Tendencias en el Entorno Internacional de los Negocios

La semana pasada tuve la oportunidad de visitar el Nodo Barranquilla de la Universidad CEIPA (Colombia) y compartir una conferencia sobre las tendencias en el entorno internacional de los negocios. En dicha charla me propuse hacer un énfasis de carácter prospectivo frente al tema. O sea, más que resaltar los datos actuales, quise buscar los determinantes de los cambios de largo plazo en el entorno internacional de los negocios.

Les dejo el enlace para las personas que deseen ver la conferencia completa: http://www.youtube.com/watch?v=TzFGSRlVf8o&feature=youtu.be

En síntesis de la conferencia se puede deducir:

– Es creciente el comercio mundial de mercancías de alto valor agregado, relegando la participación de los productos de la minería y la agricultura,

– Inclusive, la participación de los países en vía desarrollo se reduce también en el mercado de los bienes agropecuarios, lo que se explica por el alto proteccionismo de los países industrializados, con respecto a los productos que aseguran la supervivencia de las personas: granos proteínicos, cárnicos y lácteos, azúcar. Los TLC que firmamos no abren de manera significativa los mercados de la UE o de Estados Unidos frente a estos productos.

– La distribución geográfica de la mayor parte del comercio del mundo sigue centrada en Norteamérica, Europa Occidental y el Este Asiático, pero aumentando la participación de nuevos países emergentes como China, India, Corea, Taiwan. Igualmente emergen algunos países latinoamericanos (Brasil y Chile) o africanos (Suráfrica, Egipto).

– Hay un fuerte comercio intrarregional en Norteamérica -NAFTA- y Europa Occidental -Unión Europea-. Incluso, las naciones del Este Asiático tienen un gran comercio intrarregional. Resaltemos que la mayor parte de las exportaciones intraasiáticas y de esta región con Europa y Norteamérica son bienes intermedios, no productos terminados. Esto se explica por el denominado Comercio Mundial de Tareas en el marco de las Cadenas Globales de Valor.

– Hay un auge del Comercio Mundial de Tareas, o sea que las Cadenas Globales de Producción organizan la producción mundial; en consecuencia, los países y las empresas exitosas hacen parte de estas cadenas elaborando componentes o ensamblando partes de un producto que se manufacturan con la participación de decenas de países.

– El comercio mundial de hidrocarburos tiene futuro, ya que casi el 90% de la canasta energética mundial tiene que ver con petróleo, gas y carbón. Sin embargo, Colombia no tiene muchas reservas, lo que no augura mucho éxito en este sector en el largo plazo. El Medio Oriente y Venezuela tienen los recursos para abastecer el mundo en las próximas décadas.

 

TLC a la vuelta de la esquina: ¿dónde está la Agenda Interna?

Desde el mismo momento que las negociaciones del ALCA se congelaron, el gobierno nacional declaró como estratégica la firma del TLC con Estados Unidos. Luego de muchas mesas de negociaciones y en un ambiente de debate nacional, se gestó el acuerdo hace ya cinco años. Entonces, todos éramos conscientes de la importancia de estar preparados:

1. para que los sectores ganadores pudieran aprovechar las nuevas oportunidades del mercado norteamericano

2. para que los sectores frágiles pudieran ajustarse a los nuevos retos y enfrentar a nuevos competidores.

Por ello, se acuñó el concepto AGENDA INTERNA. Una agenda de prioridades en diferentes frentes para preparar la economía colombiana en lo jurídico, infraestructura, investigación y desarrollo, seguridad, entre otros.

Sin embargo, hoy se reconoce que dicha agenda descansa en el congelador. Según Hernando José Gómez, negociador en jefe del TLC y hoy director de Planeación Nacional, el sector público y el sector privado se cansaron de esperar. El aburrimiento de nuestros empresarios y gobernantes nos ha costado un lustro.

Esta pérdida es increible, ya que,  si se firmó el acuerdo fue con la convicción de que, a pesar de los tropiezos, éste sería ratificado. Pero, tal vez, lo más preocupante es ver que la agenda se congeló a pesar de que se seguían firmando acuerdos con la Unión Europea, Mercosur, Centroamérica, entre otros.

Es innegable que Estados Unidos es nuestro principal socio comercial, pero también es un hecho que nos hemos estancado como un país exportador de commodities, sin lograr abrir de manera importante mercados para nuestras manufacturas y servicios. O sea que más que el TLC con Estados Unidos, lo que está en juego es nuestra política comercial al mundo, la cual debe dar un giro de 180 grados para transformar nuestra oferta exportadora hacia sectores procesadores de materias primas y servicios de alto valor agregado. Si bien el TLC con Estados Unidos se enredó, otras puertas se abrieron y, además, la crisis de relaciones con Venezuela obliga a una estrategia agresiva de búsqueda de mercados para nuestras manufacturas, ya que, como se ha enfatizado en LA CAJA REGISTRADORA, el país vecino era casi nuestro único cliente para este tipo de bienes:

Aunque Venezuela aparecía como nuestro 2do cliente para 2009, era el primero en materia de manufacturas. Con su salida de la CAN, esas exportaciones han perdido mercado y Venezuela dejó de ser un comprador importante desde 2010. Hay que buscarle un mercado sustituto.

Por lo tanto, la Agenda Interna no puede ser la respuesta a un TLC en particular, se debe tratar de una Hoja de Ruta para redireccionar la economía colombiana para competir en un mercado global. La bonanza de commodities que estamos viviendo desde hace algunos años es una oportunidad, cuyos recursos se deberían dirigir fundamentalmente hacia los temas claves de dicha Agenda:

Infraestructura: es claro que el transporte terrestre en Colombia, desde los centros industriales hasta los puertos, es sumamente costoso. Por ello es prioritario construir, ampliar, dar mantenimiento a las vías y elevar su seguridad; además de protegerlas del deterioro por temporadas de lluvias -aquí juega un papel fundamental el Ministerio del Ambiente-.

Igualmente, en materia de transporte marítimo, el escenario no es el más alagueño. En los mejores años de crecimiento económico en la primera década de este siglo, se evidenciaron problemas de capacidad para movilizar carga. Fueron frecuentes los casos en que nuestros exportadores no encontraron espacio para sus contenedores en buques que llegan a los puertos colombianos después de haber cargado en otras naciones del subcontinente. Tal vez es hora que los inversionistas vean la posibilidad de crear una nueva naviera colombiana, para asegurar el movimiento de carga hacia nuestros crecientes mercados.

Aduanas: la firma de TLC incluye contingentes -restricciones cuantitativas-. Ello implica que la DIAN debe proteger a los agricultores colombianos, de modo tal que se cumpla lo acordado en materia de cuotas, en temas relacionados con leche, arroz, carne, maíz, principalmente. Este tema también es relevante en otros acuerdos como el del Mercosur y la Unión Europea. Con la DIAN es necesario fortalecer, además, las instituciones especializadas en controles técnicos, veterinarios, sanitarios, fitosanitarios y ambientales. Hoy el comercio mundial no es sólo un tema de aranceles y licencias de importación.

Investigación y Desarrollo: en esta temática se han tomado decisiones pero somos lentos. Si bien el sistema educativo se ha transformado en los últimos años, es evidente que los mayores logros se han dado en materia de ampliación de cobertura y en menor medida en calidad. Aunado a ello, el país no despega en lo referente a patentes, innovaciones, desarrollo y emprendimientos. Aquí también hay un rezago notorio en temas ambientales. El comercio mundial cada vez será más exigente en materia de insumos naturales, procesos de producción limpia, embalajes y empaques no contaminantes, etc. Hay mucho que innovar en este ámbito.

Las cosas hay que decirlas, los presupuestos del Estado y de las empresas siguen siendo pequeños en materia de I+D. Colciencias apenas comienza a mostrar liderazgo, y el sistema educativo sigue relegando el estudio de la matemática, la física, la química y las ciencias naturales, disciplinas fundamentales para preparar personas que puedan participar en el desarrollo de nuevos productos, servicios y procesos.

En síntesis, el embolate en el que anda la Agenda Interna es un fiel reflejo del cortoplacismo que caracteriza al liderazgo nacional. El Estado y el sector empresarial no han hecho la tarea, ahora nos tocará habilitar para no tener que repetir…la década.