Y esto, nada que se acabó

Interpretación artística del fin del mundo prevista para el pasado 17 de septiembre. La fuente, aquí.

Hola Galileanos!!

Qué bueno saludarlos nuevamente, luego de que hace algunos días fuesen noticia mundial, otra vez, los tradicionales pronósticos del fin del mundo y que, por fortuna, se vieron sanamente perdidos en medio del mar de durísimas noticias relativas a los ya muy conocidos temblores y terremotos, huracanes y demás desastres naturales que muy acuciosamente nos traen los medios de información.

Y comienzo esta entrada de tal manera porque, aunque considero absurdas las famosas teorías de anunciadas destrucciones programadas del Planeta, la de hace algunos días fue bastante curiosa, más que por el anuncio del fin, por la reiteración de comentarios y debacles que jamás pasaron. Finalmente, parece que todo ese diseño apocalíptico podrá guardarse para la próxima ocasión.

¿Próxima?
Sí, próxima. Según algunas publicaciones fácilmente localizables en Internet, hay una próxima fecha para el final de la humanidad prevista para el año 2022, con opción de replay en los años 2025, 2032 y 2039, según una primera fuente de la que ya les hablaré, y hay otra fecha más, 2060, en caso de que todas las anteriores resulten erradas.

Para el primer bloque de fechas entra en juego nuestra buena amiga, la astronomía, en forma de un potencial cometa destructor que llegará por los lados de la constelación de Tauro, integrado a una lluvia de estrellas conocida como las Táuridas. Encke, dicen, sería el responsable de nuestra destrucción, en una noticia expuesta a nuestra consideración en el portal El Tiempo Hoy, del grupo español Mediaset, y avalada por la Agencia Espacial Europea (ESO) en publicación facsimilar (PDF) de la Biblioteca de la Universidad de Cornell en la que se informa de nuevos hallazgos, potencialmente poeligrosos para el planeta, en forma de nuevos asteroides desprendidos del original.

Y es que aunque la fuente sea de parte aseada, y se base en datos de grupos académicos o centros de investigación reconocidos, ya hemos pasado por estas desde hace muchísimos años. Por fortuna, es cierto, algunas predicciones han fallado en su nivel de precisión o, por causas que los humanos convencionales desconocemos, objetos amenazantes terminan desviando su curso y pasan rasando por las cercanías de nuestra frágil tierra.

Pero, ¿y el rigor científico?
Ese jamás estará en duda, queridos Galileanos. Lo que ocurre -menos mal- es que los objetos potencialmente destructores de los que se nos ha informado hasta la fecha desviaron su curso, pasaron menos próximos de lo que se pensaba o forman parte del acerbo infortunado de fallas en los cálculos, de previsiones fuera de contexto o, peor aún, de bestialidades mediáticas directamente atribuibles a decenas de malos periodistas, hábiles en tergiversación y en perversa interpretación de los hallazgos juiciosos de tantos y tantos investigadores alrededor del Planeta.

Y es que, aunque parezca mentira, decenas de hallazgos científicos perdieron valor y renombre por las pésimas interpretaciones de quienes se atrevieron a informarlos. De ahí mi cantaleta con que en este Blog hablemos de visiones un tanto más humanizadas, pues a estas alturas de mi vida lo que menos me interesa es dañarle el caminado a serios y juiciosos investigadores que pasan horas infinitas en sus laboratorios y centros de estudio, haciéndoles alguna mala lectura de sus actividades. La divulgación, apreciados amigos, exige altísimas dosis de responsabilidad y estudio riguroso, deseablemente a niveles muy parecidos a los de quienes andan en sus investigaciones, pues los detalles son claves y la calidad de la información aún más. Baste recordar, por ejemplo, que una noticia por fuera de contexto puede invalidar el trámite de una patente global. !Así de crítica es la cosa!

Mafalda, del inolvidable Quino, presenta sus ocurrencias. Esta imagen está colgada una cuenta Twitter llamada @mafaldaquotes

Entonces, el acabose
Pero bueno, volvamos pues al asunto del fin del mundo. Como antes les contaba, ya hay varias fechas previstas en los calendarios mundiales con respecto al año en el que todo lo que conocemos dejaría de existir. A veces pensamos que será por un cometa, otras que por un gran asteroide, y en otras tantas por las demencias de algún loquito que apriete un botón con el que todo lo nuclear que dicen existe nos disperse en incontables millones de átomos. Creo, honestamente, que esta sería la más creíble y cercana de todas las amenazas…

Aquí ven, pues, la sabia expresión de Mafalda. Los finales del mundo existen desde cuando el hombre tiene conciencia, y la Wikipedia, como recurso de referencia básica para iniciar alguna búsqueda más seria y juiciosa, ya contiene algunas predicciones con fecha detallada, centrados en lo que algunos teóricos, filósofos y hasta charlatanes pueden haber imaginado. Cada postura tiene sus propios argumentos y valdría la pena entenderlos, aunque para simple ilustración en esta entrada los ponemos como enlace. Cada uno de ustedes hallará el tiempo y el motivante para leer y agendarse para el desastre, si así lo estima conveniente.

Finalmente, la ficción
Acabemos esta entrada con una pasada de refilón por una de las más recordadas películas del cine comercial, de ese que pasan ilimitadas veces en cuantos canales existen: Armagedón. En esa película claramente futurista un extraño grupete de personas viajan hasta un asteroide que viene directo al Planeta, con curso de colisión y destrucción inminente. De esos hemos visto varios, incluso con e mismo protagonista (recuerden a Bruce Willis también en El Quinto Elemento). Si a la ficción nos apegamos, es claro que jamás moriremos, nunca nada chocará contra nuestra Tierra y menos aún seremos destruidos. La ficción, como el papel, pueden con todo, y eso tranquiliza las mentes de más de uno, dejando libres los espacios de las agendas para suplir las predicciones de finales funestos con mejores historias por leer, ver o escuchar, en una sala de cine cerca de usted.

Por ahora, aquí seguimos. Bienvenidos al Planeta Tierra, misma admon.

Para leer más:

Sobre el Cometa Encke (sáquenle el ratico)

Soy Juan Pablo Ramírez y disfruto hablar de las ciencias del espacio. Soy Comunicador Social - Periodista, por lo que mis textos hablan desde la experiencia del observador común,. más que desde la mirada de algún científico experto. Me gustan las preguntas y confío en que este espacio sea una forma de conectar la tierra con el cielo, en medio del disfrute del resplandor de las estrellas y de todo lo que ocurre en torno a ellas.

2 comments

  1. Elmer batres   •  

    Hola..muy interesante. .encontre que después de vivir entre la ciencia y la sub-realidad..solo la Biblia tiene las respuestas
    .el necio cree en la ciencia. .el sabio en la palabra de Dios..disculpa si te molesto esto.

  2. Juan Pablo Ramírez Juan Pablo Ramírez   •     Autor

    Hola! Muchas gracias por escribir. Nada de molestias! Me alegra mucho que sea posible contar con opiniones, voces y expresiones de diversas índoles en estos temas que tanto me apasionan.
    Muchas gracias por leer, y aún más por comentar!

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