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A pesar de que a los contratos plan les quedan tres años de vigencia y su ejecución apenas alcance un 20 por ciento, Juan Carlos Mojica, gerente de contratos plan de Planeación Nacional, afirma que la figura ha sido exitosa y que el reto inmediato es el fortalecimiento institucional en las regiones.
En entrevista con EL COLOMBIANO, el funcionario hace un diagnóstico de cómo van los siete contratos actuales y cuáles son los desafíos más urgentes.
¿Cómo va la ejecución de los contratos plan?
“La estrategia de contratos plan ha sido un éxito como herramienta de gestión para relacionar diferentes niveles de gobierno, para aunar esfuerzos entre diferentes estamentos de índole nacional y regional y para la confluencia de fuentes de financiación. Actualmente tenemos siete contratos plan en ejecución y dos acuerdos de desarrollo urbano. En todos estos proyectos hemos movilizado, gracias al aporte de los diferentes ministerios, de los departamentos, de los municipios y del Departamento Nacional de Planeación, más de 12,6 billones de pesos. Aquí tenemos desde grandes proyectos de vías, hasta apoyo a cadenas productivas como el camarón, el coco o el cacao. Estamos trabajando en 17 sectores diferentes y con corte a la fecha llevamos una ejecución financiera superior al 53 por ciento. Eso quiere decir que más de la mitad de los recursos que teníamos programados ya están en contratos o con vigencias futuras”.
Me dice que hay un avance financiero del 53 por ciento, ¿de cuánto es el avance en la ejecución física?
“La ejecución va bien. Claramente, va un poco más atrasada que la ejecución financiera. Estamos alrededor del 20 por ciento”.
¿Usted qué lectura le hace al 20 por ciento de ejecución sabiendo que los contratos plan van entrando en el tercer año? ¿No es muy poquito?
“Claro, yo quisiera ejecutar mucho más rápido, pero la diferencia que hay entre la ejecución financiera y la ejecución física se explica porque el sector que tiene más recursos comprometidos a través del contrato plan es el de infraestructura, en el que hay vías y aeropuertos. Dado que son proyectos de largo plazo de ejecución la estrategia que hicimos con el Ministerio de Transporte fue la de asegurar los recursos con vigencias futuras. Financieramente como ya tenemos las vigencias futuras aprobadas, nosotros damos por ejecutado el tema financiero y ya en obra, vamos en un 20 por ciento. Sí claro, nos gustaría ir mucho más rápido. Pero llevamos alrededor de dos años de contrato plan, la mayoría de estos contratos se firmaron a cinco años, o sea que vamos relativamente bien. Ahora, también hay que entender que esta era una figura nueva, que tenía que romper una inercia en su arranque, y por eso creo que la ejecución en los próximos años será mucho más acelerada. Ya tenemos el motor funcionando. La inercia del arranque ya la rompimos”.
¿Cómo fue la articulación de los territorios?
“En el escenario estaban los alcaldes y gobernadores que también tenían una cierta incertidumbre de si este mecanismo si iría a funcionar, de si era una promesa cierta. Inclusive en sus inicios tuvimos muchas críticas de distintos sectores diciendo que esta era una promesa más del Gobierno que no se iba a cumplir. Y bueno, gracias al esfuerzo de todos, desde el Gobierno Nacional, las gobernaciones y los municipios, hoy vemos una figura exitosa que va en un muy buen nivel de ejecución y debido a esto se formuló el plan de expansión 2014-2018. ¿Cómo evaluamos nosotros el éxito de la figura? ¡Ya tenemos demanda! Ya tenemos demanda de departamentos que al ver las ventajas y el éxito de la ejecución de los contratos plan, ya nos han solicitado y ya arrancamos los procesos de negociación con algunos departamentos”.
Si bien es cierto que ustedes ponen un paquete importante de recursos, los municipios y departamentos también. ¿Cómo va la financiación de ellos?
“En los compromisos de toda la figura, el 22 por ciento de la financiación proviene de recursos de la región. En esto sabemos que ha habido un esfuerzo fiscal muy fuerte de los departamentos y de los municipios para aportar de sus regalías. Uno de los éxitos de esta figura es que jalonamos regalías en proyectos de impacto regional y que están alineados con los planes de desarrollo tanto nacionales como departamentales. La gran mayoría de los gobernadores están muy alineados con el Gobierno Nacional”.
Usted me corrige, pero parece que la figura del contrato plan tiene más retos que logros.
“Yo diría que vamos muy bien en los avances. Poder negociar siete contratos plan, llevar una ejecución de más del 53 por ciento, tener contratos en ejecución, le insisto, ha sido un avance muy importante. Y sí, claro, tenemos muchos retos, como por ejemplo el plan de expansión 2014-2018 nos está poniendo una meta de firmar 10 nuevos contratos plan. Otro de los retos es llevar a una ejecución del ciento por ciento los compromisos que tenemos en los actuales contratos plan. Ahí tenemos un reto tenaz, vamos por buen camino, pero nos faltan todavía tres años largos de ejecución. Y hay otra gran reto y es el fortalecimiento institucional de las entidades territoriales. Para eso el Gobierno Nacional ha dispuesto de varios mecanismos, por un lado estamos fortaleciendo todo el tema de estructuración de proyectos en conjunto con las regiones y por eso vamos a tener unas partidas importantes para temas como estructuración, estudios, diseños y planear muy bien lo que queremos hacer. Cuando comenzaron los contratos plan y empezamos a revisar qué proyectos ya estaban estructurados desde la región nos dimos cuenta de que había muchas debilidades. Estoy hablando de proyectos regionales, que puede que no sean grandes obras de impacto nacional, pero que también necesitan tener una etapa de planeación y diseño como los acueductos rurales, los procesos de electrificación, los hospitales, los colegios, las vías terciarias... Entonces, estamos fortaleciendo el tema de estructuración de proyectos y también fortaleciendo los equipos y la capacidad de gestión de las entidades departamentales. Creo que es otro gran reto que tenemos y es apoyar ese fortalecimiento. Aquí lo que tenemos que hacer es un trabajo en conjunto de fortalecimiento institucional de las entidades territoriales, que nos va a permitir también un mayor nivel de descentralización”.
Frente a este tema de la descentralización, ¿quién decide qué obras hacer?
“Este es un trabajo conjunto, insisto, con las comunidades territoriales. Lo que hemos hecho es alinearnos hacia temas técnicos y de cierres de brechas. Tenemos una etapa de diagnóstico donde identificamos las necesidades más sentidas de cada región, analizamos necesidades básicas insatisfechas, brechas en educación, en salud, en infraestructura y focalizamos los esfuerzos para apoyar el cierre de esas brechas”.
Pero, por ejemplo, en caso hipotético, yo soy una alcaldesa y quiero el acueducto para mi municipio, pero Planeación quiere otra cosa... ¿qué se hace?
“Previo a la firma de un contrato plan hay un escenario de análisis, de diagnóstico y de negociación con las entidades territoriales más que todo con las gobernaciones, aunque esta figura también incluye municipios. Pero volviendo a su ejemplo, lo que se hace es una revisión de qué oferta institucional hay para cada sector, cómo la podemos complementar. Aquí hay descentralización y hay una concertación de proyectos”.
¿Qué contrato plan le preocupa?
“Me preocupan todos porque hay que cumplir al ciento por ciento los compromisos. ¡Se tienen que cumplir!. Hay toda una arquitectura institucional tanto del Departamento Nacional de Planeación en Bogotá y un equipo en la región”.
Ahora, lo que pasó al final es que ustedes firmaron el contrato plan del Gran Darién y se dan cuenta de que la articulación con los tres departamentos es muy compleja y entonces comienzan a firmar contratos que no más tienen un departamento. ¿Cómo es eso?
“Eso es cierto. Mi análisis es que la estructura institucional y presupuestal del Estado nos facilita mucho el tema en este tipo de programas cuando nos focalizamos en un departamento, pero no es solo eso, las necesidades y las capacidades son diferentes en cada departamento. Eso no quiere decir que no se puedan hacer contratos conjuntos y el del Gran Darién ha sido un ejemplo y claramente, es más complicado y tiene más retos de coordinación, pero sí se puede”.