“Eso fue como en los tiempos de Pablo Escobar, ¡el que cayó, cayó!”, me contó el taxista mientras sorteaba el tráfico de Medellín.
El conductor acababa de pasar por la zona rosa de Envigado, tristemente golpeada por una masacre en la madrugada de este viernes. Y es que la muerte de las ocho personas, al parecer todas inocentes, nos devolvió a los paisas a aquella época sangrienta del capo del narcotráfico, mencionado por el taxista.
Este fue el escenario de la matanza en Envigado, a una cuadra del parque principal del municipio. Foto de Esteban Vanegas.
Tres velones blancos a medio derretir, tres muñecos de tela, extrañas oraciones y una mujer vestida de blanco asesinada. Esos fueron los elementos hallados en un bosque, donde al parecer fue cometido un homicidio en medio de un acto de brujería.
Este inusual caso fue descubierto antier, en la vereda El Salado del municipio de Envigado, y hasta el momento se desconoce la identidad de la víctima.
Estos fueron los muñecos, al parecer para un rito de magia negra, hallados en la escena. El de la derecha tiene dos argollas atadas. Fotos de Esteban Vanegas.
Durante la mayoría de meses del 2009, el municipio de Envigado parecía ajeno a las oleadas de homicidios que inundaban a sus vecinos Medellín e Itagüí.
La ausencia de combos delincuenciales poderosos en la zona, era una de las explicaciones que daban las autoridades al fenómeno, dado que estos grupos criminales y sus disputas territoriales eran los causantes de las muertes en las otras localidades del Área Metropolitana.
Esta es la escena del quíntuple homicidio, en el centro de Envigado.
Un comando de seis criminales con armas largas y cortas, y haciéndose pasar como agentes de la Sijín, ingresaron a una urbanización del municipio de Envigado y asesinaron a cuatro personas.
El hecho sucedió a las 4:00 a.m. de hoy, en la carrera 46A con la calle 29C. Los delincuentes llegaron en camionetas, con el pretexto de realizar un allanamiento en un apartamento de un segundo piso.
Este es el lugar de los hechos. Fotos de David Sánchez.
El 11 de julio de 2007, la relación amorosa que sostenían el travesti Dayana Michel y su novio de 16 años, terminó de la manera más triste por una puñalada.
La pareja discutía en la habitación de un hostal, en el sector Barbacoas del centro de Medellín. El motivo fue que el novio mantenía un romance paralelo con “una niña de casa” y Dayana Michel le exigió que la abandonara. El drama se hizo más intenso cuando, en confusos hechos, una navaja ‘patecabra’ terminó clavada en la espalda del travesti y le perforó el pulmón.
El chico afligido, acompañado de otro travesti, llevó a su amado a la Unidad Intermedia de Buenos Aires, donde murió. Una patrulla policial llegó al sitio y sorprendió al adolescente tratando de salir. Le encontraron el arma homicida y lo capturaron.
Él dijo que se trató de un accidente, que fue Dayana quien sacó la navaja y lo atacó, pero él le detuvo el brazo, le dio la vuelta y la empujó. Según el detenido, ella tropezó con un nochero y al caer se clavó el filo en la espalda. El nombre real de Dayana era Johnatan Alberto Guerrero Chico, de 19 años y oriundo de Turbo, Antioquia.