La salida de la cárcel de varios de los jefes del crimen organizado más reconocidos del Valle de Aburrá, que durante la pandemia obtuvieron beneficios jurídicos como libertad condicional o detención domiciliaria, ha generado zozobra en algunas comunidades y alerta en los organismos de investigación judicial, por las consecuencias y los violentos reacomodos que esto pueda generar en los barrios.
En diciembre, de acuerdo con el reporte del Inpec, la justicia le concedió la detención domiciliara a Juan Carlos Castro, alias “Pichi Belén”, señalado por las autoridades de ser uno de los máximos cabecillas de la organización criminal “la Oficina” y a su vez líder de la banda “San Bernardo”, que delinque en la comuna 16 de Medellín (Belén).
Este es el análisis realizado por El Colombiano, con apoyo de Revelaciones del Bajo Mundo.