El Legonauta canadiense

El LEGOnauta, en su punto más alto al ascender a unos 25 Km sobre la superficie terrestre. La curvatura de la tierra se aprecia perfectamente. (Foto propiedad de sus autores, los jóvenes canadienses Mathew Ho y Asad Muhammad)

Hola Galileanos!!

Este tipo de noticias me parecen fascinantes porque despiertan la curiosidad científica y las ganas de seguir el ejemplo. Muchas veces hemos imaginado cómo ascender al espacio, aprovechando propulsores o fuentes energéticas de las más diversas índoles, pero este caso en particular se convirtió en noticia alrededor del mundo, y bien vale la pena darle una mirada.

La foto que ven es tomada del portal www.universetoday.com, gracias a una gentil referencia de nuestro amigo Jorge Iván Zuluaga y, claro, de la versión en español del portal Engadget, cuya dirección me remitió mi hermano.

Y es que el asunto es bien simple: Dos adolescentes de 17 años de edad tuvieron la idea de hacer algo divertido, usando su tiempo libre y unos cuantos dólares canadienses que tenían a mano. Con ingenio, recursividad y creatividad, el experimento resultó más atractivo de lo que ellos mismos se imaginaban, cosa que detalla el video que pueden ver a continuación (hay dos videos, para que no se los pierdan):

De acuerdo con la información publicada por Universe Today, Mathew Ho y Asad Muhammad consiguieron un globo aerostático de bajo costo y lo llenaron con helio comprado en una tienda local. Hasta ahí el objeto volador y su combustible.

Luego de eso, un celular con GPS incorporado (y encendido) a ful carga de batería para ubicar la caja a su regreso a la tierra, tres cámaras (dos de fotografía y una de video) y una pequeña caja resistente al frío y a los golpes que se generarían al regreso del objeto a la superficie del planeta, una vez agotado el helio y doblegado el globo ante la Ley de la Gravedad. Ah! Y el muñeco de LEGO, con la bandera de Canadá en una de sus manos para que no quedara duda alguna del origen de los jóvenes creativos.

El video del viaje les da la idea más clara de lo que lograron estos personajes, que asumieron este proyecto como un simple pasatiempo, y que ahora son famosos por su registro audiovisual y por la simpleza del experimento, que no por fácil deja de ser importante, atractivo y digno de imitar. En materia de costos, y de acuerdo con el portal Engadget, la prueba no resultó por el equivalente a unos $800,000 pesos colombianos, lo que para muchos es una verdadera ganga por el simple hecho de captar imágenes tan fascinantes de la esfera terrestre, y por demostrar que las experimentación científica no es tan complicada como muchos hemos creido:


Video del vuelo en globo aerostático del LEGOnauta, captado por la cámara dentro de la caja experimental.
El viaje tuvo lugar el 7 de enero de 2012.

Y en este otro video, fragmento del noticiero del canal CBC The National de Canadá, podemos apreciar la entrevista que le fue realizada a los dos jóvenes creadores del experimento, compartiendo sus impresiones y las metas que desde ahora se han trazado para más adelante. Personalmente me sorprendió ver la caja y la forma como acomodaron las cámaras dentro de ella. Al final, casi 2 horas de video y unas 1500 fotos para la historia.


Nota periodística de CBC The National (Canadá)

En Facebook
Como Dios manda, estos jóvenes no se han quedado atrás con el ejercicio de poner su experiencia en las redes sociales. Si los quieren seguir en Facebook y ver muuuuchas más fotos del juego, sólo vayan a la dirección http://www.facebook.com/legomaninspace.

PD: Ojalá los jóvenes que vi durmiendo como marmotas en los sofás de una biblioteca universitaria la semana pasada usaran el cerebro para este tipo de cosas, y no para procesar las altas dosis de música que ponen a retumbar con sus audífonos, aún dormidos, pese a los altos costos de matrícula que alguien les paga para que vayan a roncar a uno de los lugares que más respeto y aprecio me merecen.

Soy Juan Pablo Ramírez y disfruto hablar de las ciencias del espacio. Soy Comunicador Social - Periodista, por lo que mis textos hablan desde la experiencia del observador común,. más que desde la mirada de algún científico experto. Me gustan las preguntas y confío en que este espacio sea una forma de conectar la tierra con el cielo, en medio del disfrute del resplandor de las estrellas y de todo lo que ocurre en torno a ellas.

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