Una mujer que habla de mujeres
Por: Oswaldo Osorio
El cine sigue siendo, primordialmente, un asunto de hombres y sobre hombres. Por eso una cineasta como Jane Campion es una excepción a la regla sobre otra excepción a la regla. Y más lo es siendo de Nueva Zelanda, que aún es un país exótico para casi todo el mundo. Pero falta más: tiene talento, reconocimiento y un cine bello, sensible y estimulante, tanto en su concepción visual como en la forma en que mira a sus personajes y universos.
A los treinta y nueve años ya había triunfado en el mundo del cine. Eso si se tienen en cuenta los dos principales referentes de lo que institucionalmente es triunfar en el cine: Para la crítica y la cinefilia, ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes; y para la industria, ganar el Oscar. Ambos los obtuvo con El piano (The piano, 1993), siendo la única mujer con este mérito en el evento galo y la segunda en aquel “concurso” hecho en Hollywood, donde se le otorgó estatuilla a mejor película, guion (escrito por ella) y actriz de reparto, para la joven y desperdiciada promesa de Anna Paquin.
Todas sus películas tienen como protagonistas a mujeres y no necesariamente al universo femenino, mucho menos escenarios dominados por mujeres. Al contrario, la principal característica de estas siete mujeres (si solo contamos a cada uno de los personajes centrales de sus largometrajes de ficción) es que son seres liberados de la condición femenina que les impone su tiempo y lugar.
De manera que su condición de liberadas (aunque no necesariamente libertarias) parece ser lo primero que requiere un personaje de Campion para hacerlo suyo, para interesarse por su historia. Sin embargo, es una libertad generalmente más de actitud y de mentalidad que real y plena. Pero justamente la falta de esa plenitud es lo que muchas veces mueve al personaje y se impone como uno de sus principales conflictos. Esto se puede ver sobre todo en sus personajes de época, cuando era más común que las mujeres tuvieran mayores límites, impuestos tanto por parte de la sociedad y la moral como de los hombres.