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Alcaldía y Sapiencia buscan bajar deserción en educación superior

La Alcaldía invierte recursos que benefician a 4.000 estudiantes cada año en educación superior. El reto es bajar las cifras de los que abandonan.

  • Las estrategias de Sapiencia y la Secretaría de Educación buscan ayudar a que más estudiantes del sector público tengan continuidad hasta terminar la educación superior. FOTO donaldo zuluaga
    Las estrategias de Sapiencia y la Secretaría de Educación buscan ayudar a que más estudiantes del sector público tengan continuidad hasta terminar la educación superior. FOTO donaldo zuluaga
55% de estudiantes en Medellín no terminan a tiempo la universidad
24 de mayo de 2016
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Casi la mitad de los jóvenes que llegan a la educación superior en Medellín (45 por ciento en registros) retrasa la terminación de sus estudios y —algo todavía más grave— alrededor de un 10 por ciento de ellos desisten de los programas académicos sin llegar a graduarse.

Las cifras describen una situación que preocupa a la Agencia de Educación Superior de Medellín (Sapiencia). El director de la entidad, Miguel Silva Moyano, considera que el problema no se debe solo a la falta de recursos económicos, aunque las becas e incentivos ofrecidos en la ciudad ayudan a mejorar la permanencia de los estudiantes en los programas de educación superior.

Para Silva Moyano, hay razones para que los estudios superiores no se completen en el tiempo estimado o no se completen de manera definitiva que tienen que ver con el encuentro de la vocación, puesto que muchas veces los estudiantes no conocen toda la oferta de carreras y terminan desertando cuando no se identifican con el currículo.

“Por ejemplo: hay un programa de Diseño de entretenimiento digital –algo diferente a las carreras tradicionales– y si los estudiantes no saben que existe, puede que les interese, pero terminen metidos en otros programas”, anota. También considera las razones académicas. Señala que muchas veces los estudiantes alcanzan a superar los exámenes de admisión en las instituciones de educación superior, pero no tienen una buena formación desde el colegio y no rinden cuando se enfrentan a un mayor nivel de exigencia.

“Es clave que haya una verdadera orientación vocacional, no solo encuestas y estudios de perfil”, sostiene.

Agrega que se les debe mostrar toda la oferta académica a los jóvenes de grados 10 y 11; y en el rendimiento académico, Sapiencia trabaja en un sistema de medición por competencias, que permita identificar las falencias que generan mal desempeño en asignaturas como matemáticas y lenguaje.

Felipe Aramburo, coordinador del programa de formación de maestros Ser + Maestro, coincide con Silva en que el problema tiene mucho que ver con el nivel académico que los jóvenes traen de la educación media, que no es bueno; además del desconocimiento de la oferta académica.

“Llegan a la universidad poco preparados; no solo en los temas sino en competencias básicas como argumentación, expresión oral, lectura y solución de problemas”, señala. Reconoce también que a veces son las condiciones económicas las que obligan a los jóvenes a trabajar y abandonan sus estudios.

Cada año, Sapiencia y la Alcaldía de Medellín dedican alrededor de 55.000 millones de pesos para la educación de 4.000 estudiantes beneficiados por becas del fondo EPM y Presupuesto Participativo. El registro histórico de estudiantes apoyados por estos programas es de 35.000, de los cuales ya se han graduado 7.000. El apoyo es a través de créditos condonables, que exigen graduarse y prestar una labor social de 80 horas por semestre. La deserción entre beneficiarios es menor al 10 por ciento según Silva Moyano.

Apuestas para mejorar

“En cuanto a los factores económicos, que aún pueden ser razón para la deserción en algunos casos, queremos diversificar los apoyos, no solamente en la matrícula, sino para la manutención”, anota el director de Sapiencia.

El secretario de Educación de Medellín, Guillermo Patiño, confía en que una de las estrategias de la actual administración aporte a reducir el problema. La intención es articular la educación media (grados 10 y 11) con la formación técnica, tecnológica y profesional.

“A los jóvenes de los grados 10 y 11 se les van a reconocer algunas de las materias que luego pueden validar cuando ingresen a la formación técnica y tecnológica en un proyecto muy grande que vamos a tener, de más de 10.000 estudiantes, para ingresar a las instituciones de educación superior del Municipio: el ITM, el Colegio Mayor y el Pascual Bravo”, revela.

El titular de Educación subraya que la Alcaldía busca incrementar entre un 80 y un 90 por ciento la cantidad de estudiantes de los grados 10 y 11 que llegue a estos programas técnicos y tecnológicos, que tendrán en cuenta los nodos económicos y los clúster de desarrollo de la ciudad para que se vinculen también al sector productivo.

55
mil millones de pesos se invierten al año en becas de Fondo EPM y PP.
10%
de estudiantes en educación superior desisten antes de graduarse.
Infográfico

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