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En cinco días las Farc no deberían tener ningún arma en su poder. Sin embargo, han sucedido varios acontecimientos que ponen en riesgo el cumplimiento de dicha promesa, enmarcada en lo que se denominó como el día D+180.
La Comisión de Seguimiento Impulso y Verificación de la Implementación del acuerdo de paz (CSIVI) se reunió ayer para determinar si finalmente ampliarán este cronograma ante lo acontecido.
De hecho, Jesus Santrich, miembro de dicha Comisión, se pronunció al respecto tras señalar los tres puntos mínimos que considera debe cumplir el Gobierno: “Por razones lógicas, está claro que el 31 de mayo no puede terminar la dejación de armas, pero sí hay una voluntad clara. Nadie puede dudar de la voluntad de las Farc para terminar esa dejación de armas”.
Para el jefe guerrillero se requieren, al menos, dos meses más. Esto con el fin de que el Gobierno Nacional cumpla con: la seguridad jurídica, la seguridad social y la seguridad personal. Además, para que de paso la Misión de la ONU llegue a las 900 caletas que tendría las Farc.
“La primera observación que hay que hacer es que se ha convertido en renegociación y no en implementación. La segunda es que la Jurisdicción Especial y la Amnistía es la Corte Constitucional la que tiene que definir si va o no va. Y lo último es el relacionado con la seguridad. No tenemos seguridad personal. Al día siguiente que los guerrilleros pongan un pie fuera de las zonas veredales los van a matar. Si han matado más de 120 dirigentes populares que no han tenido las armas en la mano, cómo puedo confiar en que sí se va a respetar la vida de los guerrilleros”, afirmó el insurgente.
Sin embargo, el alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, ha dicho sobre las afirmaciones de Santrich que “no le pongan ninguna atención”. Esta manifestación está ligada a lo dicho por el guerrillero acerca de que la Corte Constitucional es la que va a equilibrar fuerzas para “hacer trizas” lo acordado, pronunciamiento que por demás está ligado al fallo que le abrió las puertas a las modificaciones a los acuerdos en el Congreso.
En el más reciente reporte sobre la entrega de armas, dado por la Misión de la ONU, se especificó que al 5 de mayo se habían recibido 1.000 armas por parte de las Farc; también se había terminado con todo el registro de las armas en las zonas veredales, pero faltaban containers.
“Las condiciones técnicas de la dejación de armas no están listas. Las zonas veredales no están acabadas. ¡Ni una sola! Y ninguna de las zonas veredales tienen los containers para dejarlas”, dice Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación.
Y es que este tema ha sido el más debatido y ha dado paso a las discusiones sobre si ampliar o no el plazo. El Gobierno se encontró con 26 zonas que tenían dificultades de terreno, que eran de difícil acceso y con complejidades que varían con el clima. De paso, la entrega de la listas de los miembros de las Farc se demoró y se fue trabajando en ellas sobre la marcha.
El 15 de mayo, según lo había dicho Carlos Córdaba, gerente de las zonas, al menos en 17 de estas se habrían entregado los alojamientos y 24 tendrían sus áreas comunes. Las más atrasadas, el pasado 6 de mayo, eran las ubicadas en Policarpa, Mesetas 2 y Caldono 2. Estas dos últimas porque fueron campamentos adicionales que se tuvieron que hacer por la llegada de guerrilleros presos. Por dichos retrasos la misma Misión de la ONU pidió que se extendiera el cronograma.