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Estudiar en tiempos de influencers
El vertiginoso avance de las tecnologías de la información reta las lógicas del sistema educativo.
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ilustración Elena ospina
Hace menos de diez años nadie pensaba en crecer para convertirse en community manager, experto en big data, estratega en experiencia de usuario y, mucho menos, en influencer. Hoy, estos perfiles existen y están planteando retos para las universidades que intentan seguirles el paso.
En el espectro de los influencers, que pueden equipararse con el reducido círculo de la farándula de hace unas décadas, se observa un desafío mayor pues mientras más fuerza toman, la academia aparece poco, y se menciona que para lograr el «ingreso a la fama» no se necesita más que una pantalla y un poco de carisma.
Es lo que sugiere Luis Miguel Mesa, creador de El Estante Literario, un joven de Medellín que intenta abrirse paso como influenciador en la crítica literaria promocionando su sitio web en Youtube, Instagram, Twitter y Facebook. «No creo que se necesite ser profesional. La razón es que, en la mayoría de los casos, los seguidores no “se dejan influenciar por ti” debido a que sabes mucho de algo, más bien lo hacen porque sienten una conexión contigo, confían en ti».
En el Primer estudio global microinfluencers, realizado por Socialpubli.com en octubre de 2018, los encuestados enumeraron que ser ellos mismos, interactuar con los seguidores y compartir contenido de calidad para la comunidad que los sigue son los tres factores más importantes para que su audiencia se comprometa, pero la educación ni se alude.
Sin embargo, las instituciones de educación superior están empezando a considerar que tienen un rol importante en la formación de estas personas, por lo que vienen analizando las tendencias del mercado y preguntándose cuáles son las necesidades específicas de quienes están en el negocio de los influencers. «Estamos indagando por lo que está pasando en el mundo con las nuevas tecnologías y qué es lo que va a pasar con estos nuevos oficios. Aunque las herramientas digitales son diversas, no significa que ya no sea importante estudiar», expresa Gloria Figueroa Ortiz, directora de UPB Virtual. Algunas instituciones han empezado a incursionar en temáticas relacionadas con el quehacer de los influenciadores. Entre los cursos se encuentran: manejo y estrategia de redes sociales, minería de datos, programación para no programadores, marketing de contenidos, entre otros.
Técnica y ética
Aunque Mesa insiste en que no ve cómo una universidad puede formar un influencer, reconoce que sí se necesita la técnica, pero no solo en este oficio: «En cómo usar internet para crecer tu audiencia o negocio, cómo crear un blog, cómo hacer presencia en internet, SEO y cosas así».
Por su parte, el booktuber de Medellín, Juan David Cano (Juan D. Cano), que gracias a sus reseñas literarias goza del reconocimiento de la industria editorial, cree que hay poco en relación con la responsabilidad y la ética que debería tener un influenciador: «Sería genial que desde la academia se formara para que la gente tuviera una preparación, para que cuando llegue una persona y te ofrezca que promociones tus contenidos puedas tener el criterio para decir si está bien o no».
Bien en lo técnico, en las competencias o en lo ético, pareciera imperativo que la academia hiciera más presencia en el mundo de los influencers, teniendo en cuenta que esta «profesión» está en ascenso. Incluso muchos niños ya declaran que les interesa ser youtubers cuando crezcan.
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