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Luego de varios semestres de teoría, uno de los mayores anhelos de los estudiantes universitarios es pasar a la acción: aplicar sus conocimientos y estar inmersos en su profesión.
Y es que, si bien los programas académicos tienen un fundamento teórico práctico en sus materias, solo hasta el final de la carrera se deben cumplir requisitos como el proyecto de grado, las prácticas profesionales y, en algunos casos, las pasantías.
“Para nosotros son muy importantes estas actividades porque permiten a los estudiantes confrontar la teoría del salón de clases con las problemáticas de la realidad social. De modo que no concebimos el aprendizaje del estudiante si no hay un complemento de la teoría con la práctica”, precisa Carlos Mario Morales Castaño, decano de la Facultad de Estudios Empresariales y de Mercadeo de Esumer.
Mauricio Bocanument Arbeláez, vicerrector académico de Unisabaneta, coincide en esa postura, al afirmar que, para tener buenos profesionales, los estudiantes durante su proceso de formación deben estar en contacto con el medio al que se expondrán una vez terminen sus planes de formación.
“Lo anterior ayuda a que pongan a prueba los conocimientos recibidos en las aulas de clase, además de aclarar la manera como se viven estos en los contextos laborales y en el medio como tal, lo que permite que sean asimilados desde ejercicios vivenciales y reales”, añade Bocanument.
No obstante, para que estos ejercicios sean efectivos y tengan un valor real, el Decano de la Facultad de Estudios Empresariales y de Mercadeo de Esumer, advierte que deben contar con una orientación académica y estar articulados al currículo del programa desarrollado.
“Lo que ha pasado en algunas instituciones, sobre todo con las prácticas y las pasantías, es que se han efectuado sin ninguna articulación al plan de estudios, por lo que las pasantías tienen el estigma de asumirse como paseos y las prácticas se han convertido en la solución del empresario para cubrir puestos que no tienen nada que ver con el área de estudio”, señala el Decano, quien agrega que, en el caso de Esumer, estas son acompañadas por un tutor encargado de supervisar esa correspondencia.
Para el Vicerrector Académico de Unisabaneta la experiencia que los estudiantes adquieren en la etapa práctica es llevada luego a las instituciones de educación superior para ser compartida con sus compañeros de estudio, enriquecer la labor docente, así como permitirles perfilarse en el área a la que se quieren dedicar una vez obtengan el título profesional.
Además de las enunciadas, Mauricio Bocanument plantea que los estudiantes pueden presentar en sus hojas de vida una experiencia que les ayudará en la búsqueda de trabajo en el sector y área en la que se quieren desempeñar, a definir su vocación, y es también un criterio valorado por los empleadores al momento de realizar una selección de personal.
“Para Unisabaneta, aparte de la retroalimentación que se recibe de los resultados de las prácticas de sus estudiantes, sirven para mejorar en el direccionamiento de las mismas y del plan de formación, y les ayuda a los futuros profesionales a la vinculación con el sector externo”, explica el directivo.