Astronomía y televisión

Salida de la Luna Llena en el mes de Septiembre. La foto es de nuestro amigo Pedro Zuluaga, quien no se pierde la fiesta. El telescopio utilizado fue un Orión de 8 pulgadas, newtoniado, de nuestro amigo Jesús David Llano. Todos ponemos para esta fiesta del disfrute.

Hola Galileanos!!

!Me alegra saber que seguimos en sintonía! Así deberíamos saludarnos cada tanto tiempo entre amigos y colegas, y más aún en tiempos del más abrumador maremágnum audiovisual del que hayamos tenido noticia.

La astronomía, como tantas otras ciencias estudiadas por el hombre, tiene serios problemas cuando requiere divulgar lo que consigue, lo que anda haciendo y hasta lo que se imagina, en el mundo fascinante de las hipótesis. Allí aparecen infinidad de términos y proyectos que, por fortuna, entienden perfectamente quienes integran la comunidad científica, así muchos de nosotros quedemos fuera del rango general de la comprensión.

Sin embargo, y gracias al esfuerzo de esa misma comunidad científica internacional, cada vez se vuelven más frecuentes las oportunidades para conocer de primera mano lo que tiene lugar en materia de investigación, experimentación técnica y realizaciones prácticas de la ciencia, gracias al auge de la televisión y de la realidad tele transmitida. Bienvenidos, nos dijeron hace rato, al mundo del streaming.

Video del alunizaje de la NASA en 1969 (Wikipedia)

El alunizaje de 1969
El 16 de julio de 1969 partió desde la Tierra la sonda espacial Apolo 11, con la meta de poner sus paticas en la superficie lunar el 20 del mismo mes. La historia es bien atractiva pero no la vamos contar aquí (ahí les queda el enlace a la Wikipedia, como referencia básica). Aunque yo no estaba ni en los planes de mis papás en ese tiempo, sí he visto en diferido la transmisión que se hizo en aquel tiempo, con todo y las limitantes tecnológicas que supone haber hecho televisión hace 48 años. El video, que aquí va incluido, me atrae inmensamente porque deja en evidencia lo que nos dicen que pasó aquel día, así ninguno de nosotros (yo, por lo menos) no lo haya visto en directo o no haya estado presente en el lugar.

La televisión tiene ese encanto natural, de traer a nosotros las cosas o situaciones que andan lejos de nuestro alcance, dejando que nuestros ojos funcionen como ventanas remotas que pueden ver lo que otros ojos enfocan. Y eso, que conste, deja en juego todo aquello de las subjetividades, las miradas intencionadas, los enredos de la fantástica semiótica que tanto me gusta y otras decenas de variables, incluyendo las conspirativas, que de vez en cuando me divierten muchísimo (no se si a ustedes también). De este tema escribiré con más calma un poco más adelante.

Entonces, la tele
Como pa incrédulos, todos nosotros juntos, la televisión tuvo que arreciar sus ventanas y elevar su capacidad de captura y transmisión de imágenes. Gracias a ello vimos decenas de lanzamientos de los transbordadores espaciales de la NASA, y seguimos observando por diversos canales, análogos o virtuales, los lanzamientos de los Space X, las sondas europeas,  rusas y hasta las naves chinas, que sin mucho eco por estas latitudes ya están logrando maravillas en la nueva carrera espacial de la que poco se habla y mucho se avanza.

Gran final de la sonda Cassinni en Saturno (NASA)

Con esto del auge audiovisual entendemos porqué es posible que hayamos visto en vivo y en directo llegadas fenomenales como las de las más recientes sondas espaciales llegadas a Marte, los pasos cuidadosos de los robots ubicados allí mismo, y hasta la triste, preparada y controlada defunción de la Sonda Cassini la semana anterior.

No se ustedes, pero yo sí me apunté muchas veces a ver por televisión algunos de esos lanzamientos de los que hablaba un poco antes. Me parecían muy emocionantes y visionarios, así yo no entendiera nada de nada de las misiones que se llevarían a cabo, de las razones por las que los astronautas eran llamados especialistas en lo que iban a hacer, y mucho menos de la forma como vivirían allá trepados en esas lejanías tan altas y extrañas. Eso, para que nos hagamos a una idea, me suena a cuando me pegaba los madrugones dominicales para ver las carreras de la Fórmula 1 o las de la Fórmula Cart, cuando en ellas corría mi tocayo Juan Pablo Montoya, pero eso, sin duda, serán carreras y harinas de otro costal.

Así que, apreciados Galileanos, anímense a ver televisión por demanda en temas espaciales. Seguro estoy de que les parecerá genial y de que se llevarán buenas y magníficas sorpresas audiovisuales. A un simple click de distancia tienen la opción de conectarse con todas las agencias espaciales del mundo, y de imaginar que son ustedes mismos quienes van tripulando estas fantásticas naves espaciales, tal como lo hacíamos todos, sin duda, en alguna vieja caja de cartón a la que bautizamos Apolo, en la finca de la tía o en el patio de la casa.

Algunas recomendaciones

Sobre el final de la Misión Cassini

Sobre el alunizaje de 1969

Soy Juan Pablo Ramírez y disfruto hablar de las ciencias del espacio. Soy Comunicador Social - Periodista, por lo que mis textos hablan desde la experiencia del observador común,. más que desde la mirada de algún científico experto. Me gustan las preguntas y confío en que este espacio sea una forma de conectar la tierra con el cielo, en medio del disfrute del resplandor de las estrellas y de todo lo que ocurre en torno a ellas.

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