Economía global 2011: en cuidados intensivos

Introducción:

Una mala época es una buena oportunidad para explicar que significa el término Globalización. Las economías mundiales están más conectadas desde la última década del siglo pasado que lo que lo estuvieron durante el resto del siglo XX. Eso hace que el ciclo económico posea unas correas de transmisión mucho más engrasadas y por ende, los contagios sean más rápidos y evidentes. En consecuencia, a pesar de que los precios  mundiales de commodities han impulsado el crecimiento de países subdesarrollados y los mercados emergentes más representativos salieron rápidamente de la crisis,  el riesgo de una segunda recesión sigue latente como consecuencia de los problemas de Europa, Norteamérica y Japón.

Pronóstico de crecimiento en el mundo

Según el DAES, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, las perspectivas  de crecimiento de los países industrializados para 2011 no son alentadoras:

Estados Unidos 2,2%  (0,4% menos que en 2010).

Unión Europea 1,3%  y 1,9% en 2012.

Pero, de otro lado, los mercados emergentes, según el FMI, presentan un horizonte de corto plazo más optimista. Sus proyecciones de crecimiento para 2011, son:

China: 9.6%

India 8%

Brasil 4.1% (desacelerado con respecto a 7.5% de 2010)

Rusia 4.3% (idéntico al 2010, a pesar de los excelentes precios de los combustibles, principal fuente de exportaciones de Rusia).

Todo lo anterior se sintetiza en una proyección de crecimiento global de 4.3% . Veamos gráficamente el pronóstico del FMI para el mundo en general y para los países industrializados en particular:

Sin embargo, estos pronósticos –que no son muy optimistas- pueden empeorar por variables de alta sensibilidad en el corto plazo. En concepto del DAES, los altos niveles de desempleo –agudizados con la recesión de 2008- la fragilidad financiera, la deuda soberana y la no resuelta guerra de monedas, son los mayores obstáculos de la recuperación económica.

Igualmente, para el FMI, cualquier turbulencia en los mercados de la deuda pública podría desencadenar una bola de nieve que absorbería al sector financiero, afectando la recuperación global. Además, la crisis presupuestaria de varios países de la Zona Euro desaceleró la recuperación del segundo semestre de 2010. En consecuencia, la austeridad presupuestal será recurrente en estas naciones durante 2011, lo que afectará al  crecimiento económico.

Las preguntas del 2011

¿Podrán las naciones industrializadas y China concertar compromisos en materia cambiaria; en otras palabras, frenar la guerra de monedas? La respuesta a esta pregunta no es simple, ya que un acuerdo en esta temática tiene que ver con una redistribución global de los empleos en el corto plazo. Es difícil que Europa o Estados Unidos renuncien a sus prioridades en esta materia. El desempleo estructural en Europa es alto -una bomba de tiempo para su sistema de seguridad social- mientras que Obama sabe que se juega su reelección sino muestra resultados concretos en materia de recuperación de empleos.

¿Se frenará el dominó de crisis fiscales en las naciones de la Zona Euro? La proactividad de las naciones en riesgo de contagio es fundamental. Será necesario que se realicen ajustes fiscales en el nivel nacional y que se lleven a cabo reformas institucionales en el nivel comunitario –la Zona Euro no puede seguir manejando las crisis como nacionales, éstas tienen dimensión comunitaria-.

¿Podrán ver la luz al final de túnel las negociaciones de la Ronda de Doha de la OMC? El escenario oscuro de la economía mundial en el 2011 es un ambiente altamente negativo para negociaciones comerciales. Es difícil pensar que se pueda llegar a acuerdos comerciales entre Japón, Unión Europea, Estados Unidos y los mercados emergentes, en este contexto. Esto también me sirve de argumento para pensar que el optimismo que se vislumbra en Colombia con respecto al TLC con E-U, para este 2011, también debe ser moderado. Si bien el regreso de las mayorías republicanas al Congreso  puede verse como un punto a favor, el ambiente económico no lo es.

Comentario Final:

La economía mundial enfrenta una de sus mayores encrucijadas. Después de haber derrotado al comunismo, el capitalismo requiere de una mayor concertación entre sus principales actores. Pasar del G-7 al G-20 no es un cambio cosmético. Las naciones industrializadas y los mercados emergentes deben ponerse de acuerdo y repartirse los costos de la recuperación económica. La recuperación del empleo en Europa y Estados Unidos está asociada a la dinámica económica en China y al creciente consumo de sus habitantes. Ningún país o bloque saldrá de la crisis sin el concurso de sus socios y competidores del mercado mundial.

La guerra de monedas ha sido la manifestación más evidente de la “des-concertación” entre los diferentes mercados de la economía mundial. Pero, la tasa de cambio  no es una variable independiente. La fuerte revaluación que sufren las monedas de América Latina, de Japón y de Europa se traduce en efectos de déficit fiscal y desempleo, principalmente. En consecuencia, lo que está en debate no es la estabilidad cambiaria sino la competitividad de las economías y el bienestar de las poblaciones.

Por último, los esfuerzos fiscales que se han hecho en muchos países para salir de la crisis de 2008 no son gratuitos. El déficit fiscal crece como espuma y los gobiernos tendrán que empezar a ajustar sus cinturones y deberán salir a buscar nuevos recursos para cubrir su deuda pública. El ajuste de gasto afectará directamente al empleo y la búsqueda de liquidez para cubrir sus pasivos elevará las tasas de interés, afectando la inversión privada y contrayendo nuevamente al empleo.