Como el año de consolidar proyectos, así calificó al 2018 Néstor David Restrepo, secretario de Educación de Antioquia, aún con las críticas existentes por proyectos estancados como el de la Universidad Digital. Según el funcionario, entre 2016 y 2017 se formularon los proyectos, en 2018 se afianzaron y en 2019 se pondrían en marcha, la mayoría estrechamente vinculados con el uso de tecnologías de la información (Tic). El secretario, en diálogo con EL COLOMBIANO, hizo un balance de los tres primeros años de gobierno y los retos que tendrá este 2019. Entre otras cosas, habló de cómo combatir fenómenos como la deserción escolar y el acompañamiento a docentes amenazados en Antioquia. ¿Cuál es el principal logro dentro de los objetivos que tiene la gobernación en materia educativa? “Sin duda es nuestro programa de Antioquia libre de analfabetismo. En ese fenómeno hemos alcanzado a situarnos en una cifra del 3.6 % que nos permite empezar el proceso para hacerle honor al nombre de la estrategia. Ya recorrimos 95 de los 117 municipios que no están certificados y esperamos terminar con los que nos faltan. En el proceso nos dimos cuenta de que en el departamento las personas reconocen más fácil que son drogadictas o alcohólicas a que son analfabetas. Por eso la focalización del problema se hizo muy compleja. Hoy tenemos instaladas 89 mesas de alfabetismo, conformadas por alcaldías, un representante del sector educativo y otro de un medio de comunicación comunitario para que difunda el programa. Hemos llegado casi a 45.000 antioqueños alfabetizados, sin contar con los que se educaron con los ciclos lectivos de educación inclusiva o educación para adultos. Entre agosto y septiembre de este año esperamos obtener el certificado de la Unesco que diga que Antioquia está libre de analfabetismo”. Otro de los pilares es el Bachillerato Digital, ¿qué cifras se han alcanzado y qué sigue en este programa? “Esta es una plataforma o modelo de educación flexible que permite graduar a estudiantes en extraedad. Tenemos 3.000 estudiantes activos y otros 9.000 en proceso de matricula. Rescatamos testimonios que dan cuenta de los frutos de esta estrategia, como el de una señora de 78 años en El Santuario, que decía que soñaba con llevarle dos cartones a San Pedro, y estaba feliz que ahora le lleva primaria y bachillerato. No ha sido fácil porque no existe una cultura de educación digital en Antioquia. Como el modelo no está completamente regulado trabajamos todavía con algunas horas presenciales, con tutorías, apoyados por maestros de las instituciones oficiales. Los 117 municipios no certificados tienen una sede del bachillerato digital, las personas no tienen la necesidad de desplazarse a otro lado para matricularse. Incluso, en este programa hicimos prueba piloto en los centros de reclusión de Santa Rosa de Osos y Titiribí con 100 presos para que puedan terminar el bachillerato, con tan buena acogida que nos reunimos con el Inpec para llevarlo a más cárceles del departamento y del país”. La educación sigue midiéndose por resultados en pruebas, como las Saber, ¿cómo va el departamento en este aspecto? “Hace parte de otro proyecto nuestro, Antioquia líder en Pruebas Saber. Son herramientas mediante el uso de las Tic que ofrecemos a los estudiantes para que puedan prepararse y presentar estos exámenes con resultados satisfactorios; no obstante, aunque en Colombia sigue midiéndose la calidad educativa en términos de estas pruebas, tengo que decir que no es justo medir con el mismo rasero la realidad social de municipios apartados, como Peque, que tienen los mismos parámetros de evaluación que Medellín, por poner un ejemplo. Como todavía no hay un cambio en el modelo educativo, entonces seguimos con este programa y reconocemos que en la subregión de Magdalena Medio aún debe fortalecerse el tema de los resultados de Pruebas Saber”. ¿Cómo se podría cambiar entonces ese modelo educativo? “Nosotros estamos trabajando en un proyecto que transformaría ese sistema, porque pensamos que no es lo mismo enseñar en San Juan de Urabá que en La Ceja. Queremos violentar los mecanismos de enseñanza tradicionales. Este año presentaremos los resultados que conseguimos en los estudios que hemos venido desarrollando, de tal manera que 10 más 10 sea igual a 20 aquí y allá, pero las estrategias comunicacionales sean pertinentes con las características de cada lugar a donde llega la oferta educativa. En ese sentido creamos el centro de pensamiento pedagógico, que ya ha tenido dos foros departamentales y cuenta con el concurso de más de 300 maestros y 13 universidades, incluso privadas. Es el primero de carácter oficial en el país, y su misión se resume en repensar o actualizar la labor del profesor día a día. Un ejemplo de los resultados fue la publicación del libro Voces de maestros por la paz, que lanzamos en noviembre. En este documento, 70 docentes compartieron su experiencia y la transformación de realidades en los lugares donde trabajan”. Un tema bastante controversial es la Universidad Digital, este es el tercer año de gobierno, ¿comenzará a funcionar en 2019? “Yo ubico este proyecto como consolidado porque la Asamblea aprobó su creación apenas en diciembre de 2017; es decir, desde ahí apenas llevamos un año de trabajo. Y lo digo así porque ese tiempo en términos políticos es demasiado, el gobierno se acabó prácticamente, pero quien conoce de procesos de creación de instituciones de educación superior sabe que lo estamos haciendo en tiempo récord. Recibimos el código Snies (Sistema Nacional de Información de Educación Superior) y en marzo de 2018 teníamos un consejo superior universitario con rector en propiedad. De allí, nueve meses para acá, hemos adelantado el proceso de reconocimiento de los registros calificados de los primeros pregrados, para obtenerlos en este primer trimestre del año. Muchas personas creyeron, entre ellos algunos diputados, que era cuestión de que el Ministerio de Educación aprobara el registro y al día siguiente empezar a ofrecer cursos, y eso no funciona así. Un registro calificado es un trabajo que requiere investigación, visita de pares que se ha logrado para al menos ocho de los trece programas con los que se tiene presupuestado iniciar. Entonces no se trata de presentar un simple cuadernito. Los primeros programas que presentamos para obtener el registro fueron agronomía, desarrollo de software y administración de empresas hoteleras y turísticas. Esperamos que el primero esté listo este mes y, apenas esté matriculado el código, al día siguiente empezamos inscripciones. Los otros 12 registros deben avanzar hasta marzo, para tener mínimo seis programas para ofrecer”. ¿Este año se cumplirá la meta de entregar 240.000 tabletas para las instituciones educativas en Antioquia? “Este programa fue desarrollado en convenio con el Ministerio de las Tic. Entre 2016 y 2017 entregamos 55.000 tabletas para fortalecer los proyectos digitales que tenemos. Cuando llegamos a la gobernación había seis estudiantes por dispositivo y nuestro objetivo era llegar a dos estudiantes por dispositivo. Aunque queríamos alcanzar a entregar las 240.000 tabletas en Antioquia, sabemos que no va a ser posible. Con el cambio de gobierno nacional, el MinTic paró el presupuesto por falta de capacidad. No obstante, ya estamos conversando con esta cartera para continuar con esta dotación. Por otro lado, nuestro departamento es el único que tiene todos los municipios con conexiones wifi, 162 zonas para 125 localidades, algunas evidentemente con más de una. La idea es que esta estrategia no se apague con el Gobierno Nacional actual, porque inicialmente nos dijeron que no era una prioridad, pero recibimos una prórroga por parte del operador (Tigo-Une), por responsabilidad social, hasta que termine la negociación con el MinTic y conseguir que no se apague el switch. Hoy estas zonas wifi están funcionando normalmente”. La Asociación de Institutores de Antioquia (Adida) denunció que en 2018 asesinaron a 6 docentes y amenazaron a 71, ¿cómo trabajan este tema? “Tenemos el comité de amenazados que se reúne una vez al mes para recibir información de otros organismos como la Fiscalía, Procuraduría, Unidad Nacional de Protección, y allí se busca garantizar que las personas en peligro sean trasladados o se les ponga un esquema para blindarlos. Hacemos acompañamiento psicológico con ellos, incluso con sus familias, y averiguamos la situación por cada caso, porque no todas las amenazas son iguales, hay unas más complejas y niveles de riesgo más altos. No desconocemos que el 99 % de los casi 20.000 profesores que tiene Antioquia en los municipios no certificados también tienen un rol como líderes sociales. Pasan de enseñar a ser presidentes de juntas de acción comunal, y ese reconocimiento los pone en peligro en lugares donde el orden público es difícil”. ¿Qué pasó con los 80 parques educativos? “Recibimos más de la mitad con problemas estructurales, por ejemplo el de Santa Fe de Antioquia. Se han ido entregando porque eso sí, el presupuesto para esos parques estaba fijo, y pese a dificultades y sanciones con algunos contratistas, hoy falta solo por terminar el de Salgar que debe ser reubicado porque después de la tragedia, la zona donde estaba pensando quedó considerada como de riesgo. Podemos decir que de los 80 parques, 79 están listos y, de estos, tres tienen pendientes algunos detalles o ya se tramita la forma como se va a entregar esa infraestructura a los municipios. Los demás han venido funcionando, en su gran mayoría. No están cerrados. Son propiedad de los municipios y las alcaldías tienen sus estrategias allí. Pongo como ejemplo el de Marinilla o El Carmen del Viboral, donde teniendo la edificación trasladaron sus secretarías de educación. Los convirtieron en sitios de expresión social de cada localidad, ecosistemas de innovación donde se hacen cursos y otras actividades”. ¿Cómo trabajar para disminuir la deserción escolar? “El año pasado tuvimos la contingencia de Hidroituango, que ocasionó este fenómeno en el área de influencia y aumentó el número de estudiantes matriculados en Santa Rosa de Osos y Yarumal, pero no todos volvieron al sistema educativo luego de la normalización del calendario escolar. Esperamos que esas cifras vuelvan a la normalidad este año. La dispersión sigue siendo un grave problema, nosotros tenemos veredas a tres días del casco urbano, y entre los 9 y los 13 años se presenta ese fenómeno. Muchos niños trabajan ayudando en sus casas y estudian al tiempo, lo que al final termina sacándolos del colegio. Para ello enviamos maestros oficiales a las veredas, agrupando zonas en instituciones educativas para evitarles el desplazamiento a los estudiantes. Este año fortaleceremos esa estrategia y estudiaremos otros mecanismos en ese centro de pensamiento pedagógico para brindarles posibilidades a los jóvenes en la zona rural, para que puedan terminar sus bachilleratos sin tanto desgaste”....