Crisis Financiera: el mundial de fútbol es acá, pero esta semana la pelota está en cancha de Zapatero y Obama

Este fin de semana termina julio y agosto se viene lleno de incertidumbre para el futuro de la economía mundial. Las próximas semanas, probablemente los próximos días, serán decisivos para saber si se relanza la locomotora de la economía mundial a partir del 2012.

Es bien sabido que, aunque la caída de las grandes economías ya ha cesado, su recuperación aún es incierta. De hecho, por meses ha existido el temor de una segunda recesión si no se detienen las crisis estructurales que agudizaron la debacle global de 2007/2008: particularmente la crisis financiera y la hipotecaria.

Estados Unidos en las próximas semanas…(o próximos días):

El martes 2 de agosto el gobierno norteamericano podría entrar en default, y tendría que retrasar el pago a algunos de sus acreedores: empleados, contratistas, bancos etc. La solución al problema es sencilla desde el punto de vista económico, todo es cuestión de que el congreso autorice un incremento en el techo de endeudamiento del gobierno y éste saldría inmediatamente a pedir prestado para cubrir su faltante. En el mercado hay una gran fila de interesados en financiar este nuevo déficit, o sea, aquí no está el problema.

El problema es ideológico y de coyuntura política. Los Republicanos y los Demócratas tienen un tradicional debate sobre la forma “correcta” en que se debe reducir un déficit. Para los primeros, reducir el gasto es la solución, mientras, para los segundos, el incremento de los impuestos es una alternativa viable. No vamos a discutir este punto que, en teoría económica es bastante complejo.

El debate de estas dos lógicas –en esencia, coherentes ambas- se ha agudizado porque en el Partido Republicano se ha consolidado un ala radical, el “Tea Party”, que no cede ni un centímetro en materia de impuestos: no están dispuestos a apoyar ningún proyecto de ley que conlleve elevar tasas impositivas y, en cambio, reclaman un drástico recorte de gastos, cosa que los Demócratas no aceptan.

Y, enredando la piola con la coyuntura política, el líder Republicano, John Boehner, está tratando de lograr las mayorías para un proyecto que le asegura recursos a Obama sólo hasta diciembre de este año, echándole leña a la hoguera de las elecciones del 2012. En pocas palabras, la esencia de este debate es política, y la puja que se está dando es por la Casa Blanca, no por el techo del endeudamiento.

Pero como no hay causa sin consecuencia, la pugna entre los dos partidos tiene en ebullición al volcán de la economía mundial. Es posible que la solución que se tome en los próximos días mantenga el statu-quo de la economía mundial. Pero también es probable que no, y que termine afectando el precio del oro y algunos otros refugios de inversionistas, provocándose una sacudida importante de los mercados de valores, las tasas de cambio y los tipos de interés. Eso sí, mientras esto se aclara, los especuladores con mejor olfato, hacen su “agosto” desde julio.

Europa en las próximas semanas…desde hoy viernes.

El panorama de la economía europea, aunque gris, pareciera estarse clareando más rápidamente que el norteamericano. Con dolor, discrepancias y luego de largas negociaciones, se han tomado las decisiones para detener los riesgos de colapso de la Eurozona. Todo indica que las medidas acordadas para Grecia e Irlanda -y los ajustes hechos por España – empiezan a tranquilizar los mercados, marcando el inicio del fin de la crisis.

A los acuerdos llegados para la solución de la “cuestión griega” se suma la decisión del presidente Zapatero de adelantar las próximas elecciones parlamentarias españolas para el 20 de noviembre de este año. El caso español es relativamente importante por el tamaño económico del país frente al conjunto de la Unión Europea y, para los mercados, la decisión es trascendental puesto que el estruendoso fracaso de los socialistas en las elecciones municipales pasadas hacían prever un año de ingobernabilidad en un país que debe mostrar a sus socios y a los mercados, estabilidad política y verticalidad en las decisiones que toman el ejecutivo y el legislativo.

En síntesis, la decisión tomada por Zapatero -acompañada de los acuerdos sobre Grecia, la semana pasada- y lo que se decida entre el Capitolio y la Casa Blanca en los próximos días puede ser la señal de partida para que la otrora locomotora de la economía mundial reinicie su marcha,…

…por suerte, el tren de los mercados emergentes no había dejado de avanzar

Población Mundial: pronto seremos ¡7 mil millones!

En octubre seremos 7 mil millones. La población mundial sigue creciendo y, aunque es toda  una oportunidad, las preocupaciones aumentan a la misma velocidad. Pobreza, migraciones, seguridad alimentaria, analfabetismo, son sólo algunos de los temas asociados a la variable demográfica. Veamos algunos indicadores críticos:

Población con bajos ingresos. La OCDE reconoce 61 países con una renta per cápita inferior a 1000 dólares anuales. Son básicamente países asiáticos y africanos, además de Haití. Estos países no sólo se caracterizan por una renta muy baja sino, también, por una pésima distribución de la misma. En estos 61 países se concentra la mayor parte de problemas de salud, alimentación y expectativa de vida.

Pobreza, en los países en vía de desarrollo. Para comienzos de este siglo, habían cerca de 1300 millones de pobres en el mundo.  Incluso, en los países industrializados este indicador se acercaba a los 100 millones de habitantes, dato que se ha agudizado con la crisis económica y financiera de 2007-20008. Pero, obviamente, la evidencia muestra una situación crítica en el tercer mundo, especialmente África y parte de Asia donde la pobreza se refleja en altos índices de desnutrición (ver mapa)

Analfabetismo. Según la UNESCO, en el mundo hay 870 millones de adultos analfabetas, lo que equivale a 13% de la población mundial, pero éste es un indicador mucho más elevado si sólo se mide la población adulta.  Malí, país africano, tiene la mayor tasa de analfabetismo del mundo: 81% en el año 2006. Lo más crítico es que, en concepto de la UNESCO, los gobiernos del mundo sólo dedican 1% de su presupuesto a la educación.

Un hecho adicional, pero no menos importante, es el de analfabetismo funcional, o sea las personas que pierden la capacidad de leer o escribir para resolver sus problemas cotidianos. Sólo en España hay cerca de un millón de analfabetas funcionales y en algunos países este indicador llega al 25% de la población adulta. En las condiciones de economía global que vivimos y de alta competitividad empresarial y laboral, el analfabetismo funcional adquiere real preponderancia y nuevas dimensiones. Si adicionanos a este tema el dominio de la informática o el hablar una segunda lengua, entenderemos que el tema de analfabetismo funcional requiere de análisis más profundos.

Migraciones. Según la ONU, de 1990 a 2005, las migraciones internacionales crecieron de 155 millones a 191 millones. Este fenómeno, que encierra muchas causas y consecuencias, se caracteriza por la marcada unilateralidad: habitantes de países en vía de desarrollo migran hacia naciones industrializadas. Muchos son ciudadanos con bajo nivel de formación y, por ende, pocas expectativas laborales. Sin embargo, también se da la fuga de cerebros que cobija a los habitantes mejor cualificados que migran hacia naciones desarrolladas que buscan explotar su potencial científico o tecnológico. Ciudadanos de Africa, Asia y América Latina migran fundamentalmente hacia Europa y Norteamérica. Europa del Este también se convirtió en exportador de mano de obra, como consecuencia de la caída del socialismo y la disolución de Yugoslavia y la URSS. Veamos gráficamente la tendencia:

La contraprestación son las remesas que cada vez tienen mayor importancia. Las naciones centroamericanas y varias del Caribe, lo mismo que muchos países africanos, tienen en las remesas su principal fuente de ingresos en cuenta corriente. Para Colombia, las remesas son tan importantes como las exportaciones de petróleo. El Banco de la República reconoce que entre 1996 y 2005, las remesas se incrementaron de menos de mil millones a más de 3 mil. Veamos gráficamente el caso colombiano:

A veinte años de la Constitución de 1991: ¿ha cumplido Banrepública el mandato constitucional?

Estamos conmemorando dos décadas de la proclamación de la nueva Constitución de Colombia. Muchas expectativas se generaron en diferentes ámbitos. ¿Qué de ello se ha materializado y dónde hay frustraciones? Esas son las preguntas que surgen a la hora de hacer balance de esta nueva etapa de la sociedad colombiana.

En nuestro blog vamos a ocuparnos de algunos de los tópicos económicos derivados de la reforma de la Carta Magna. Comencemos con el Banco de la República, ente al que se le dio autonomía frente al ejecutivo para que asuma una responsabilidad muy precisa: preservar el poder adquisitivo de la moneda (art. 373).

El Banco de la República es el banco central de Colombia, su objetivo de política monetaria es el logro de tasas de inflación coherentes con el mandato constitucional de garantizar la estabilidad de precios, en coordinación con una política macroeconómica general que propenda por el crecimiento del producto y el empleo.

Para ver la coherencia entre el discurso normativo y la realidad fáctica, estudiemos el desempeño del Banco de la República en relación con el poder adquisitivo del peso y la estabilidad macroeconómica.

Este primer gráfico  muestra que, en general, la inflación en Colombia ha bajado a través de los años. Tanto el IPC de Bienes Transables (los que se pueden importar) como los No Transables (construcción, servicios personales, etc.) ha caído gradualmente. Con pequeños vaivenes, podemos decir que esta tendencia se ha mantenido desde la Constitución de 1991. O sea, aunque frecuentemente el Banco de la República ha incumplido su meta anual de inflación, la tendencia de largo plazo señala al Emisor como una entidad cumplidora de su deber constitucional.

Ahora, para medir la capacidad adquisitiva de la moneda, no sólo es un buen indicador la inflación doméstica, para ello, también se puede tener en cuenta el Indice de Tasa de Cambio Real, el cual señala la relación entre los precios de bienes y servicios de los países extranjeros con respecto a los de nuestro país:

El anterior gráfico del Banco de la República muestra que, en términos generales, durante los últimos años, el peso colombiano se ha  mantenido revaluado con respecto al dólar (por ello el ITCR aparece como inferior a 100). Esto ratificaría el alto poder adquisitivo de nuestra moneda que ya se veía con la descendiente inflación del primer gráfico. Ello se puede traducir en que nuestra moneda permite comprar dólares “baratos” o estimular nuestro deseo de hacer turismo en el exterior. El problema es que nuestro trabajo se ha hecho relativamente costoso con respecto al de los trabajadores de otros países, lo que afecta la competitividad de las exportaciones y de los productos nacionales con respecto a los importados.

Por lo anterior, para hablar del éxito de las medidas del Banco de la República, es necesario buscar indicadores que tengan que ver con el PIB y el desempleo, ya que no es suficiente una estabilidad de precios si, como política macroeconómica coordinada, no incide positivamente en la generación de empleo y el crecimiento económico.

Es en esta relación, entre medidas de estabilidad de precios y crecimiento, que los resultados de la política monetaria colombiana se muestran dudosamente satisfactorios. Desde 1995, la economía colombiana no ha presentado tasas de crecimiento económico sostenidas, ni destacadas en el contexto internacional. Excepto el crecimiento de 2007 (7.1%), los demás años se ha crecido tímidamente o, incluso, se ha presentado recesión (1999 y 2008).

Adicionalmente, el crecimiento económico no se ha traducido en una mejora importante del empleo. Como veíamos en gráfico del DANE presentado en un artículo anterior, el desempleo en Colombia entre 205 y 2007 -los mejores años de crecimiento económico de toda la década-, se sostuvo entre 11.5 y 12.5%, sin mostrar grandes cambios, a pesar de las políticas monetarias contracíclicas que ha aplicado el Banco de la República:

Como nos muestra este tercer gráfico del Banco de la República, a partir de las crisis de 1999 y 2008, el emisor aplicó medidas monetarias expansionistas (bajó las tasas de interés) para estimular la recuperación y el crecimiento económico. Sin embargo, el balance de casi dos décadas es de un tímido crecimiento y de una precaria recuperación del empleo.

En otras palabras, la estabilidad de precios y la consecuente preservación del poder adquisitivo de la moneda en las dos últimas décadas no se ha traducido en una mejora estructural del aparato productivo colombiano: productividad, empleo, competitividad y bienestar.

Si reconocemos que la estabilidad de precios y la preservación del poder adquisitivo, en general, son indicadores positivos para cualquier economía, entonces debemos buscar la falla del sistema en la falta de concertación macroeconómica…que también es mandato constitucional.

En síntesis, es necesario hacer una valoración objetiva de la decisión derivada de la Carta Magna: un banco central que gestiona la política monetaria y cambiaria, mientras los gobiernos de turno manejan la política fiscal. ¿Existen los mecanismos necesarios para asegurar que el gobierno y el Banco de la República coordinen sus políticas en función de objetivos de crecimiento sostenido de largo plazo y generación de empleos estables?