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Altos dignatarios seguirán sin un tribunal de justicia

El proyecto de reforma a la justicia, liderado por el Gobierno, fue aprobado ayer en primer debate por el Senado. Quedaron varias observaciones.

  • Aunque el Tribunal de Aforados se hundió en el primer debate de la reforma a la justicia, podría revivir en segundo debate, en la plenaria del Senado. FOTO COLPRENSA
    Aunque el Tribunal de Aforados se hundió en el primer debate de la reforma a la justicia, podría revivir en segundo debate, en la plenaria del Senado. FOTO COLPRENSA
Altos dignatarios seguirán sin un tribunal de justicia
18 de octubre de 2018
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Ese viejo anhelo de que haya juicios jurídicos y no políticos cuando se trate del juzgamiento de altos dignatarios del Estado y de reemplazar la Comisión de Acusaciones, tan poco reputada, se volvió a esfumar ayer, al menos de manera temporal.

La Comisión Primera del Senado aprobó, en primer debate, el proyecto de reforma a la justicia presentado por el Gobierno, pero eliminó la creación y puesta en marcha del Tribunal de Aforados.

El Ministerio del Interior destacó el primer paso que dio este proyecto de acto legislativo, aunque aclaró que se incluyeron varias constancias, que quedaron para segundo debate en la plenaria del Senado de la República.

¿Por qué se hundió?

Luisa Fernanda García, docente de Jurisprudencia de la U. del Rosario, afirmó que es inquietante que el Tribunal de Aforados se haya eliminado por premura del tiempo, cuando a un tema tan importante se le debe dedicar el estudio de fondo necesario.

“El no identificar la conformación y nombramiento de sus miembros no es un argumento válido para que se descarte el tema. Ojalá en el próximo debate se retome, para que los aforados cuenten con esa entidad que está en mora de ser definida”.

El senador de Cambio Radical, Germán Varón, uno de los ponentes de este proyecto, le dijo a EL COLOMBIANO que el Tribunal de Aforados se hundió porque no hubo acuerdo sobre la procedencia de los magistrados que lo integrarían, pero aclaró que la propuesta podría revivir en el segundo debate.

“Algunos creemos que ni el Congreso ni el presidente de la República deben nombrar a los magistrados de ese Tribunal, sino que debe ser por concurso”, agregó Varón

Según Luis Carlos Martínez, docente de Derecho Constitucional de la U. Pontificia Bolivariana, nada está dicho aún, pues por ser una reforma a la justicia tendrá un control previo de constitucionalidad.

“No hay claridad frente a la figura del Tribunal y por eso no avanza. Si en su conformación llega a tener injerencia el Ejecutivo, se pierde su imparcialidad y puede convertirse en un órgano de negociación de justicia y no de administración de la misma”.

Sigue viva la Comisión

En toda la historia en la Comisión de Acusaciones solo ha prosperado un caso, el del exmagistrado Jorge Pretelt, investigado por recibir un supuesto soborno para favorecer a la empresa Fidupetrol.

Según David Suárez, docente de Derecho Constitucional de la U. Eafit, sin este Tribunal sigue viva la Comisión de Acusaciones, que está congestionada, politizada, es le falta de personal y tiene poca capacidad técnica e investigativa.

El profesor Martínez explicó que el Tribunal se queda, por ahora, sin piso, pero que el futuro de la figura y de la propia reforma sigue siendo una incógnita, porque no predica en sí la ejecución efectiva de la administración de justicia.

“El proyecto se puede convertir en una negociación de la función para poder adquirir beneficios y para que los funcionarios se cobijen bajo la figura del fuero, que es un tratamiento no privilegiado pero sí especial. Ya se estaría hablando de una reforma para beneficiar intereses particulares”.

¿Para qué otro Tribunal?

No todos los juristas apoyan la creación de un nuevo Tribunal, en reemplazo de la Comisión de Acusaciones. Jaime Arrubla Paucar, exmagistrado de la Corte Suprema, celebró su hundimiento y dijo que se debería eliminar también el antejuicio político en el Congreso. “No estoy de acuerdo con más tribunales y menos con uno en el Congreso”.

Andrés Úsuga, docente de Derecho, dijo que, por la tradición del Congreso, un primer debate no significa nada y, al igual que la reforma política, podría naufragar en el intento, en parte porque no responde, a cabalidad, a los ajustes que se requieren en la rama.

Otro elemento que podría cambiar el curso del debate es la llegada, para el primer semestre del próximo año, de los nuevos presidentes de las tres altas cortes.

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debates le quedan faltando a la reforma a la justicia, porque modifica la Carta.
Infográfico

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