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Susana, Pablo y Andrés no tienen un salón de clases, no tienen un profesor que les indica qué materias van a ver cada día, y no tienen un grupo de compañeros de clase. Los tuvieron, pero ya no.
En su lugar tienen toda una ciudad, sus profesores pueden ser desde sus padres hasta el señor que ofrece productos en la esquina, y su grupo de clase puede ser cualquiera que interactúe con ellos y comparta algunas de sus pasiones, gustos y afinidades.
Ellos, con sus 15, 12 y 10 años, hacen parte de un grupo, aún reducido, pero en crecimiento, de niños y adolescentes que con el apoyo de sus padres han decidido adelantar su formación fuera de las aulas de clase tradicionales.
Sus padres, Diego Álvarez y Mónica Molina, son convencidos de que el sistema de educación tradicional está de espaldas a las formas naturales de aprendizaje. “Cuando me conecto con algo, lo asocio con mi experiencia, con mis aficiones, se potencia aprender”.
¿Cómo funciona el gobierno en Colombia? Una sesión del concejo de San Carlos y charlas con las autoridades del municipio les dio las pautas para aprender sobre ello. ¿Pesos y medidas? Una jornada de mercado es una buena oportunidad para apropiarse de este conocimiento.
¿Y la socialización que supuestamente genera el ambiente escolar?
La experta española Anna Dragow, quien a partir de la experiencia de aprendizaje libre que puso en práctica con su hijo, hoy de 13 años, señala que no necesariamente el ambiente escolar promueve la socialización correcta.
Por el contrario, plantea, se replica el tema de jerarquías y estimula la segregación al hacer que los niños o jóvenes solo se unan con sus pares.
Un aprendizaje en un ambiente libre, agrega Anna, puede sí promover una socialización mayor de estos muchachos con personas de diversas condiciones.
La educación en casa tiene respaldo legal a partir de la Constitución. También en los colegios es posible hacer las validaciones del conocimiento adquirido, y en las pruebas Icfes Saber también tienen en cuenta esta modalidad de educación.