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Son 12 las propuestas que quieren transformar la manera en que la educación superior se imparte en Antioquia. Una docena de ideas que nacieron con el apoyo de Innovacampus, programa de Ruta N que pretende generar innovación al interior de las universidades.
Para ello, realizaron una convocatoria donde se presentaron aquellas propuestas. Las más interesantes son el piloto con el que quieren dar el primer paso en el proceso de renovación.
La selección de estas iniciativas tuvo el apoyo de expertos internacionales como Matthias Wesseler, consultor senior de Unistaff, quien desde su experiencia descubre y promueve el potencial de la educación superior antioqueña.
EL COLOMBIANO habló con él sobre los proyectos que se quieren proponer a las universidades, con el fin de dar un salto hacia la innovación curricular y pedagógica.
¿Cuál fue el filtro para elegir los 12 proyectos piloto para la transformación de la educación superior?
“Tuvimos en cuenta varios indicadores, aunque los más importantes fueron: la calidad académica, la calidad científica y la calidad de responsabilidad social. Esta última enfocada en que el proyecto elegido sirva a la ciudad y sea pertinente con sus necesidades, lo que traerá en un futuro ventajas a la gente y a su ciudad”.
¿Dentro de aquellas iniciativas, cuáles sobresalen?
“Todas son importantes, aunque recuerdo dos en particular: la primera habla de la creación de una Maestría en Ciudades Inteligentes, con la que se quiere sacar a relucir ese intelecto existente en la ciudad y crear mecanismos para potenciarlo. Otra de las iniciativas se enfoca en la salud mental comunitaria, es decir, en montar procesos en los pueblos donde todavía hay cicatrices y heridas del conflicto armado que impiden el desarrollo activo de la innovación. Me parece un proyecto pertinente para los municipios”.
¿Qué elemento conecta a estas iniciativas?
“Básicamente el elemento que conecta todos estos proyectos es la innovación. Y no es solamente un cambio, es también respetar, reconocer y valorar lo que se ha hecho hasta ahora para poder dar el paso a algo nuevo. El potencial está en lo nuevo”.
¿Se tuvieron en cuenta la investigación, la extensión y la docencia para darle forma a los proyectos?
“Sí, aunque nos enfocamos en la docencia, o sea, en la enseñanza. A través de ella es posible mejorar la investigación y la extensión y vincular lo que se enseña con las necesidades del mercado, del empleo y la sociedad. De esa manera, queremos conectar la calidad académica con las necesidades de las empresas”.
Siendo así, los maestros serían un gran pilar en la puesta en marcha de los proyectos...
“Serán parte importante, pero también es necesario que los estudiantes de educación superior tomen en sus manos la responsabilidad de su aprendizaje. No podemos dejar solos a los docentes. Sus alumnos son el norte de estos nuevos enfoques de enseñanza con mayor calidad y pertinencia”.
¿En la selección de los proyectos piloto han tenido en cuenta el tema entre universidades y empresas?
“La universidad, y no solo pasa aquí, en ocasiones no se abre a alianzas con empresas y empleadores. No se sabe mucho de lo que pasa allá dentro. Sin embargo, del otro lado es igual y existe una cierta desconfianza entre los dos sectores. Por ello, los proyectos han tenido en cuenta esas necesidades de empresas y comunidad para que estén conectados al sector productivo y a la ciudad”.