A veinte años de la Constitución de 1991: ¿ha cumplido Banrepública el mandato constitucional?

Estamos conmemorando dos décadas de la proclamación de la nueva Constitución de Colombia. Muchas expectativas se generaron en diferentes ámbitos. ¿Qué de ello se ha materializado y dónde hay frustraciones? Esas son las preguntas que surgen a la hora de hacer balance de esta nueva etapa de la sociedad colombiana.

En nuestro blog vamos a ocuparnos de algunos de los tópicos económicos derivados de la reforma de la Carta Magna. Comencemos con el Banco de la República, ente al que se le dio autonomía frente al ejecutivo para que asuma una responsabilidad muy precisa: preservar el poder adquisitivo de la moneda (art. 373).

El Banco de la República es el banco central de Colombia, su objetivo de política monetaria es el logro de tasas de inflación coherentes con el mandato constitucional de garantizar la estabilidad de precios, en coordinación con una política macroeconómica general que propenda por el crecimiento del producto y el empleo.

Para ver la coherencia entre el discurso normativo y la realidad fáctica, estudiemos el desempeño del Banco de la República en relación con el poder adquisitivo del peso y la estabilidad macroeconómica.

Este primer gráfico  muestra que, en general, la inflación en Colombia ha bajado a través de los años. Tanto el IPC de Bienes Transables (los que se pueden importar) como los No Transables (construcción, servicios personales, etc.) ha caído gradualmente. Con pequeños vaivenes, podemos decir que esta tendencia se ha mantenido desde la Constitución de 1991. O sea, aunque frecuentemente el Banco de la República ha incumplido su meta anual de inflación, la tendencia de largo plazo señala al Emisor como una entidad cumplidora de su deber constitucional.

Ahora, para medir la capacidad adquisitiva de la moneda, no sólo es un buen indicador la inflación doméstica, para ello, también se puede tener en cuenta el Indice de Tasa de Cambio Real, el cual señala la relación entre los precios de bienes y servicios de los países extranjeros con respecto a los de nuestro país:

El anterior gráfico del Banco de la República muestra que, en términos generales, durante los últimos años, el peso colombiano se ha  mantenido revaluado con respecto al dólar (por ello el ITCR aparece como inferior a 100). Esto ratificaría el alto poder adquisitivo de nuestra moneda que ya se veía con la descendiente inflación del primer gráfico. Ello se puede traducir en que nuestra moneda permite comprar dólares “baratos” o estimular nuestro deseo de hacer turismo en el exterior. El problema es que nuestro trabajo se ha hecho relativamente costoso con respecto al de los trabajadores de otros países, lo que afecta la competitividad de las exportaciones y de los productos nacionales con respecto a los importados.

Por lo anterior, para hablar del éxito de las medidas del Banco de la República, es necesario buscar indicadores que tengan que ver con el PIB y el desempleo, ya que no es suficiente una estabilidad de precios si, como política macroeconómica coordinada, no incide positivamente en la generación de empleo y el crecimiento económico.

Es en esta relación, entre medidas de estabilidad de precios y crecimiento, que los resultados de la política monetaria colombiana se muestran dudosamente satisfactorios. Desde 1995, la economía colombiana no ha presentado tasas de crecimiento económico sostenidas, ni destacadas en el contexto internacional. Excepto el crecimiento de 2007 (7.1%), los demás años se ha crecido tímidamente o, incluso, se ha presentado recesión (1999 y 2008).

Adicionalmente, el crecimiento económico no se ha traducido en una mejora importante del empleo. Como veíamos en gráfico del DANE presentado en un artículo anterior, el desempleo en Colombia entre 205 y 2007 -los mejores años de crecimiento económico de toda la década-, se sostuvo entre 11.5 y 12.5%, sin mostrar grandes cambios, a pesar de las políticas monetarias contracíclicas que ha aplicado el Banco de la República:

Como nos muestra este tercer gráfico del Banco de la República, a partir de las crisis de 1999 y 2008, el emisor aplicó medidas monetarias expansionistas (bajó las tasas de interés) para estimular la recuperación y el crecimiento económico. Sin embargo, el balance de casi dos décadas es de un tímido crecimiento y de una precaria recuperación del empleo.

En otras palabras, la estabilidad de precios y la consecuente preservación del poder adquisitivo de la moneda en las dos últimas décadas no se ha traducido en una mejora estructural del aparato productivo colombiano: productividad, empleo, competitividad y bienestar.

Si reconocemos que la estabilidad de precios y la preservación del poder adquisitivo, en general, son indicadores positivos para cualquier economía, entonces debemos buscar la falla del sistema en la falta de concertación macroeconómica…que también es mandato constitucional.

En síntesis, es necesario hacer una valoración objetiva de la decisión derivada de la Carta Magna: un banco central que gestiona la política monetaria y cambiaria, mientras los gobiernos de turno manejan la política fiscal. ¿Existen los mecanismos necesarios para asegurar que el gobierno y el Banco de la República coordinen sus políticas en función de objetivos de crecimiento sostenido de largo plazo y generación de empleos estables?


7 comments

  1. Juan Fernando Posada   •  

    Creo que el desempleo en Colombia no se ha correspondido con los periodos de crecimiento económico, básicamente porque los sectores de la Economía Colombiana que más crecen, no son intensivos en mano de obra (financiero, minero – petrolero).
    Con la apertura económica se destruyó de tal manera el sector productivo intensivo en mano de obra, que 20 años despúes la recuperación no ha sido total.
    Creo que Colombia debe intensificar sus inversiones en los sectores de construcción (vivienda e infraestructura), agrario (ampliendo AIS) y preparar a las nuevas generaciones para atender en 10 años el sector de servicios y nuevas tecnologías.

    • Giovanny Cardona Montoya Giovanny Cardona Montoya   •     Autor

      Gracias Juan Fernando por tu comentario.

      Estoy totalmente de acuerdo con el diagnóstico que realizas. En algunos artículos que hemos publicado en fechas anteriores resaltamos este hecho: la economía colombiana no ha desarrollado la transformación que se anunció con el proceso de apertura económica. Hoy estamos exportando materias primas de origen mineral y bienes de bajo nivel de valor agregado, tal y como sucedía hace veinte años.

      Adicionalmente, en el blog actual queremos despertar la inquietud sobre los dos temas que han sido materia de debate desde que se reformó la constitución y se reestructuró al Banco de la República. la autonomía de la Junta Directiva del Banco frente al ejecutivo y la tácita priorización de las metas de inflación por encima de otros indicadores macroeconómicos.

      Cordial saludo

      Giovanny

  2. Oscar Ospina P   •  

    Lo primero

    – A manera de recomendación: No continue colocando los graficos en sus artícilos; ellos no aportan, per si desdibujan

    – Sobre el artículo: Me gustaría que centraramos la atención sobre dos temas en particular: La inflación y el empleo.

    Me parce, sin deconocer la importancia de los otros fenómenos, que estos temas pueden consignar de mejor manera la necesidad del equilibrio social que exige un sistema económico.

    • Giovanny Cardona Montoya Giovanny Cardona Montoya   •     Autor

      Oscar, gracias por tu correo y tus opiniones.

      Yo creo que aquí se dio el peor de los escenarios. La apertura se hace sobre la base de que la internacionalización incrementa la riqueza, la cual se puede distribuir y generar mayores niveles de equidad y bienestar. Pasó lo contrario, se hicieron los sacrificios sociales que reclama el modelo pero no se obtuvieron los beneficios presupuestados. La economía creció poco y la frágil industria que se tenía con el modelo anterior se destruyó.

      El crecimiento hoy está apalancado en una minería poco intensiva en trabajo y los sectores urbanos de servicios y minería se sostienen sobre la base de políticas de contratación precaria de trabajadores.

      Con el Banco Central pasa lo mismo, se le da autonomía para que no se manipule políticamente sus medidas monetarias, pero el balance ha sido una moneda fuerte en una economía débil y una frecuente des-concertación entre el ente financiero y los gobiernos de turno.

      A mi la memoria me dice que la experiencia de los Tigres Asiáticos fue una apertura en la cual el Estado no abandonó su rol director de sectores industriales estratégicos, al contrario, siguieron estimulando estos sectores hasta que fueron lo suficientemente fuertes para competir en los mercados globales.

      saludos

      Giovanny

  3. Jorge Eduardo Castro Corvalán   •  

    Giovanny pero igual creo que se debe tener en cuenta las politicas monetarias de otros paises… y los procesos de demanda global.

    En la búsqueda de materias primas minero energeticas va tanto de perdida de confianza en el dólar como de disminución de la pobreza en paises como China e India…

    • Giovanny Cardona Montoya Giovanny Cardona Montoya   •     Autor

      Jorge Eduardo: es correcta tu apreciación. No somos una isla, somos parte de un sistema económico global y lo que sucede en el resto del mundo incide sobre nuestra realidad. Sin embargo, lo que quisiera resaltar es que la constitución del 91 le dio autonomía al Banco de la República y a partir de ahí, unas funciones. En el transcurso del tiempo, la realidad colombiana no ha mostrado avances significativos y sostenidos en materia de reducción de la pobreza y generación de empleos estables y dignos. Dos décadas permiten hacer una valoración de las políticas aplicadas, de cara a los resultados esperados por una sociedad.

      Obviamente no se trata del Banco de la República como una isla, se trata de un modelo económico que muestra avances en los indicadores intermedios (inflación, equilibrio macroeconómico, atracción de la inversión extranjera etc) pero no en los definitivos: productividad, competitividad, diversificación de la oferta exportadora, crecimiento y distribución del ingreso, empleos dignos, reducción de los niveles de pobreza.

      Tal vez el entorno global no sea el más amigable, pero es evidente que algunos otros países (Chile, China, Brasil, India) muestran logros más importantes, sostenidos parece que sostenibles en el tiempo.

      saludos

      • Giovanny Cardona Montoya Giovanny Cardona Montoya   •     Autor

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