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Medidas para mejorar la calidad del aire: ¿de fondo y suficientes?
Restricciones de movilidad vehicular decretadas enfrentan la emergencia. Las soluciones de fondo están planteadas a largo y mediano plazo.
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Así se veía la estación Envigado a las 6:40 a.m. de ayer. Según la empresa Metro, en las horas pico de la mañana hubo un incremento del 9 % en la cantidad de viajeros en el sistema con respecto a un día normal. FOTO Santiago Mesa
08 de marzo de 2018
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El Valle de Aburrá mostró otro semblante ayer. Se respiraba mejor, se pudo transitar con facilidad. Las medidas para enfrentar la alerta ambiental decretadas por el Área Metropolitana (Amva), que inicialmente se extenderán hasta mañana, propiciaron una reducción en la concentración de material particulado (PM 2,5) en la mayoría de estaciones de monitoreo de la región (ver gráfico).
Las calles lucieron despejadas debido a la extensión del pico y placa, seis horas más por día, y de cuatro a seis dígitos. La Secretaría de Movilidad reportó que 64.063 vehículos dejaron de circular en la mañana, con respecto al pasado miércoles 28 de febrero.
En contraste, el metro incrementó en 9 % la cantidad de pasajeros que movilizó (1.300.000) y el sistema funcionó al 100 %, es decir, con 70 trenes.
No obstante el reporte satisfactorio de las acciones para mitigar la alerta y preservar la salud, desde colectivos ciudadanos se hicieron cuestionamientos sobre el por qué esperar episodios críticos para tomar medidas.
Para Carlos Cadena, coordinador del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam) de Eafit, estos episodios críticos se pueden evitar con “decisiones valientes de gobernantes y autoridades”.
“Es sorprendente que sabiendo qué va a pasar, teniendo datos y tendencias, nos quedemos quietos. Estábamos respirando veneno”, dijo y acotó que “los planes del Amva y el gobierno local se quedaron cortos”.
Respecto a lo que está viviendo en materia ambiental el Valle de Aburrá, y las acciones tomadas para enfrentar la problemática, Daniel Suárez, del colectivo Aire Medellín, destacó que con el estado de prevención que se declaró, se previó el momento crítico, a diferencia de 2016 y 2017 (cuando se presentaron emergencias similares).
Añadió que este año la ciudad estuvo mejor preparada, aunque “falta mucho para evitar a lo que llegamos hoy”.
“Lamentablemente el estado de prevención no ayudó mucho, y de principio se debieron generar acciones más fuertes, como las que finalmente se tomaron”, apuntó e insistió en la pertinencia del pico y placa todo el día, de manera permanente.
A largo y mediano plazo
Las soluciones de fondo a la problemática ambiental pasan por tres estrategias, lideradas por el Amva: el Plan Operacional para enfrentar Episodios Críticos de Contaminación Atmosférica (Poeca), el Plan Integral de Gestión de Contaminación del Aire (Pigeca) y el Pacto por la Calidad del Aire.
María del Pilar Restrepo, subdirectora ambiental del Amva, dijo que aunque esas apuestas son a mediano y largo plazo ya trabajan en ellas.
Recalcó que con el Pigeca, entre otras acciones, se busca mejorar la red de monitoreo, la calidad del combustible, avanzar en la renovación del parque automotor, programas de arbolado urbano, la manera de enfrentar episodios críticos, e incentivos a sectores productivos para que cumplan metas ambientales.
“Este plan (Pigeca) ya se está implementando. No estamos esperando que suceda lo que ha venido pasando”, apuntó y puso como ejemplo el propósito del alcalde Federico Gutiérrez para mejorar la calidad de combustibles con la Procuraduría.
Restrepo aceptó que en la calidad del aire incide el incremento del parque automotor, en un 80 % responsable de la contaminación, y que aún no se ha hecho renovación. Mientras no cambiemos tecnologías, mejoremos combustibles, movilidad eléctrica y transporte integrado no se verán los resultados”, concluyó.
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