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Charles Percy Snow, describe en su libro Las dos culturas, que uno de los problemas de la academia fue dividir la formación entre la cultura científica y la cultura literaria, como si el ser humano se pudiera fragmentar.
Tal como lo comparte Luis Fernando Sánchez Sánchez, profesor investigador del Centro Interdisciplinario de Estudios Humanísticos de la Universidad San Buenaventura, “si hablamos de querer formar integralmente al ser humano no podemos caer en el peligro de dividir la formación y el conocimiento en dos culturas”.
Hoy, encontramos programas de Medicina, por ejemplo, donde se han incluido asignaturas como arte y literatura. Además de las materias que componen los pénsum de las carreras universitarias, se suman cursos como un segundo idioma, emprendimiento, liderazgo, entre otras que apuntan a la formación de un profesional con una visión holística, no solo para laborar en su campo, si no para interactuar con la sociedad.
Álvaro Gómez Fernández, vicerrector académico de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), destaca que esas asignaturas adicionales “son importantes porque complementan todo el concepto integral del estudiante. A los estudiantes no solo los tenemos que preparar para las competencias profesionales, las áreas del saber en las cuales se están formando, sino también para tener lo que se denominan competencias blandas”, como las relacionadas con la transformación digital y la denomina cuarta revolución industrial, o aquellas enrutadas en la investigación, “en formación de capacidades para que sean curiosos, investiguen, analicen y sean capaces de leer lo que les está diciendo el medio”, agrega.
El docente de la San Buenaventura recapitula la obra del sociólogo francés Edgar Morin, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro: “plantea algo que es muy importante: hoy más que nunca debemos aprender a articular, a conectar, no tanto a dividir y a fragmentar”. Eso, explica, es lo que hacen las empresas: articular al ingeniero con el abogado, el psicólogo y a estos con los usuarios o clientes, desde esa integración de saberes y conocimiento.