En semana de las madres, que terminó ayer con la celebración de su día clásico, el amor de dos mamás fue puesto a prueba cuando sus hijos se volvieron presuntos asesinos.
Pese a la sangre derramada, ninguna de las dos se apartó del afecto por sus descendientes, aunque obraron de forma distinta. Una pidió que no enviaran a su muchacho a la cárcel, mientras que la otra llevó a su niña a las autoridades. Dos maneras diferentes de amar, pero amor al fin y al cabo.