El espíritu Galileano

Salida de la Luna Llena en el mes de Septiembre. La foto es de nuestro amigo Pedro Zuluaga, quien no se pierde la fiesta. El telescopio utilizado fue un Orión de 8 pulgadas, newtoniado, de nuestro amigo Jesús David Llano. Todos ponemos para esta fiesta del disfrute.

Salida de la Luna Llena en el mes de Septiembre. La foto es de nuestro amigo Pedro Zuluaga, quien no se pierde la fiesta. El telescopio utilizado fue un Orión de 8 pulgadas, newtoniado, de nuestro amigo Jesús David Llano. Todos ponemos para esta fiesta del disfrute.

Observar el cielo ha sido mi pasión. El universo entero, tan grande y profundo, sigue sorprendiendo a quienes dedican sus días y talentos a sondearlo con toda clase de objetos, técnicas, teorías y recursos. Aquellos, quienes hablan de ciencia, entienden el universo como un precioso e inagotable laboratorio de oportunidades únicas, capaces de preservar el necesario efecto de la sorpresa que tanto necesitamos hoy en día, en tiempos en que parece que ya lo hemos visto todo y casi nada logra conmovernos.

Los poetas, en tanto, creyeron por años que todo aquello que vemos, más lo que no identificamos, tendría un efecto especial en nuestras vidas, en las musas, o incluso en la cotidianidad. Ellos, inspirados o conmovidos, pasan horas eternas en medio de la noche y su penumbra ideando la unión de palabras, la construcción de frases dulces y atractivas, capaces de atrapar un beso o de trenzarse felizmente en medio de un abrazo alumbrado por la luz de la luna llena y decorado con alguna luz que pasa, a toda prisa, cuando la fuerza de la atmósfera pulveriza alguna pequeña piedra entrando a nuestro aire terrestre.

También están los divulgadores de ciencia: seres curiosos, capaces de leer y analizar decenas de notas de prensa emitidas a diario por universidades, agencias espaciales, medios especializados y muchos blogueros. Todos, sin duda, esperan tener entre sus manos la feliz noticia del último gran descubrimiento, del nuevo mayor hallazgo que sea capaz de abrir por completo la boca de toda la especie humana, pues nada sería más grato y poderoso que causar la más grande y fastuosa conmoción informativa. Ellos, también, observan el cielo, aunque sea de vez en cuando.

Así, entonces, el cielo y sus bellezas podrán observarse con muchos ojos: los del alma, los de ciencia, los que informan… todos, sin excepción, encuentran en la misma fuente una larga lista de inspiraciones. Aquí, en este Blog, seguimos creyendo en el encanto y la dicha de disfrutar el universo que nos rodea desde las cosas más simples, las más sencillas y aún desde las más complejas. No tenemos una preferencia en especial, y sólo reafirmamos el amor por lo que la misma naturaleza nos regala en cada momento de la existencia.

De día, al ver el sol, o de noche, cuando llegan las estrellas, permítase un minuto de simple imaginación y regálese un minuto de cielos claros. Seguro, sin duda alguna, verá que usted también querrá vivir más tiempo pegado de sus propios sueños, o de alguna de las estrellas que a veces podemos ver en el cielo sobre nuestras cabezas.

Soy Juan Pablo Ramírez y disfruto hablar de las ciencias del espacio. Soy Comunicador Social - Periodista, por lo que mis textos hablan desde la experiencia del observador común,. más que desde la mirada de algún científico experto. Me gustan las preguntas y confío en que este espacio sea una forma de conectar la tierra con el cielo, en medio del disfrute del resplandor de las estrellas y de todo lo que ocurre en torno a ellas.

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