Piratas del Caribe: La venganza de Salazar, de Joachim Rønning, Espen Sandberg

Héroe borracho y patético

Manuel Zuluaga

Escuela de Critica de cine

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Con más de 15 años desde el estreno de la primer película de la saga de Piratas del Caribe, Disney Channel empresa productora, al igual que con otras de sus franquicias, ha conseguido una fanaticada significativa y una rentabilidad económica que deberían apuntar a consolidar argumentos, personajes, y aventuras que llamen la atención como para continuar asistiendo a cine a ver la siguiente película. Sin embargo, la más reciente entrega de la saga protagonizada por Johny Deep decepciona y falla en este sentido.

Mientras el Capitán Jack Sparrow busca la manera de conseguir una nave, es buscado por el joven corsario Henry Turner, quien espera recibir su ayuda para encontrar el tridente de Poseidón, artefacto que acaba con todas las maldiciones del mar. En su búsqueda se cruzan con Caryna Smyth, astrologa que está segura de saber llegar al sitio donde se esconde el tridente.

Por otra parte, un capitán fantasma, Salazar, quien fue derrotado por Jack, lo busca para vengarse con la amenaza de que toda su tripulación es inmortal, lo que pone en jaque a Sparrow y por lo cual tiene la necesidad de encontrar el tridente. Esta situación lleva a los personajes a lo largo del metraje por distintas peripecias en el mar y que, con creatividad y lucidez, divierten en todo momento, pero revelan las falencias del guión, como síntoma de la crisis que vive Hollywood en la actualidad.

La película se vendió con la idea del regreso a la franquicia de Orlando Bloom, que desde el año 2008 había decidido abandonar el personaje de Will Turner en la tercera entrega de la saga. En la venganza de Salazar, ocupa una participación minúscula, cuya relevancia es la excusa gratuita y cliché para la incorporación de un nuevo personaje, su hijo, quien decide salvarlo. Ese detonante lleva a Henry Turner hasta Jack Sparrow, esperando recibir su ayuda.

El paso a seguir para completar la fórmula de la casa, sería que Sparrow encontrase utilidad en él para aceptar el trato, solo que esta vez, por lo que parece ser una serie de circunstancias desafortunadas, el capitán no tiene ningún objetivo, y más que nunca, se la pasa borracho. Se ha convertido en un personaje patético, sin encanto, y que a lo largo de la historia resulta irrelevante, sin hacer nada que avance la trama.

Solo en el viaje hacia el tridente de Poseidón, se cruzará con el enemigo que espera acabar con su vida, y que se presenta como principal obstáculo para conseguir el preciado tesoro. Lo más decepcionante en la situación, es que Sparrow no hace nada por confrontar al antagonista, en cambio, es salvado una y otra vez por esos personajes que son nuevos en la saga. De aquellas habilidades que tanto gustan en su personaje, ya no queda ninguna.

La presencia de algunos personajes secundarios llena la historia de matices y de comedia, que empobrecen aún más la caracterización de Jack, y conducen a preguntarnos por su fin. La extinción del único pirata que ha tenido continuidad en el cine, y que se esperaría fuese un tema más explotado en el séptimo arte, como lo ha sido por la literatura, o inclusive la televisión, con el referente más cercano, Black Sails, una propuesta llena de crimen, inteligencia y aventura.

Esta película me deja con la misma sensación de la famosa anécdota de Indiana Jones y los cazadores del Arca Perdida, en donde sí se extrae al personaje interpretado por Harrison Ford, la historia se desarrolla exactamente igual, indicando así la mala construcción del guion. En la quinta entrega de esta saga, todo apunta a expandir un universo de aventuras, en el que se incluyan más personajes ¿qué reemplazaran a Jack? Hay casos de grandes sagas de Hollywood en las que una película sirve de enlace entre otras, X-men, Rocky, etc.

Para terminar, y con un poco de pesimismo, para todos los que gustan de la saga de piratas, pronostico un fin cercano para la historia y los invito a no ver la película si no quieren dañar su visión sobre el Capitán Jack Sparrow. A todos quienes les es indiferente, la película garantiza dos horas llenas de humor y entretenimiento.