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Procedentes de Barrancabermeja, Santander, llegaron a la Universidad Pontificia Bolivariana los gemelos Villalobos Pérez, a estudiar Ingeniería en Diseño y Entretenimiento Digital.
Con 17 años de edad José Romualdo y Romualdo José (pareciera invertido, pero no, es así) son los beneficiarios del programa de becas Ser Pilo Paga, otorgadas por el gobierno nacional a los estudiantes con calificaciones sobresalientes en todo el país.
Llegaron a Medellín el 23 de enero de 2015, para hacer su sueño realidad de poder ingresar a la universidad que le ofreciera el conocimiento que ellos deseaban.
No tenían en mente continuar sus estudios. “No contábamos con los recursos necesarios para costearnos la educación, por eso nos dedicamos unos meses antes de terminar el bachillerato a estudiar encerrados de tiempo completo con el fin de ganar el último examen y así por lo menos tener el honor de haberlo ganado, así no entráramos a la universidad”.
Aunque esos eran sus pensamientos, el destino les tenía guardada la sorpresa de las becas ofrecidas para estudiantes con buenos resultados en el Examen del Estado, y así fue como se presentaron y ganaron las dos becas para ingresar a la universidad que ellos decidieran escoger.
Entre las opciones estaban las universidades de Bucaramanga, Barranquilla y Medellín.
Se convencieron de escoger la UPB ya que esta les ofrecía la carrera tal cual como la deseaban estudiar, una que les enseñara el diseño de videojuegos y entretenimiento digital, y así fue que los dos decidieron estudiar lo mismo, ya que desde siempre han estado juntos y por eso se esfuerzan para ganar todas las materias.
“El traslado de nosotros a Medellín se dio entre nosotros mismos, porque allá había una vecina que se vino a vivir acá, entonces nos ubicamos en la casa de la vecina, pagamos el primer mes y ya, entonces como la beca le da a uno un subsidio de sostenimiento, con eso uno paga el arriendo y ya”, manifiesta José Romualdo con un buen sentido del humor.
Agrega Romualdo José que “el gobierno hasta ahora, gracias a Dios, nos ha colaborado mucho, ya que nos consignan a través de una tarjeta prepago el monto acordado, que desde un principio se supo que era de cinco salarios mínimos por semestre, los cuales nos ayudaría para suplir nuestras necesidades básicas, ahora están en cuatro, esperemos que después no sean menos de eso, porque ahí sí tocaría rebuscarse en el semáforo”.
En cuanto al costo de la matrícula, no tiene ninguno, ya que la condición sine qua non para no quedar como deudores es que deben graduarse de su carrera, de lo contrario el Icetex les cobra la totalidad del dinero que desembolsó por su educación.
Su estadía en Medellín ha sido buena, aunque no niegan un temor inicial por las historias tejidas alrededor de los conflictos que ha vivido la ciudad.
“Al principio me daba miedo por lo que decían y lo que pasaba en la Comuna 13, pero después al llegar y darnos cuentas de que las cosas no eran así, nos tranquilizamos, y hasta ahora nos ha ido bien con los compañeros de estudio, menos con la primera clase de cálculo, que fue muy dura”.
Aunque ellos son becados por ser pilosos, ya que saben programar en diferentes lenguajes de programación, no son tildados de nerdos por sus compañeros, al contrario se han convertido en la admiración de muchos por sus capacidades y por las ganas de querer permanecer siempre juntos en todas sus clases.
Romualdo José y José Romualdo tienen proyectos a futuro, ya que sus mentes están sincronizadas en crear una empresa de videojuegos que sea lo suficientemente grande para que sea conocida en toda Colombia.
En su plano familiar, “fue todo un trauma separarnos de la familia para venirnos a Medellín y aunque en un principio no nos apoyaban en el proyecto de venirnos, entonces tomamos la decisión por nuestra cuenta, y ya después de superar la primera clase de cálculo que fue muy difícil, nos acoplamos a todo”.
Los mitos que tenían en la cabeza sobre el trato que dan los estudiantes de universidades privadas a los que son de bajos recursos se derrumbaron desde el momento que comenzaron a relacionarse con ellos y se dieron cuenta de que esta es una ciudad de personas amables que tratan bien a sus semejantes.
Los gemelos se declaran hinchas de Alianza Petrolera y dicen que por ese lado la cultura paisa es muy rígida ya que casi todos son hinchas del Nacional, entonces ha sido difícil acoplarse a una cultura tan arraigada.
Ellos quieren entrar al mundo del entretenimiento, tener experiencias interactivas, hacer animaciones, crear videojuegos, “de eso se trata la carrera y por eso la escogimos”.