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Defender los derechos humanos en Colombia es una tarea que se ha convertido en una profesión de alto riesgo que no solo afecta a los líderes sociales sino también a los personeros en las distintas regiones del país.
De las 1.102 personas que velan por garantizar los derechos de las poblaciones más vulnerables en los distintos territorios, los grupos armados ilegales han intimidado a 110. Las amenazas van desde intimidaciones, seguimientos, llamadas de advertencia, hasta dispararle a las viviendas y ataques personales.
Este panorama fue revelado a EL COLOMBIANO por Sandra Cárdenas, la personera de Pereira y presidenta de la Federación Nacional de Personeros, Fenalper, quien expresó que ante la salida de las Farc de muchos sitios del país, los grupos ilegales han comenzado a tener “en la mira” a estos funcionarios.
“En muchas regiones donde se realiza la labor aun persiste el conflicto armado, y en esas dinámicas el rol del personero es tomar partido para proteger los derechos de los afectados, situación que incomoda a los armados ilegales”, explicó Cárdenas.
Si bien aún no han identificado plenamente a los grupos que realmente están tras las amenazas, las intimidaciones se le atribuyen a la delincuencia común, las bandas criminales o los grupos de narcotraficantes que por quedarse con las rutas para traficar la coca, han generado desplazamientos.
“Las zonas más complejas son Chocó en los municipios Alto, Bajo y Medio Baudó donde por insuficiencia recursos y abandono estatal es más difícil cumplir con la tarea de proteger los derechos humanos; además de Catatumbo y Norte de Santander, Antioquia también presenta afectaciones por las acciones de los grupos ilegales”, precisó Cárdenas.
Una de las situaciones que más preocupa a los personeros del país es que algunos de los que tienen esquemas de seguridad han comenzado a desmontárselo, incluso con el riesgo aún latente.
La última agresión padecida por un personero sucedió en Florencia, Cauca, donde José Francisco Zarama fue abordado por un hombre encapuchado cuando se movilizaba hacia su municipio y le disparó en dos ocasiones. En Colombia en el 2016 fueron agredidos 50 personeros.