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El 84 por ciento del café negro que toman los colombianos, se bebe en la casa. Así lo señala un estudio sobre hábitos de consumo de café en Colombia presentado a finales del año pasado por el programa Toma Café.
En promedio, un colombiano toma 3,4 tazas diarias de esta bebida, y que mejor que tomarse un café en casa preparado de manera que sus características de sabor, aroma y gusto se potencien.
Tener un buen café hecho en el calor del hogar, explica el chef y experto en café, Mauricio Nicholls, empieza con la elección del grano. Ojalá que no se trate de grano molido.
“Lo ideal sería comprar café no molido, porque tiene mucho más aroma. Cuando lo mueles y lo preparas vas
a sentir un café totalmente diferente”.
Explica que para molerlo en casa se puede utilizar un implemento tan simple como la licuadora, y así no se pierde esa cualidad que tiene el bebestible.
También la elección parte por el grado de tostión que tenga el grano, ya que según el tostado el café también tendrá un comportamiento diferente en la boca, puede ser más ácido o más amargo. “Si me gusta un café fuerte escojo un tostado intenso. O puedo elegir un tostado medio o un tostado suave si quiero cafés menos fuertes”.
Incluso, la región en la que se siembre aportará elementos diferenciadores. No es lo mismo el café sembrado en la Sierra Nevada de Santa Marta, que un café sembrado en el Suroeste antioqueño. “Son cafés que tienen texturas y sabores diferentes”.
Ya una vez se ha elegido el grano que más se adapta a los gustos particulares, viene el proceso de preparación.
Las cafeteras son el elemento más común que se encuentra en los hogares y Mauricio señala que son perfectas. Como ellas mismas regulan la temperatura no existe el riesgo de excederse en el calor del agua.
A propósito de esta, la recomendación es que si se usa el agua de la llave, en lo posible se someta a un filtrado para retirarle el cloro que trae por su proceso de potabilización, y que afecta las características del grano elegido.
¿Dulce o amargo? En este sentido Mauricio Nicholls señala que no se puede dar una recomendación, porque esta ya es una decisión muy subjetiva que depende del gusto de quien lo toma, aunque señala sí que para apreciar mejor sus características, es mejor sin dulce.