<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Solución al problema de las drogas ilícitas

El nuevo enfoque busca un tratamiento diferente para los cultivadores y consumidores.

  •  FOTO Esteban Vanegas
    FOTO Esteban Vanegas
28 de agosto de 2016
bookmark

El acuerdo sobre la Solución al Problema de las Drogas Ilícitas, firmado el 16 de mayo de 2014, tiene tres pilares: 1) políticas sociales para sustituir los cultivos, pensando en el desarrollo rural; 2) enfoque de salud y preventivo para los consumidores; y 3) ataque a las redes de narcotráfico, crimen organizado, corrupción y lavado de activos.

En esta negociación, las Farc lograron la suspensión de los pedidos de extradición a Estados Unidos, y también que sus actividades ligadas al narcotráfico fueran consideradas un delito conexo con la rebelión, hecho que fue criticado por varios sectores. También se comprometieron a colaborar con la erradicación de los cultivos ilícitos y a dejar de participar en este negocio, que para los analistas es la principal amenaza en contra de su reintegración a la vida civil .

Jorge Giraldo
Docente y miembro de la Comisión Histórica del Conflicto

“Colombia venía de 30 años con una política antidrogas desafortunada, con mano dura para los cultivadores y consumidores, ineficacia para controlar el mercado de drogas y complacencia con el lavado de activos.

Este acuerdo pone las cosas en su lugar: hay que hacer política social con los campesinos cocaleros, darle tratamiento de salud a los drogadictos y represión contra los narcos.

El documento tiene dientes y es preciso en cuanto a la sustitución de cultivos, pero se queda corto y es meramente enunciativo en las partes que hablan del consumo y la lucha contra el narcotráfico; en esos puntos, la aplicación dependerá de lo que decidan las instituciones y gobiernos futuros.

De otro lado, desde que se firmó este punto, se multiplicaron los cultivos ilícitos y esa es una amenaza latente para implementar los acuerdos. Si el Gobierno no ocupa los territorios que dejen las Farc ni contiene el crecimiento del narcotráfico, lo que se firmó en La Habana tendrá muy poco impacto en algunas zonas del país, como Nariño, Putumayo y la subregión del Catatumbo”.

Armando Estrada Villa
Docente y exministro del Interior de Andrés Pastrana

“Este acuerdo, en general, es poco exigente con la guerrilla, aunque tiene algunos aspectos para resaltar, como el enfoque preventivo y el tratamiento de la drogadicción como una enfermedad. Eso es positivo.

Sin embargo, no habla de los castigos que se les deben dar a los narcotraficantes, y las Farc han sido consideradas por mucho tiempo un cartel de la cocaína.

Los guerrilleros lograron evadir los castigos por este delito y es probable que en el futuro sea un delito amnistiable, por su conexidad con la rebelión. También lograron la suspensión de los pedidos de extradición a Estados Unidos e incluso están pidiendo la libertad para los integrantes que ya están extraditados y en cárceles de ese país.

En lo referente al lavado de activos, uno en una negociación debe creer en la voluntad de la contraparte, pero no es creíble lo que ellos han dicho desde el principio, que no tienen riqueza para reparar a las víctimas, cuando hay evidencia suficiente de su fortuna, en gran parte obtenida por el narcotráfico. Es un contrasentido que este punto del acuerdo no les exija entregar esos dineros”.

Jeremy Mcdermott
Exmilitar británico y codirector de la Fundación Insight Crime

“Yo estuve en La Habana cuando se firmó este acuerdo (mayo de 2014), que coincidió con el periodo de tiempo entre las dos vueltas de las elecciones presidenciales. La impresión que me dio es que Juan Manuel Santos necesitaba mostrar cualquier avance en la mesa de diálogos, para ganar la reelección. Por eso no veo un documento serio que vaya a resolver en Colombia el problema de los cultivos ilícitos, que en los últimos dos años han tenido un enorme crecimiento.

No soy optimista frente a la restitución de cultivos encabezada por las Farc, empezando porque el Gobierno no da muestras de querer descriminalizar los cultivos de coca en el corto plazo, como sí lo ha hecho Bolivia. La erradicación ha sido un fracaso y, teniendo en cuenta que no hay mucho dinero para patrocinarla y que no hay nada nuevo en materia de sustitución, ¿por qué creer que las Farc van a cambiar la dinámica económica de la coca?

Ellos han regulado el mercado hasta ahora, pero sabiendo que hay grupos de crimen organizado transnacional que podrían pagar mejores precios a los cultivadores, la dinámica seguirá y aparecerán nuevos actores”.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD