Glauber Rocha y el Cinema Novo

Brasil en una época de militancia y cine furibundo

Por: Manuel Alejandro Muñoz


Preámbulo

La necesidad de realizar una reflexión sobre lo que nos rodea es una actividad habitual de los artistas y críticos de cualquier época. Glauber Rocha fue un importante director cinematográfico y critico brasileño que desarrolló perspectivas y análisis del contexto sociopolítico de su época, su cine contribuyó a la formación de un movimiento denominado “cinema novo”, el cual se distinguía por el constante reproche y reflexión acerca de los hechos sociológicos entre finales de los 50´s y 70´s, periodo en donde se daba un contexto importante para la cinematografía latinoamericana.

Glauber Rocha en sus ensayos La estética del hambre y La estética del sueño generó una posición acerca de cómo los burgueses y las sociedades europeas percibían el individuo latinoamericano; postuló una teoría de transformación social por medio de lo que él llamó arte revolucionaria. Es importante explorar la vida y obra de Glauber Rocha como referente de las repercusiones que sus puntos de vista y opiniones tuvieron en Brasil y Latinoamérica en aquella época de cambio y revolución.

El Cinema Novo ha sido una tendencia cinematográfica latinoamericana que se ha encargado de generar soluciones y reflexiones a lo que fue llamado como “geopolítica”, esta tendencia ha criticado una realidad que sugiere conclusiones y criticas sobre innumerables problemas sociológicos, problemas de los que se ha ocupado el cine latinoamericano durante muchos años.

Rocha imprimió en sus obras mensajes discrepantes que reflejaban una necesidad por demostrar las particularidades y los problemas de Brasil y Latinoamérica en un contexto global. En sus películas y textos demostró su interés por las cuestiones sociales.

Una manifestación: El Cinema Novo y Glauber Rocha

La expresión de las necesidades e inconformidades sociales era el imperativo en el Brasil de los 50´s. El país estaba asumiendo un cambio sociopolítico en muchos de sus ámbitos económicos, culturales y hasta automovilísticos con aquel proyecto del Autódromo de interlagos (José Carlos Pace) en Sao Paulo. La industria cinematográfica no se quedaba atrás.

Los jóvenes descontentos con muchas de las reformas y características de su país, decidieron enseñarle al mundo sus opiniones, reflexiones y críticas por medio del cine. En ese tiempo Decía Carlos Diegues: un nuevo cine, fomentado a costa de las aventuras de algunos pioneros, se prepara para ver la luz. El cine brasileño está tomando un rumbo prometedor, tanto en el campo como en la ciudad los cineastas más jóvenes desarrollan sus actividades, descontentos con lo que existe. Buscan un cine más autentico, culturalmente válido, acorde con el momento que vivimos[1].

En aquella época emergió el nombre de Glauber Rocha, un joven de personalidad pintoresca, con una marcada genialidad artística y originalidad intelectual, un joven que marcaría la historia de la cinematografía latinoamericana y del Brasil.

Glauber Rocha era consciente de los cambios que afrontaba su país, parecía que la atmósfera solo se prestaba para lo nuevo, lo innovador; él quería un espacio para el cine en medio de la revolución y el cambio, un espacio para un cine que hablara de lo que sucedía y reflexionara sobre aquello, un cine de perspectiva y prospectiva. Las reformas políticas aplicaban en muchosde los ámbitos sociales, pero en el cine no había palabra que planteara la creación de un movimiento o tendencia que significara el nacimiento de lavoz cinematográfica deBrasil.

Glauber decía: “se habla de reforma agraria, se produce una revolución en el teatro, el concretismo en las artes plásticas, la arquitectura de la ciudad de Brasilia evidencia que el país no se ha paralizado. ¿Y el cine?”[2] Con solo diecisiete años inicia una empresa llamada sociedad cooperativa de cultura cinematográfica Yemanjá, en donde plasma sus primeras obras cinematográficas. Esta empresa sería una de las promotoras del nacimiento de un nuevo cine en Brasil y Latinoamérica, un cine de revolución, crítico e inclusivo, que hablaba de los hechos sociales, de la ciudad y sus ciudadanos, del campo y los campesinos, un cine del pueblo y para el pueblo, un cine que fue llamado Cinema Novo.

“Arte revolucionaria”

El ser humano de forma constante ha sentido la necesidad de demostrar el inconformismo frente a lo que le rodea, el sistema genera dependencia en los sujetos sociales y esta impide que la palabra o la opinión sean aceptadas o por lo menos atendidas.

Glauber Rocha propuso una expresión de crítica frente a las contenciones racionalistas de su época. El término con el que se refirió a la labor del artista en razón de su contexto se refería a la crítica por medio de la espiritualidad y de los hechos artísticos, para Glauber Rocha una revolución por medio de la violencia resultaba totalmente irrisoria.

Por medio de su cinematografía y de sus contenidos textuales, generó un sinnúmero de argumentos que hablaban de los hechos sociales del Brasil de la época, de los adulterios de los gobiernos y de posibles soluciones a estos. Sus imágenes plasmaron una realidad que se vio reflejada en las favelas y en las urbes de Brasil, su referente era el neorrealismo italiano, y como referente quiso manifestar la pobreza, el hambre y el dolor de su pueblo, el cinema novo fue su “arma de doble filo”.

El componente irracional del cine de Rocha fue la definición más cercana y más palpable que este autor pudo dar al termino arte revolucionaria, desde este punto la clase pobre y la marginada se crean dentro de un “misticismo liberador latinoamericano: a pesar de que el misticismo es un fenómeno negativo, desde el punto de vista sociológico, es muy positivo desde un punto de vista subjetivo y del subconsciente, debido a que significa una rebelión permanente del pueblo contra la opresión que se le es impuesta”[3].

Arte revolucionaria se manifestaría entonces con una de sus críticas más trascendentales, La estética del sueño, texto en el que genera una posición irracional y a veces incoherente, con intensiones activistas políticamente y con una clara posición frente al cambio y revolución en su entorno social.

Desde este misticismo Glauber planteaba la ruptura del racionalismo colonizador, la represión que el colono ejercía en sus sometidos podía ser debatida desde el subjetivismo y la manifestación de ideas intelectuales que encontraran en la espiritualidad una manera de criticar con el arma más fuerte del revolucionario; el “irracionalismo liberador”

La estética del hambre: Brasil y Latinoamérica

La estética del hambre fue la encarnación de la pobreza y la humillación de Latinoamérica y Brasil. La tesis de este ensayo se basa en la visión que los europeos recreaban frente a la situación latinoamericana, el europeo observaba en el latino un personaje que enriquecía su cultura y que mejoraba su sed de primitivismo, Rocha identificó el “Hambre” de nuestro continente como una cualidad, como un hecho que diferenciaba nuestras costumbres; del hambre se desprende la violencia, y la violencia en este contexto no es nociva, la violencia es la manifestación de la inconformidad y es la voz del latino.

De Latinoamérica se desglosa una miseria que más que comprendida, es sentida; el colono no acierta en la definición del hambre de nuestro pueblo, la razón burguesa y racionalista no alcanza a comprender la situación del colonizado. La miseria se materializó en el cinema novo, sus personajes fueron feos, despreciados, angustiosos y pobres, “este miserabilismo escrito por la literatura de los años treinta, ahora fue fotografiado por el cine de Rocha”

Estética da fome título original de esta obra, plantea argumentos que hablan del subdesarrollo latinoamericano, un subdesarrollo que fue plasmado en el cine con el cinema novo; la vergüenza y la indignación fueron los imperativos en las obras de Rocha, la estética del hambre era la definición para magnificar los defectos sociopolíticos del contexto brasileño y latinoamericano, era esta la razón para apoderarnos de nuestros defectos y generar reflexiones y conciencia a partir de estos. Para Rocha la originalidad de Latinoamérica era el hambre y la miseria, y en este sentido, el objetivo común es la liberación sociopolítica del pueblo subyugado a la represión racionalista.

La estética del sueño, un mensaje de revolución desde el arte crítico

La estética del sueño fue la maduración del ideal de hambre y miseria que planteaba Rocha. En este ensayo se conjugan los argumentos de hambre, espiritualidad, miseria y misticismo. La revolución desde este punto de vista es percibida desde el sentimiento, desde el artista, y las posturas intelectuales no juegan un papel protagónico en esta corriente, “la revolución es la antirrazón que comunica las tensiones del más irracional de todos los fenómenos, la pobreza”[4].

El “arte revolucionaría” es el concepto dominador en la Estética del sueño, desde este término se construyen las bases para una crítica sociopolítica que encontraría en el arte la mejor expresión de rebeldía y sinceridad del colonizado. El artista es la materia prima de esta forma de revolución: “El artista debe mantener su libertad ante cualquier circunstancia. Solamente así estaremos libres de un tipo muy original de empobrecimiento: la oficialización que los países subdesarrollados acostumbran hacer de sus mejores artistas”[5].

Dios y el diablo en la tierra del sol y Antonio das Mortes: hombre, religión y moral

Reflexionar sobre el cine de Glauber Rocha es definir sus películas como obras que se recrean en la realidad del contexto latinoamericano. Sus obras fueron representaciones de un sueño estilístico que se veía fragmentado por un sinnúmero de significados que semiotizaban sus obras. La influencia del neorrealismo italiano recogió los referentes para poner en marcha la cinematografía de Glauber Rocha en Brasil, fue el componente principal que arrojaría la creación del cinema novo, desde donde se plasmaron situaciones que hacían alusión a la cotidianidad de un pueblo marginado, marginación de la que Rocha sacaría conclusiones y elementos que daban valor al sentido de sus obras.

En estas dos obras se destaca una relación dialéctica y constante entre los significados y valores simbólicos que el ser humano recrea a partir de la interacción en sociedad. En Dios y el diablo en la tierra del sol se percibe la independencia que Manuel debe desarrollar ante construcciones sociales como la religión. El líder mesiánico Sebastiao expone el fanatismo inhumano que representa la religión como símbolo de represión social, además influencia a sus seguidores campesinos para masacrar miembros infieles o pecadores de su religión. Manuel debe desistir de la condición eclesiástica porque se entera de que ésta opera como un daño a su situación social y de ser humano. “Manuel está representado como individuo, y los campesinos como una masa sin identidad personal, carentes de juicio y de comprensión racional, asesinos y al mismo tiempo pasivo”[6].

La moral es mencionada en Antonio das mortes, donde se formula la segunda parte y el complemento de Dios y el diablo en la tierra del sol, Antonio es un cazador de cangazeiros, su misión es acabar con cada uno de ellos. Antonio durante el film se entera de que su enemigo, el cangazeiro, es un personaje bondadoso, ayuda al pueblo y es apoyado por los habitantes de este. La moral juega un papel importante en este momento, la disputa entre la muerte y la vida hacen que la confrontación interna de Antonio recree el ideal de moral construido culturalmente por los seres humanos.

En síntesis, Glauber Rocha dirigió y expuso puntos de vista que ayudaron a que el corpus crítico e intelectual del cinema novo fuera protagonista en el contexto latinoamericano, Brasil fue su referente pero Latinoamérica su protagonista; el hambre y la pobreza fueron imperativos que se abordaron como cualidades de nuestro pueblo.

Glauber Rocha no fue un revolucionario, fue un artista que encarno la revolución en la espiritualidad y el intelecto para criticar a las masas racionalistas que ejercían represión frente a los marginados. Para este autor el cine fue una industria revolucionaria que nada tenía que ver con las corrientes hegemónicas mundiales. Por eso alguna vez dijo: “Es necesario transformar el cine, sabiendo que no se filma un plano como se escribe un verso. El cine es, ante todo, una industria, incluso si se dirige contra la industria”.

Filmografía

“Dios y el diablo en la tierra del sol” – Glauber Rocha 1964

Terra em transe (Tierra en trance), largometraje, blanco y negro – 1967

“O Dragáo de Maldade contra osanto Gerreiro” también conocida como “Antonio das mortes” – Glauber Rocha, 1969

Bibliografía

Tal, Tzvi, pantallas y revolución; una visión comparativa del cine de liberación y el Cinema Novo/ dirigido por Raanan Rein. Editorial, lumiere; Israel: Universidad de Tel Aviv, 2005.

Avellar, José Carlos, Glauber Rocha. Editorial, Catedra/ filmoteca española, impreso en España, 2002.


[1] Carlos Diegues en Avellar, José Carlos, Glauber Rocha. Declaración a alex y viany, senbor, abril de 1962.

[2] Glauber rocha en Glauber Rocha de José Carlos Avellar.

[3] Entrevista con Glauber Rocha sobre su película Antonio das mortes, entrevista con Miguel Torres, cine cubano.

[4] Carlos Diegues en Avellar, José Carlos, Glauber Rocha.

[5] Glauber rocha en “la estética del sueño”, ensayo en donde plasma el término “Arte Revolucionaria”

[6] De “Pantallas y revolución; una visión comparativa del cine de liberación y el cinema novo”, capitulo: Tras los mitos del espíritu brasileño, fragmento de “dios y el diablo en la tierra del sol.

1 comment

  1. Laura Lara   •  

    Excelente lo expuesto. En verdad, ya es tiempo de dejar de ser lo que no somos y comprometernos como lo hizo Glauber Rocha.

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