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Tras once años de servicio en el Ejército y de pasar por varias unidades, entre ellas la Cuarta Brigada en Medellín, la capitana Ángela Marcela Ospina Montealegre afronta su reto, pero a la vez la oportunidad más grande en su carrera militar: un año en la Misión de Paz con el Batallón Colombia en la Península del Sinaí.
Además, la capitana, nacida en Medellín, es la única mujer del nuevo contingente colombiano que llega al Medio Oriente y está compuesto por 138 personas. La oficial le contó a EL COLOMBIANO sobre la experiencia que comienza y lo que significa para su carrera militar y su vida personal.
¿Por qué llega al Batallón Colombia en el Sinaí?
“Llegamos porque el Comando del Ejército ha visto unos perfiles y unos méritos para representar al país en la península del Sinaí. Cada uno de los hombres y mujeres que han ido y que ahora están en este relevo, tienen un proceso en el que su carrera ha sido destacada en diferentes operaciones y los que no hemos estado, directamente, en las operaciones, también ha sido por méritos y el aporte que le hemos dado al Ejército Nacional”.
¿Cuál será su tarea allá?
“Seré la comunicadora estratégica del Batallón Colombia. Por esa razón tendré que fortalecer y proyectar todo el trabajo que hacen los soldados allá en el Sinaí. Vamos a utilizar todas las herramientas comunicativas para medios convencionales y no convencionales y mostrarle al mundo el heroísmo y el trabajo que hace el soldado colombiano”.
¿Qué le dicen otras mujeres que ya estuvieron en Sinaí con el Ejército?
“Lo que sé es que hay un antes y un después tras llegar de Sinaí, porque uno en su carrera como militar sabe que esto es una cosa única; hay algunos afortunados que van dos veces. Son muchos los llamados y pocos los escogidos, entonces en el momento en que me enteré yo tuve contacto con otras mujeres que me dicen que es un reto muy fuerte, un desafío y especialmente porque soy mamá”.
¿Cómo fue esa conversación con su familia para
decirle que se iba por un año entero a otro país?
“Fue muy difícil. Yo me enteré que venía para acá en diciembre y desde ese momento me senté con mi familia, les dije que tenía ese proyecto, que necesitaba de su apoyo porque era una oportunidad única. Mi hija, muy orgullosa, le ha contado a todas sus compañeras que su mamá es la única mujer que va en ese relevo y dice que se siente muy orgullosa de que su mamá sea una capitana del Ejército. Con eso a mí se me hincha el corazón para tener la fortaleza de aguantar todo el año”.
Sabemos que hace dos años la base en Sinaí sufrió un hostigamiento, ¿cómo va usted preparada para un
sitio que tiene como misión preservar la paz entre dos naciones, pero que a su vez no se libra de amenazas
externas?
“En los últimos tres meses tuvimos un reentrenamiento en Bogotá y Tolemaida que tuvo tres fases: instrucciones de combate urbano, contrainsurgencia, y la historia del conflicto que hubo allá y la misión que ahora tiene Colombia y otros 11 países para preservar la paz. Nosotros somos observadores y nuestra misión allá es supervisar que el tratado Campo David, entre Israel y Egipto, se cumpla. Para eso tenemos toda la preparación sobre hostilidades”.
Usted viaja con 137 hombres, ¿cómo se siente ser la única mujer?
“Cuando llegó el radiograma con la lista de los convocados, yo dije: ¡Dios mío, qué oportunidad, soy la única de muchas mujeres que se presentaron! Ahora, todos los soldados que me acompañan han sido muy respetuosos, muy caballerosos, cordiales y siempre con la cortesía militar por mi grado. En el Ejército nosotras somos aproximadamente el 0,8 por ciento, somos una minoría, entonces uno ya está acostumbrado a tener contacto con un gran porcentaje de hombres. El Ejército nos forma para eso, para tener temperamento y templanza”.
¿Este ha sido el mayor reto en su carrera como militar?
“Si, definitivamente este es el más grande de todos y podría decir que para muchos de los que viajan conmigo es igual. Cuando lleguemos nos pondrán una medalla que nos identificará como militares que estuvimos en Sinaí y eso no cualquiera lo tiene. Es de gran orgullo”.
¿Qué consejo le daría a esas mujeres que apenas inician su carrera militar?
“Yo solamente les digo que sí se puede, y que no dejen de creer en ellas mismas, porque uno a veces duda de sus capacidades, uno a veces duda de las adversidades que se presentan. Entonces sí se puede y hay que creer. Todas somos capaces de lograr lo que nos proponemos. Hay que trabajar mucho, estudiar para aprender y ya los logros y resultados llegan cuando menos lo esperas”.