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“Decidimos cargar a nuestra hija en vez del fusil”: desmovilizada del Eln
Dos exguerrilleros del Eln decidieron dejar esa organización guerrillera para poder criar y ver crecer a su hija. Ahora cada uno cumple con la ruta de reintegración.
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Nueve meses cumplió la hija de la pareja de desmovilizados del Eln. FOTO Cortesía Ejército
29 de octubre de 2016
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El nacimiento de Lucía* fue motivo suficiente para que Verónica* y Alberto* decidieran dejar las armas y dedicarse a formar un futuro como familia.
Estos nuevos padres pertenecieron hasta principios de este año al frente de guerra Darío Ramírez Castro del Eln, en el que se conocieron hace poco más de tres años, a pesar de que sus actividades tuvieran epicentro en dos regiones diferentes de Antioquia: Nordeste y Bajo Cauca.
La distancia no fue impedimento para que estas dos personas sacaran adelante su relación y el año pasado Verónica quedó en embarazo, algo que podía complicar las cosas al interior de la estructura subversiva.
“El embarazo fue buscado, los dos queríamos e incluso yo dejé de planificar. Yo pude salir a tener la bebé con el compromiso de regresar a la organización y esa era mi intención, pero cuando vi esa carita decidí quedarme con ella y por fuera de la guerra”, comenta la exintegrante del Eln.
Para Verónica, su decisión fue transcendental para que su hija pudiera tener un futuro diferente al que le esperaba. “Yo estaba segura que podía regresar sin problemas, pero sin la niña y eso, apenas la tuve, supe que no iba a pasar, los sueños me cambiaron automáticamente, ahora sueño verla caminar, decir sus primeras palabras, ella es mi principal motivación para salir adelante, quiero estudiar y darle un buen ejemplo”.
Convencer al papá
Al tener a la niña, Verónica se encargó de hablar con Alberto para convencerlo de que dejara el Eln por su hija.
“Cuando nació, yo llamaba todos los días, esperando noticias, estaba muy feliz pero seguía ahí adentro. Ella me empezó a decir que pensara las cosas, que vea que la niña me necesitaba, que tomara una decisión”, relata Alberto.
Esa sensación de ser papá, pero sin conocer a su hija, fue lo que llevó a este exinsurgente a dejar la guerrilla después de una década en las filas, a las que llegó por seguir a uno de sus hermanos: “yo quería mucho a mi hermano, él se fue para allá y yo lo seguí, casi no me dejan ingresar, cuando lo logré nos separaron al mes y tres años después él murió de un infarto, eso fue lo que me dijeron allá”.
Alberto dice que conocer a su hija fue algo inexplicable, ahora solo piensa en su bienestar. “Quiero que la niña disfrute de su juventud, algo que no pudimos hacer nosotros, queremos ser muy buenos padres, que ella tenga lo que a nosotros nos negó la guerra”.
El proceso como familia
Al desmovilizarse, estas personas fueron atendidas por el Ministerio de Defensa y ahora por la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR).
En la actualidad, Verónica estudia y Alberto trabaja. “El grupo de Atención al Desmovilizado siempre buscará que el hogar siga unido, por eso ellos entran a este proceso de reintegración a la vida civil como núcleo familiar para que reciban los beneficios psicosociales”, agrega Andrea Suárez Carvajal, asesora jurídica del Ministerio de Defensa.
Tras dejar al Eln, esta pareja y su pequeña, estuvieron tres meses en un hogar de paz y luego cada uno inició su camino de reintegración a la vida civil con la ACR, “con la niña no hay problemas siempre y cuando no se le vulnere ninguno de sus derechos y hasta el momento tiene un hogar con sus padres”, explica la funcionaria de Mindefensa.
Tanto Verónica como Alberto aseguran que la decisión que tomaron fue la mejor, por eso aseguran que “decidimos dejar de cargar el fusil para poder cargar a nuestra pequeña.
*Nombres cambiados para
seguridad de la fuente.
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