Sex and the city, de Michael Patrick King

Monumento a la Banalidad y al mal cine

Uno de los momentos más emotivos de esta película es cuando la protagonista le regala a su asistente una cartera de marca. La música, los planos, los diálogos y las actuaciones,  dan cuanta de lo emocionalmente significativa que era la situación. Y así toda la película gira en torno a las posesiones materiales, más que al sexo, que poco de eso hay, o al amor, que estas cuatro mujeres escasamente saben qué es.

La célebre serie televisiva de HBO, que tuvo seis exitosas temporadas (1998 – 2004), en la pantalla grande no se ve ni célebre ni exitosa, es más bien un monumento a sí misma, a la superficialidad de sus protagonistas en particular y de las mujeres norteamericanas en general. Porque no es una cosa que tenga que ver con tener poder adquisitivo o no, pues a esa mujer que le regalaron la cartera, con su sueldo de aspirante a asistente alquilaba carteras de marca, lo cual de por sí ya es una monumental aberración.

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