Premio Nacional de Cine para una película de Medellín

El cine de Medellín hasta hace poco se reducía a Víctor Gaviria. Lo demás, era muy poco y de cuestionable calidad. Con la película Apocalípsur, de Javier Mejía, aparece una nueva versión de la ciudad, una nueva forma de verla.

Es una película que también trata de algunos de los problemas de Medellín, pues se ambienta en la época del narcoterrorismo, pero la forma como está construida su historia, sus protagonistas –jóvenes de estratos altos- y el énfasis puesto en la amistad y en las expectativas de estos jóvenes en la vida,  la hace una cinta inédita y cargada de virtudes.

El Premio Nacional de Cine que le acaba de otorgar un grupo de personalidades internacionales, en el marco de la semana del cine colombiano, es la constatación de la calidad y la marcada diferencia que tiene esta película en relación con el cine reciente del país. Ya el Festival de Cartagena había hecho lo mismo, así como otra serie de eventos internacionales.

Así que no es la opinión de unos pocos, es un consenso que existe en torno a la importancia de esta cinta, una importancia que no tuvo eco en el público colombiano, ni siquiera en el de la ciudad, que no la acompañaron en su paso por la cartelera, lo cual evidencia cuál es el principal problema del cine nacional: su público.
O.O.