Nuevo Libro: Los TLC y la Organización Mundial del Comercio.

Cardona Montoya, Giovanny. (2015). La Organización Mundial del Comercio y los TLC: ¿reinventando el Sistema Mundial de Comercio?. Caldas: Editorial Lasallista.

Este libro es el resultado de una investigación realizada por el autor durante varios años, en CEIPA y la Universidad Nacional de Rosario, Argentina. El estudio se enmarca en la línea de Negocios Internacionales del grupo de investigación Orygen de CEIPA.

¿El futuro son los TLC o la OMC?

La Organización Mundial del Comercio es el ente multilateral que rige el comercio de 161 países. Las reglas de juego del comercio internacional actual -aranceles, barreras no arancelarias, temas de propiedad intelectual, normas de origen, etc.- son el resultado de las negociaciones que la mayoría de países del planeta realizaron en la llamada Ronda de Uruguay que culminó en 1994 con el acuerdo de Marrakech.

Incluso, los acuerdos regionales (Unión Europea, NAFTA, CAN, Mercosur, etc.) están reglamentados como excepciones válidas del Sistema Multilateral de la OMC. O sea, aunque estos bloques debilitan el principio de Comercio Sin Discriminación al tener licencia para que sus integrantes se ofrezcan un trato preferencial recíproco, dicho comercio está autorizado en el marco del Artículo XXIV del Acuerdo General de Comercio.

Sin embargo, en el último cuarto de siglo ni la OMC ni los bloques regionales -excepto la Unión Europea- han evolucionado. Lo que ha proliferado es la firma de TLC entre países de diferentes regiones, inclusive por fuera de sus originales bloques comerciales. De hecho, sólo los integrantes de la UE son los países que no pueden firmar TLC de manera independiente, ya que su bloque es un ente supranacional que los representa.

Entonces, el libro se pregunta: ¿los TLC debilitan a la OMC como ente rector del comercio o a los acuerdos regionales tradicionales?

La respuesta:

– Si bien la proliferación de TLC demuestra que las negociaciones de la OMC -actual ronda de Doha- no son las más efectivas, también es cierto que entre más TLC se firman, menos barreras al comercio existen, lo que se relaciona positivamente con los objetivos del organismo multilateral;

– En cambio, el hecho que países que hacen parte de bloques tradicionales -CAN, ALADI, MCCA, etc.- firmen TLC por fuera de sus grupos, debilita los propósitos de estos últimos de profundizar su integración, por ejemplo, convertirse en Uniones Aduaneras.

– Esta maraña de acuerdos comerciales por todo el planeta, responde a la profundización en la división internacional del trabajo. Los bienes ya no son hechos en una fábrica sino en una cadena multinacional de empresas que se exportan componentes y bienes intermedios hasta que son ensamblados en algún lugar del planeta. Estas cadenas requieren de fronteras abiertas para desarrollarse. Según datos encontrados, más del 50% del comercio de China con Europa y con Estados Unidos, es de bienes intermedios y componentes.

– Así que, mientras la OMC intenta mejorar las reglas de juego y eliminar barreras bajo un complejo proceso de negociaciones multilaterales, con muy pocos resultados, los gobiernos avanzan en el mismo propósito a través de convenios bilaterales.

– En síntesis, estos TLC impulsan los propósitos de la OMC, mientras se estancan los acuerdos regionales de integración de los países en vía de desarrollo, como es el caso de la CAN, la ALADI o el Mercosur.

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