgos laborales para las empleadas domésticas es de solo un 14%” y aunque en Colombia se cuenta con un plan nacional en donde se definió una política de Seguridad y Salud en el Trabajo, no se incluyeron los grupos poblacionales de trabajadores prioritarios a las trabajadoras domésticas.
La abogada fue enfática en enumerar las otras falencias que tienen la legislación colombiana frente a las funciones de seguridad y salud de las empleadas domésticas, pues no se ha constituido el Comité Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo del Sector de Trabajadores Domésticos.
Colombia tampoco cuenta, según Osorio, con manuales técnicos de Seguridad y Salud en el Trabajo específicos para los trabajadores y las trabajadoras domésticas establecidos por el gobierno ni por los sistemas de promoción y prevención de riesgos ARL.
“Al no existir un Sistema Nacional de SST, no hay un procedimiento de seguimiento ni de reexamen de las acciones de seguridad y salud en el trabajo a nivel nacional”, aseguró.
En datos recogidos por Utrasd del reporte de la encuesta del Dane de 2015, se dice que en Colombia trabajan en promedio unas 725.000 empleadas domésticas. De estas, 116.898 cotizan para una pensión. Y 259.000 están cobijadas por salud y pensiones, es decir solo el 34%. Además, el número de afiliaciones de trabajadoras domésticas al sistema de subsidio familiar ha pasado de 30.000 afiliadas en 2014 a 115.607 en 2015.