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El matrimonio ciencia y política, reto futuro del país

Desde 1990, con la primera ley de ciencia, se viene intentando sin éxito crear un Ministerio de Ciencia y Tecnología. ¿Qué tan viable sería para el país?

  • Para el 2016 el presupuesto de Colciencias se redujo en un 20 %. FOTO Juan Antonio Sánchez
    Para el 2016 el presupuesto de Colciencias se redujo en un 20 %. FOTO Juan Antonio Sánchez
23 de octubre de 2016
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Los países que hace 60 años superaron conflictos y guerras tomaron la decisión política de aumentar su inversión en ciencia y tecnología, y dieron un salto en desarrollo que hoy se evidencia en cifras.

Mientras que el año pasado, por ejemplo, Colombia recibió 102 patentes de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, Corea del Sur obtuvo 13.000; Japón, 42.000; China, 25.000; y Alemania, 18.000. En América Latina Brasil alcanzó 581, México 284 y Chile 140.

Según Enrique Forero, presidente de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en la sociedad actual del conocimiento la ciencia es eje central para el desarrollo y en Colombia el gran reto, una vez se superen los conflictos armados, se debe fortalecer y mejorar la ciencia y la educación.

“Necesitamos una educación que interese a los jóvenes por la ciencia, el conocimiento y la investigación, y no solo en la producción de dinero para hacerse rico en tres días. Ahí es donde se forman los talentos que luego llegan a ser científicos”, apuntó Forero.

En la actualidad se discuten en el Congreso dos proyectos que van encaminados a articular los esfuerzos en estas áreas y en facilitar y reconocer la investigación de los docentes universitarios, la mayoría carentes de incentivos.

Las empresas Spin-off

En la Cámara ya fue aprobado en dos debates el proyecto de Ley 017 de 2016, a través del cual se fomenta la ciencia, tecnología e innovación mediante la creación de empresas de base tecnológica, conocidas como Spin off.

Aún le quedan dos debates en el Senado este año. La mayoría de las empresas exitosas de Sillicon Valley surgen con este modelo, en el que también han trabajado Ruta N y Tecnova junto con varias universidades del país.

Según el representante Iván Darío Agudelo (PL), presidente de la Comisión Sexta de la Cámara y autor de esta iniciativa, hoy la legislación no permite la doble erogación a los funcionarios públicos, y con este proyecto los profesores podrían ser partícipes de su creación científica.

La futura ley le permitiría a las Instituciones de Educación Superior (IES) públicas crear empresas tipo Spin-off con o sin participación de particulares. A la vez le posibilitaría a los servidores públicos docentes, cualquiera sea su forma o naturaleza de vinculación legal, formar parte de ellas, pudiéndose asociar las IES.

El proyecto aclara que los docentes o investigadores que formen parte de las Spin-off podrán ser partícipes de los beneficios económicos que se generen, sin que esto configure factor salarial ni doble asignación por parte del tesoro público.

Sobre esta propuesta Mauricio Alviar, rector de la Universidad de Antioquia, afirmó que es un anhelo de las universidades acercarse más, a través de la ciencia y el conocimiento que producen, a soluciones de problemas a todos los sectores sociales, en otras palabras, transferir tecnología.

“Hay formas de hacer alianza con empresas y gobierno, pero se han ido perfilando otras formas, como la participación de los profesores universitarios en el desarrollo de empresas y negocios de base tecnológica, de tal manera que se convierta en estímulo para seguir desarrollando investigación científica”.

Alviar agregó que para que esto funcione es necesario hacer ajustes a las normas, como el Decreto 1279, que regula los salarios de los profesores de las universidades públicas y no contempla ese tipo de estímulos. A los profesores solo les aumentan el salario cuando producen conocimiento vía publicaciones, pero no cuando participan en desarrollos tecnológicos.

Según Alviar muchos docentes han hecho descubrimientos e inventos, y se han convertido en patentes, pero para que estas les produzcan ingresos se debe dar un proceso de licenciamiento y es ahí donde entran a jugar las Spin-off y la articulación con el sector productivo.

Un Ministerio para la ciencia

El único ministro que ratificó el presidente de Argentina, Mauricio Macri, cuando asumió el Gobierno, fue el de Ciencia, creado en el 2007 por la presidenta Cristina Fernández. Fue una muestra de que la ciencia está por encima de los intereses políticos.

En Colombia se empezó hablar de un ministerio parecido en 1990, con la primera ley de ciencia, pero jamás prosperó. En el 2009, con la nueva ley de ciencia se retomó el tema, pero tampoco fecundó, aunque logró que Colciencias se transformara en un departamento administrativo. En diciembre de 2015 fue presentado un proyecto de ley para crearlo, pero se hundió.

En la actualidad el proyecto es modulado a través de diálogos con diferentes actores, como el presidente Juan Manuel Santos y el Mineducación, para que sea un Viceministerio. El mes pasado la iniciativa tuvo una audiencia pública en la Cámara. Para Agudelo, quien también lidera este estudio, un modelo similar funciona en Alemania, España y Corea del Sur.

“La realidad del país no da para un Ministerio, pero sí para un Viceministerio. No se trata de crear más burocracia sino de utilizar la estructura que existe. Hemos hablado con los gobiernos de China y Corea del Sur, para que nos enseñen cómo dejaron la guerra y dieron un paso adelante de la mano de la ciencia”. Agudelo agregó que los más importante es que el sistema funcione y se puedan articular esfuerzos atomizados en la materia, para optimizar recursos.

Al respecto Fanor Mondragón, coordinador de la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Academia de Ciencias, dijo que Colombia requiere un nuevo sistema de ciencia y tecnología apropiado para la época del posacuerdo, que permita formar colombianos para resolver las necesidades a las que se verá enfrentado el país.

“Se requiere es un Ministerio de Ciencia que unifique las políticas de investigación del país. Hoy existen muchos entes financiando investigación con diferentes normas. Se lograría una interlocución directa con el Ejecutivo y otros ministerios para las definiciones presupuestales y le daría visibilidad internacional a la ciencia y la tecnología local”.

Mondragón precisó que no se trata solo de crear un ente, sino de financiarlo. Según el Colombia invierte hoy 10 dólares per cápita en investigación, mientras que España invierte 150 dólares y Corea del Sur 1.300 dólares per cápita.

La “misión de Sabios”

Hace 22 años un grupo de destacados académicos conformaron la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo, conocida como “misión de Sabios”. Su objetivo fue hacer recomendaciones en ciencia, tecnología y educación, pero la mayoría, todavía vigentes, se quedaron en el texto ‘Colombia: al filo de la oportunidad” (1996).

La misión estaba integrada, entre otros, por Eduardo Aldana, Gabriel García Márquez, Rodolfo Llinás, Marco Palacio, Manuel Élkin Patarroyo y Eduardo Posada Flórez.

Este último le dijo a EL COLOMBIANO que fueron 100 propuestas y fijaron metas para que el país progresara. Por ejemplo, pidieron que el 1 % del PIB se invirtiera en investigación, para que en el 2004 llegara al 2 % (Brasil hoy invierte 1,6 %), pero según él hoy se invierte solo el 0,6 %. También propusieron llegar a un investigador por cada 1.000 habitantes, es decir, que deberían existir 45.000, pero solo tenemos 15.000.

Posada recordó que a todo ese plan se le atravesó la crisis económica del 2000 y múltiples problemas de política local, y por eso aun el país está lejos de esas metas.

1 %
del PIB es la meta de inversión del Gobierno en Ciencia, Tecnología e innovación para el 2018.

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