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Los enfoques son diferentes y la forma de nombrarlas también, pero lo cierto es que todas las universidades tienen un área en común dedicada a velar por el bienestar de los estudiantes, desde el punto de vista de la salud física y mental, para lograr que el paso por la academia sea agradable y exitoso.
Y es que, de acuerdo con Andrés Colorado Arango, director de Bienestar Institucional de la Universidad de San Buenaventura Medellín (USB), esta dependencia es fundamental para el proceso de formación de profesionales, al darle a los estudiantes un equilibrio entre lo académico y el desarrollo del ser.
“A través de Bienestar Institucional los estudiantes pueden expresarse desde lo deportivo, lo cultural y el desarrollo humano, y acceder a algunos beneficios como becas; descuentos; apoyos alimenticios o económicos, entre otros”, refiere Colorado.
En el caso de la USB, también se cuenta con el área de salud integral, donde se trabaja para prevenir o identificar de forma temprana dificultades físicas o psicológicas, cuyo impacto es directo sobre el desempeño profesional de los estudiantes.
“Contar con un área de bienestar universitario consolidada, con amplitud en sus programas y una buena cobertura, posibilitará que los estudiantes tengan el complemento para ser cada vez mejores profesionales”, expresa el directivo.
En opinión de Teresita María Aranzazu, jefe de Bienestar Universitario de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), esta área tiene a cargo una contribución muy importante en la formación integral de los estudiantes, desde el desarrollo de las capacidades humanas y el fortalecimiento del ser.
“Si bien la actividad académica tiene una responsabilidad en la formación de competencias o del hacer, desde Bienestar Universitario contribuimos al crecimiento del ser y al fortalecimiento y empoderamiento para saber vivir, que hacen parte de la integralidad de la persona en su relación con el entorno”, explica Aranzazu.
Por su parte, Reiner Estrada Castaño, jefe de la División de Bienestar Universitario y Desarrollo Humano de la Universidad de Medellín (U. de M.), plantea que su importancia radica en que contribuye a la formación integral, a la calidad de vida, al desarrollo humano y a la construcción de comunidad, además de favorecer la permanencia de los estudiantes, a partir de un ambiente propicio para estar en la universidad.
No obstante, para evitar la deserción estudiantil, en el caso de la U. de M., se ofrece un servicio de orientación a los estudiantes con dificultades de adaptación a la vida universitaria; el programa institucional Permanencia con calidad, y el programa Aprender es una nota. En este último se da apoyo psicológico para resolver dificultades académicas.
El directivo de la U. de M. menciona que, desde Bienestar, la institución ofrece el servicio de deportes, con programas recreativos, formativos, representativos y escuela de iniciación deportiva. También cuentan con un área de fomento artístico, y otra de salud, con servicio médico y odontológico; promoción de la salud; prevención de la enfermedad, y un componente asistencial.
“Tenemos además un servicio de promoción socioeconómica, con becas, descuentos y estímulos, como un reconocimiento al esfuerzo individual, y contamos con una capellanía”, indica Estrada.
En cuanto a la UPB, la apuesta es desde la política de Bienestar, fundamentada en el modelo pedagógico y en la misión institucional por el fortalecimiento a las capacidades humanas.
“Trabajamos en permanencia e inclusión; desarrollo humano; proyección artística y deportiva; entorno seguro y sostenible, y promoción y prevención, con acciones lúdico-reflexivas; de acompañamiento individual y grupal; masivas, e, incluso, con un servicio de apoyo a la comunidad que presenta riesgo de deserción o en situación de vulnerabilidad”, apunta la directiva.